Tensión máxima en la RFEF: registros, sin elecciones y nuevo jaque con el Mundial a la vista

La Federación Española de Fútbol vuelve a convertirse en la casa de los líos. En la mañana de este miércoles, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil entró en las dependencias del órgano gestor del balompié español para practicar una serie de registros en los que se han producido varias detenciones, entre ellas, la de Tomás González Cueto, hombre fuerte del rubialismo y mano derecha de Luis Rubiales cuando era el presidente de la RFEF.

La situación de la Federación es, cuando menos, complicada. La dimisión de Rubiales hace unos meses por el beso no consentido en Jenni Hermoso sirvió para que se acelerara la investigación sobre el resto de situaciones que concernían al expresidente y que, en su día, adelantó en exclusiva El Confidencial con los Supercopa Files. Y, de hecho, en el marco de esas investigaciones se produjeron los registros de este miércoles, con la Supercopa de Arabia en el punto de mira.

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Pero los actuales problemas para la Federación no se circunscriben al pasado reciente, sino que en la actualidad siguen teniendo lugar situaciones que despiertan dudas. La primera y más importante tiene que ver con el cargo de presidente de la RFEF que, en la actualidad, recae en Pedro Rocha. Pero el problema es que pasa el tiempo y las elecciones seguían sin convocarse cuando, precisamente este miércoles, estaba anunciada la Comisión Gestora para organizar los comicios. Pero finalmente no se han reunido tras la visita de la Guardia Civil.

La Comisión Gestora de la RFEF que preside Pedro Rocha debe convocar unos comicios para sustituir al inhabilitado y dimitido Luis Rubiales que, según el informe de Tomás González Cueto, asesor jurídico de la RFEF, detenido este miércoles, no eran necesarios porque "no sería ejemplo de buena gestión, ni de democracia real". Si bien, tanto el Tribunal Administrativo del Deporte como la Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes, han confirmado que deben celebrarse.

Como es sabido, Pedro Rocha lleva más de seis meses okupando un cargo que no le corresponde, sin atreverse a desvelar su aspiración a sustituir a Rubiales, pero haciendo campaña para asegurarse los votos necesarios. No ha sido hasta el pasado lunes cuando el testaferro del inhabilitado presidente de la RFEF dio el primer paso al dimitir como presidente de la Federación Extremeña de Fútbol (FEF), puesto que ostentaba desde 2013, y condición sine qua non para poder ser candidato.

Además de las elecciones, que está por ver si quedan convocadas este miércoles, la RFEF amplió este martes su proyecto para el Mundial de 2030, donde se dieron a conocer algunos elementos importantes del torneo como los logos, los embajadores y, sobre todo, el hecho de que la final no será organizada en Portugal, lo que deja a España y Marruecos como candidatos a albergarla. El problema es que los escándalos siguen salpicando a la RFEF.

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Queda por ver cómo se resuelven todos los problemas que rodean a la RFEF, pero existe cierto temor a que puedan salpicar a España y perder algunos de los privilegios de los que esperaba gozar en su Mundial. Y, sobre todo, qué va a ocurrir con las elecciones a la Federación que, en la tarde de este miércoles, debería de darse el primer paso para la convocatoria de los nuevos comicios. La RFEF se ha convertido en la casa de los líos... y parece que va para largo.