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Luis Enrique se traiciona a sí mismo en el PSG y defrauda a Mbappé por especular en Champions
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el enfado de la estrella francesa

Luis Enrique se traiciona a sí mismo en el PSG y defrauda a Mbappé por especular en Champions

Luis Enrique eligió empatar contra el Borussia Dortmund para no poner en riesgo la clasificación a octavos y Mbappé, con gestos de desaprobación, queda decepcionado

Foto: Mbappé, con cara de decepción tras el empate. (Reuters/Wolfgang Rattay)
Mbappé, con cara de decepción tras el empate. (Reuters/Wolfgang Rattay)

La escena de Mbappé al final del partido en Dortmund delata la necesidad que tiene de ganar la Champions. La estrella del PSG abandonó el césped con gestos de negación, enfado y sin entender por qué el equipo se conformó con el empate. El resultado lo celebro más Luis Enrique que Mbappé. Sirvió para seguir vivos y clasificarse como segundos para los octavos de final. Mbappé quería ganar y a Luis Enrique le valía con el empate. Hay una gran diferencia entre la ambición de un jugador que lleva varios varapalos en la Champions y un entrenador recién llegado que vio el abismo de quedar eliminado y gana unos meses para perfeccionar su proyecto.

Mbappé no celebró la clasificación, quería ser primero de grupo y evitar tener que jugar el partido de vuelta de los octavos ante rivales como el Real Madrid, Manchester City, Arsenal, Bayern de Múnich o Atleti. Tiene la experiencia de la temporada pasada con la eliminación en el partido de vuelta en el campo del Bayern de Múnich. Es por lo que se le vio haciendo gestos al equipo de ir para arriba, al ataque para buscar el gol de la victoria contra el Borussia Dortmund. Era la imagen de un futbolista ambicioso contra la de un entrenador que ordenó bajar el ritmo de juego y no poner en riesgo el empate.

La escena del vídeo que pueden ver en este artículo es demoledora. Son casi tres minutos desde que se pita el final del partido hasta que Mbappé le hace una señal a los compañeros para abandonar el césped tras saludar a los aficionados. Las imágenes hablan por sí solas. Mbappé insiste al equipo que vayan al ataque, que busquen el gol de la victoria y acaba desesperado por ver que no le llega el balón y el árbitro pita el final del partido. Desde ese momento empieza a negar con la cabeza la actitud de los compañeros y la estrategia de Luis Enrique. Se cruza con el entrenador y Luis Enrique hace más por chocar la mano. El contacto es frío. A Mbappé se le nota que no está contento. Sus gestos afean el conservadurismo del técnico.

"A nosotros el empate nos servía. Hemos intentado circular más para intentar llegar en alguna ocasión muy clara y, sobre todo, no encajar", reconoce Luis Enrique al final del partido. Es la confirmación de que el entrenador frenó al equipo y eligió que pasaran los minutos sabiendo que la victoria del Milán en Newcastle le servía para clasificarse como segundo.

Las palabras de Luis Enrique son una traición a su estilo y una decepción para Mbappé. Si por algo se caracteriza el asturiano es por su osadía en sus planteamientos. Como seleccionador tenía claro que España nunca iba a especular en los partidos y en el Mundial dijo aquello de "que no vamos a morir de miedo". En Dortmund, le entró el canguelo de quedar eliminado de la Champions. Entre la elección de morir con sus ideas o traicionarse, eligió lo segundo y decepcionar a Mbappé.

Luis Enrique perdió una oportunidad de oro para dar un golpe en la mesa en una fase de grupos donde ha pasado con los mismos puntos que el Milan. Saca pecho con eso de que han competido en el grupo de la muerte, pero es que solo ha ganado dos partidos en casa, empatado otro y ninguno de los tres como visitante (Newcastle, Milán y Dortmund). Es la peor fase de grupos desde que Qatar compró el PSG en 2011.

Foto: David Alaba en el partido que cae lesionado contra Las Palmas. (EFE Kiko Huesca)

Es lógico el enfado de Mbappé, su malestar por ver un equipo conservador y un entrenador que le ha defraudado. La imagen de Mbappé es la de un profesional ambicioso y la de Luis Enrique gira a la de cambiar su apuesta innegociable por atacar a jugar a la especulación. "Como soy eternamente positivo, estoy seguro de que a ninguno de los primeros le hará ilusión jugar contra el PSG. Todos mis equipos mejoran con el tiempo. Y si me equivoco, no pasa nada. Me vuelvo a levantar y lo intentamos otra vez", dice Luis Enrique, que sintió el pánico de estar en Dortmund durante más de 40 minutos eliminado de la Champions.

La escena de Mbappé al final del partido en Dortmund delata la necesidad que tiene de ganar la Champions. La estrella del PSG abandonó el césped con gestos de negación, enfado y sin entender por qué el equipo se conformó con el empate. El resultado lo celebro más Luis Enrique que Mbappé. Sirvió para seguir vivos y clasificarse como segundos para los octavos de final. Mbappé quería ganar y a Luis Enrique le valía con el empate. Hay una gran diferencia entre la ambición de un jugador que lleva varios varapalos en la Champions y un entrenador recién llegado que vio el abismo de quedar eliminado y gana unos meses para perfeccionar su proyecto.

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