Míchel y el Girona, una simbiosis que acaricia el liderato y acecha a los grandes

El Girona acumula sólo tres temporadas en Primera, pero esta ya se ha ganado la etiqueta del equipo revelación. Quizá sea pronto para afirmarlo porque sólo se han disputado nueve partidos. No obstante, lo cierto es que ya han conseguido 22 puntos. Para un club cuyo objetivo es la salvación se trata de un comienzo formidable y de haber cumplido la mitad de la tarea. En todo esto, hay un denominador común en los elogios, Míchel, el técnico que ha enamorado a toda la ciudad y la afición.

Hay pocos entrenadores que hayan hecho tanto por adaptarse a su nuevo destino como Míchel. En lugar de haber optado por hablar en castellano en todas las ruedas de prensa, ha aprendido catalán. De hecho, les pedía a los periodistas que le preguntaran en la lengua cooficial para acelerar ese aprendizaje.

La derrota con el Madrid

La confianza en Míchel ha sido total incluso en los peores momentos del proyecto. En realidad, es ahí cuando se ve si confían o no en uno, en la dificultad. El Girona eligió un entrenador que salió de la mala manera del equipo de su vida, el Rayo, que pregonó un fútbol semejante al que luego practicó Iraola. Y al que ahora se ve cada vez que juegan los gerundenses.

El tropiezo frente al Real Madrid, en un duelo que por raro que parezca decidió quién sería el líder de Primera, no ha sido un golpe tan duro como se esperaba para el Girona. En Cádiz consiguieron una trabajada victoria que no ha hecho más que mantenerlo en esas posiciones de arriba en las que son claramente la novedad de la Liga.

La paciencia del Girona

Son tres temporadas consecutivas de Míchel en el Girona, una etapa que le llegó tras los despidos en el Rayo y en el Huesca. Como a los gerundenses, a ambos equipos los llevó a Primera, pero luego no fue capaz de estabilizarse en la máxima categoría. Ahora parece que lo ha conseguido gracias a la paciencia que han tenido con él los propietarios. Y lo resalta cada vez que puede.

Ambos parones de Liga han llegado en momentos igual de positivos para un club que busca estabilizarse en la élite. Lograr la tercera temporada consecutiva en Primera sería un hito, además de la consagración definitiva de Míchel y del buen juego que sus equipos que practican. Ya saben que nunca es tarde si la dicha es buena.