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Luis Enrique, alarmado por el fútbol-tenis del PSG y un decepcionante nivel de Mbappé
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dura derrota contra el milan

Luis Enrique, alarmado por el fútbol-tenis del PSG y un decepcionante nivel de Mbappé

En Milán se vivió otro fiasco de Luis Enrique en la Champions. Quiere implementar un sistema con cuatro defensas, dos centrocampistas y cuatro atacantes. El equipo se parte

Foto: Luis Enrique, en la rueda de prensa antes del Milan. (DPPI/AFP7)
Luis Enrique, en la rueda de prensa antes del Milan. (DPPI/AFP7)

Luis Enrique quiere hacer algo diferente, innovador y arriesgado en el Paris Saint-Germain para construir un equipo con una estructura afilada. El problema que tiene y, por lo que se le ve alarmado tras perder en las dos salidas de la Champions, es que los jugadores no son capaces de coger la idea. Es un sistema ultra ofensivo y ha saltado por los aires con las derrotas contra el Newcastle (4-1) y el Milan (2-1). "Parecía un partido de tenis", reconoce con desilusión el técnico asturiano. La excusa que pone es que están en el grupo de la muerte y todo está abierto, a un punto del Borussia Dortmund, primero, y con un punto más que el Milán, tercero.

En Milán se vivió otro fiasco de Luis Enrique. Quiere implementar un sistema con cuatro defensas, dos centrocampistas y cuatro atacantes. Con el que pueda aumentar la capacidad de desborde y no sea previsible para los rivales. Hay muchos minutos en lo que se ve a un PSG caótico, frágil en defensa y atascado en ataque. Los jugadores parecen superados. La idea de Luis Enrique es ser más ofensivos que el rival, avasallar por dentro y por las bandas y, además, controlar el partido. La estrategia no ha funcionado en las dos salidas de la Champions. Los partidos contra el Newcastle y el Milan han sido un correcalles y el PSG ha pagado con goles los espacios que deja un mal sistema defensivo. Cuando ha querido tener el control del partido, ha sido tarde y no le ha dado para remontar.

Contra el Milan tenía la oportunidad de demostrar que va consolidando una idea de juego competitiva. El PSG llegó a este partido con una racha de cinco victorias consecutivas. El Milan atravesaba un mal momento con cuatro partidos sin ganar. Era el momento de dar un golpe y lanzar un aviso, pero este PSG está verde. La derrota es un nuevo frenazo en la construcción del proyecto.

Mbappé, que llevaba sin hablar ante los medios desde mediados de junio, compareció en San Siro para decir que la derrota es una "decepción". Sorprendió que rompiera su silencio, pero no se libra de las críticas por su bajo nivel y el malestar de Luis Enrique. Tuvo un par de ocasiones para marcar y las desaprovechó. No estuvo acertado en un mano a mano con el portero del Milan, Maignan. Falló en acciones individuales y en el funcionamiento colectivo. Lo segundo es muy importante para el cuerpo técnico.

placeholder Mbappé falla un mano a mano contra Maignan. (Reuters/Alessandro Garofalo)
Mbappé falla un mano a mano contra Maignan. (Reuters/Alessandro Garofalo)

El PSG de Luis Enrique tiene una trayectoria irregular en los 15 partidos que ha disputado entre el campeonato francés y la Champions. Acumula tres derrotas. Una en la Liga 1 y dos en Europa. Es segundo en Francia, tras el Niza, y ha empatado otros tres partidos. Es el síntoma de que Luis Enrique tiene dificultades para que sus jugadores cojan un modelo que requiere un enorme esfuerzo físico y de vigilancias. Se corren riesgos. El equipo tiene las líneas adelantadas para presionar en campo contrario. Hay que robar y definir. Si no sale, el partido se convierte en un ida y vuelta. Es justo lo que no le gusta a Luis Enrique.

Demasiado descontrol

En su etapa de seleccionador, era firme y tenía claro que el plan de España pasaba por tener la iniciativa, el control y empezar jugando el balón desde los centrales. Echaba broncas si el partido se descontrolaba y entraba en fases de intercambio de golpes y transiciones. Lo que no quería como seleccionador está sucediendo en un PSG que se parte en dos porque los jugadores caen en lo que llama fútbol-tenis.

El motivo está en que juega con dos centrocampistas (Manuel Ugarte y Warren Zaïre-Emery) y al equipo le resulta muy difícil abarcar todo el medio campo. Quiere que Achraf ayude a jugar por dentro, que sea un tercer centrocampista en un sistema muy ofensivo. Con Vitinha adelantado, Dembélé en la banda derecha, Mbappé entrando por la izquierda y Kolo Muani de delantero centro. La idea superofensiva provoca que los jugadores no asimilen cómo ocupar el centro del campo.

Foto: Mbappé aplaude a la afición en el partido contra el Milan. (REUTERS Stephanie Lecocq)

El PSG se adelantó en San Siro en el minuto 9 con un cabezazo del central Skriniar y se descosió. Fue incapaz de controlar el partido y gestionarlo como le gusta a Luis Enrique. Faltó equilibro, hacer el equipo compacto y el plan para atacar el bloque cerrado del Milán en la segunda parte careció de amenaza colectiva y la individual que puedan dar Mbappé y Dembélé. Un equipo inofensivo.

Luis Enrique, que lleva cuatro meses como entrenador en el equipo parisino y que fue presentado por Nasser Al-Khelaïfi como uno de los mejores del mundo y alabó su estilo de juego, pide más tiempo para que cuaje su idea. Le está costando dar con la tecla.

Luis Enrique quiere hacer algo diferente, innovador y arriesgado en el Paris Saint-Germain para construir un equipo con una estructura afilada. El problema que tiene y, por lo que se le ve alarmado tras perder en las dos salidas de la Champions, es que los jugadores no son capaces de coger la idea. Es un sistema ultra ofensivo y ha saltado por los aires con las derrotas contra el Newcastle (4-1) y el Milan (2-1). "Parecía un partido de tenis", reconoce con desilusión el técnico asturiano. La excusa que pone es que están en el grupo de la muerte y todo está abierto, a un punto del Borussia Dortmund, primero, y con un punto más que el Milán, tercero.

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