Quique Cárcel, cerebro del Girona: "Es una plantilla de jugadores que vienen de años malos"

El éxito del Girona líder en el campeonato español es el de un equipo con una filosofía de fútbol ofensivo que resulta vistosa y competitiva. Esto es posible por la estrategia de un club que ha mantenido, en todo momento, la confianza en Quique Cárcel. Ahora llega la época de las vacas gordas. El director deportivo tiene una enorme cuota de responsabilidad en los resultados. Cuando la dinámica es mala, se pone el foco en una deficiente planificación. Y cuando va bien y, sobre todo, el equipo gana con la contundencia que lo hizo en Montjuic y coge una distancia de dos puntos con el Real Madrid y siete con el Barcelona, hay que poner en valor quién es el cerebro del proyecto. El plan de Quique Cárcel triunfa y es la envidia de muchos clubes. Principalmente los modestos.

Joan Enric Cárcel Ferrer (49 años) lleva 10 años al frente de la dirección deportiva del Girona y, en esta charla con El Confidencial, deja una cosa clara: "Hemos tenido épocas difíciles, pero la capacidad para levantarnos de los batacazos. Esto es algo muy bonito de vivir después de tantos golpes. Así que cuando viene un momento como este, uno siente que también hay que disfrutar. Estamos en un momento dulce, como equipo y como club".

La historia de Quique Cárcel es la de un director deportivo que se ha forjado a sí mismo desde el día en el que era jugador del Hospitalet y el presidente (Miguel García) le pidió que hiciera las funciones de futbolista y director deportivo al mismo tiempo. Un caso llamativo que tiene una explicación: "Tenía 36 años, salía de una lesión de rodilla y quería seguir jugando. Yo no me quería retirar de esta manera y el presidente me dio la oportunidad de ser director deportivo y jugador. Fue un año con una gran experiencia. Fiché a un entrenador [Jordi Viñals] y tuve ese punto de entender que yo fichaba, pero que no me puedo meter en las decisiones. Es un valor aprendido y que aplico. Subimos de tercera división a segunda división B". Así se entiende mejor de dónde viene la vocación y el talento de un director deportivo que hoy es mediático.

El liderato en solitario del Girona, la victoria contra el Barcelona, pero por encima de todo, la imagen de un equipo modesto que juega con descaro y atrevimiento es lo que produce asombro. El plan de Quique Cárcel está en su momento álgido: "Ganar en Montjuic certifica que tenemos un estilo reconocible. Era un momento para decir que el Girona está aquí. Nos hace creer que el equipo está capacitado para competir contra cualquier rival. Obviamente, no estamos creados para ganar la Liga, pero tampoco sabemos cuál es nuestro techo y si llevamos estos puntos, tenemos la sensación de creer".

Las expectativas, por inesperadas, están en si al Girona le da para ganar la Liga, si se le va a hacer larga o si se va a caer por falta de experiencia. "Somos humildes, un club pequeño, con solo cuatro años de historia y lo más probable es que en algún momento llegue un bajón. Hemos perdido contra el Real Madrid, pero le jugamos de tú a tú y en los primeros minutos del partido les superamos con claras ocasiones de gol. Luego es el Real Madrid, un equipo con mucho físico, calidad y pegada. Pero tras esta derrota, hemos remontado seis o siete partidos y tenemos esta sensación de que podemos competir y ganar a cualquiera", comenta.

La apuesta por Míchel

Míchel habló, tras el brillante triunfo contra el Barcelona, de un equipo con personalidad y alma. Son las señas de identidad de un entrenador que tiene el respaldo sin condiciones de Quique Cárcel: "En efecto, va todo junto. Tenemos una idea bastante clara de lo que queremos. Un cuerpo técnico que cree en nuestra filosofía de juego, la de intentar jugar bien al fútbol, trabajando como un equipo solidario. Aquí hay jugadores jóvenes con talento y otros experimentados. Los cambios en los partidos aportan energía. Hay creencia, un entrenador que tiene un talento especial y un gran grupo humano".

Quique Cárcel pone el foco en Míchel, en un entrenador que se siente un afortunado por tener un director deportivo que reforzó la confianza en su trabajo en situaciones difíciles. Es otro de los valores de Quique Cárcel. Dar seguridad y estabilidad a Míchel, sin dudar de sus capacidades si vienen mal dadas. En las malas rachas se comprueba verdaderamente si se cree en la apuesta: "Lo bueno de Míchel es que es lo que se ve. Muy natural, muy cercano y con unos valores muy importantes por su humildad y capacidad para llevar a cabo su trabajo. Es increíble cómo sabe transmitir sus ideas".

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No hay secretos en un Girona que está revolucionando el fútbol español: "El equipo tiene mucha personalidad, es valiente y yo también destacaría la mentalidad que tienen los jugadores. Da la sensación de que podemos jugar de tú a tú a los rivales. Hemos empatado contra dos equipazos, como la Real Sociedad y el Athletic, que tienen una gran fuerza física y calidad. Defendemos con el balón cuando vamos ganando y cuando perdemos somos verticales y vamos a por el rival para crear ocasiones", es la estrategia que destaca Quique. La comparten en los despachos, el cuerpo técnico y de la que están convencidos los jugadores.

El camino que hay que recorrer es más difícil. Los equipos conocen mejor el juego del Girona, tomarán más precauciones, competirán con más concentración e intensidad. Aumenta la presión: "Sí, es cierto. Los rivales nos lo pondrán más complicado. Ya lo vimos el día que nos enfrentamos al Valencia y nos jugaron en bloque bajo para cerrar espacios o lo duro que fue el partido contra el Athletic. Los rivales ya no van a tumba abierta con el Girona. Nosotros lo que tenemos que hacer es pensar en el siguiente partido. Disfrutar y creer. Esto es fútbol y también va de presupuestos".

La clave de la dirección deportiva

El del Girona es de 55 millones de euros, el decimotercero de la Primera división, con un crecimiento de una temporada a otra importante por los buenos resultados y la gestión en los despachos. Lo quiere destacar Quique Cárcel: "Para mí es el gran valor. Es una plantilla hecha de jugadores que vienen de años malos. Nosotros buscamos el talento e intentar recuperarlos. Con la idea del entrenador".

Es un Girona de autor en la que se ve la filosofía de juego de Míchel y un proyecto con un cerebro en los despachos. Quique Cárcel aprovecha el buen momento para poner en valor la figura del director deportivo: "Yo estoy muy feliz, disfrutando y me siento orgulloso. He sido criticado cuando nos hemos ido al descenso, los años que no hemos podido subir y para mí esto es un éxito brutal. No tenemos una historia como otros grandes clubes que están en Segunda división. El Girona es un proyecto que he creado a mi manera, con gente que me ha apoyado. Para mí es un privilegio cómo hemos podido crecer. Ahora se me está halagando, pero sé que en fútbol todo sube y baja".

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Es la reivindicación del director deportivo, al que se le exige que su plan siempre tenga éxito. "Yo siempre digo que la figura del director deportivo no está bien valorada. Hay clubes que son presidencialistas o de entrenadores. Los que tienen que llevar la estrategia es la dirección deportiva. No creo que un presidente vea fútbol por todo el mundo y entrenador tenga el dominio del mercado. Me gustaría destacar el trabajo del director deportivo. Aquí, en el Girona, las cosas funcionan", reflexiona Quique Cárcel, tras 10 años en el club, donde ha pasado de todo y empieza a recoger los frutos de un plan que no es improvisado.