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El ruido en la portería del Real Madrid tapa a otro culpable: ¿qué pasa con Tchouaméni?
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el francés ocupa una posición clave

El ruido en la portería del Real Madrid tapa a otro culpable: ¿qué pasa con Tchouaméni?

Hay otro puesto de máxima seguridad y estratégico para hacer compacto el bloque. Tchouaméni, titular en el derbi de la Supercopa de España, no funciona a pleno rendimiento

Foto: Tchouaméni con el teléfono móvil antes de un partido. (Reuters/Vincent West)
Tchouaméni con el teléfono móvil antes de un partido. (Reuters/Vincent West)

El debate en la portería del Real Madrid, con la elección de Kepa o Lunin, hace mucho ruido y provoca que se tapen otros problemas que no le gustaron a Ancelotti en el derbi de la Supercopa de España. Del enfrentamiento contra el Atleti en Riad, el técnico no se fue plenamente satisfecho. Kepa deja dudas por acciones como la mala salida en el tercer gol que acabó con el balón dentro de la portería en el salto con Rüdiger y Álvaro Morata. Demasiada fragilidad defensiva y no es solo por culpa de la portería. La solidez es la asignatura pendiente en la final de la Supercopa contra el Barcelona. Ancelotti es más exigente y no solo con Kepa y Lunin.

El foco se ha puesto en la portería del Real Madrid, pero hay otro puesto de máxima seguridad y estratégico para hacer compacto al bloque. Tchouaméni, titular en el derbi de Riad, no funciona a pleno rendimiento y le está siendo difícil hacerse fuerte como un titular indiscutible. Al francés le está costando sacar el potencial que lleva dentro, tiene dificultades para gobernar los partidos, pero hay que exigirle más. Ancelotti es el primero que lo ve así.

El mediocentro es una posición clave en la que hay que hacer muchas cosas bien, con balón y sin él, además de tener energía, personalidad, jerarquía y oficio para ganar duelos y dominar el centro del campo. El pivote del equipo es un puesto, como el de portero, en el que un error puede costar un partido y las cantadas se ven más que los aciertos. Un trabajo oscuro para abrochar al equipo y muy táctico para mantener el orden y contener a los rivales. Una función en la que hay que ser un pulpo o un todoterreno para ocupar mucho campo por el centro y los costados cuando suben los laterales y se producen desajustes.

Ancelotti confió en Tchouaméni para el derbi, de inicio, y no lo acabó. La sinceridad con la que se expresó tras la victoria señala al centrocampista francés. "El partido lo han ganado los que han entrado", dijo el técnico. Los cambios que hizo antes del gol salvador de Carvajal, que llevó el partido a la prórroga, fueron determinantes. Metió en el campo a Kroos, Camavinga y Brahim Díaz. Mantuvo a Fede Valverde hasta el minuto 122. El uruguayo es el más indiscutible de los centrocampistas (Bellingham al margen) por tener la omnipresencia que le falta a Tchouaméni.

placeholder Tchouaméni ante Gündogan en el Clásico de Liga en Montjuic. (AFP)
Tchouaméni ante Gündogan en el Clásico de Liga en Montjuic. (AFP)

La victoria del Real Madrid en la semifinal no oculta que el sistema defensivo tuvo problemas para ser sólido y se explica por la falta de concentración en los marcajes a balón parado y la baja energía que tiene Tchouaméni como pivote. Un ejemplo es el gol de Griezmann. Lento, sin rebeldía ni contundencia. No llega ni a incomodar al jugador rojiblanco y tiene que ir Modric a intentar frenar su avance.

Gobernar los partidos

Tchouaméni está lejos de ser ese pivote poderoso que fichó el Real Madrid y costó 80 millones de euros más variables. La fase de adaptación ya ha acabado. Tras una temporada y media en el equipo debería estar más cuajado y ser más protagonista por partidos redondos que por su irregularidad. Es el heredero de Casemiro, que es lo mismo que decir que es el pivote que tendría que gobernar por delante de la defensa y dar mordiscos para compactar el bloque.

Foto: Carvajal celebra un gol en el partido de Liga contra el Valencia. (Reuters/Isabel Infantes)

El derbi de Tchouameni fue gris y esto no se lo puede permitir un futbolista que llegó con muchas expectativas y del que se espera que exhiba músculo y sea determinante por acciones de ida y vuelta, de área a área. Es lo que decían las valoraciones que tienen en el club. Este trabajo, de subir y bajar, contundente, se ve en Carvajal, Fede Valverde y Bellingham. No se puede decir lo mismo de Tchouaméni, al que le sigue faltando vigor.

El pivote tiene que ser agresivo e incómodo, ganar duelos, además de oxigenar el juego y dar salida al balón. Esto lo cumplen Fede Valverde y Kroos en los últimos partidos que han estado de baja Tchouaméni y Camavinga. El uruguayo y el alemán mezclan para defender con la pelota y sin ella. Son vigor y talento. Camavinga tiene menos experiencia, pero la sensación es que es más poderoso y fiable que Tchouaméni como único pivote. El debate sigue abierto en una posición decisiva para ayudar al equipo a dejar la portería a cero.

El debate en la portería del Real Madrid, con la elección de Kepa o Lunin, hace mucho ruido y provoca que se tapen otros problemas que no le gustaron a Ancelotti en el derbi de la Supercopa de España. Del enfrentamiento contra el Atleti en Riad, el técnico no se fue plenamente satisfecho. Kepa deja dudas por acciones como la mala salida en el tercer gol que acabó con el balón dentro de la portería en el salto con Rüdiger y Álvaro Morata. Demasiada fragilidad defensiva y no es solo por culpa de la portería. La solidez es la asignatura pendiente en la final de la Supercopa contra el Barcelona. Ancelotti es más exigente y no solo con Kepa y Lunin.

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