Si les interesa la verdad del caso Osasuna, lean este artículo... e igual entienden algo

Después de una Asamblea General Ordinaria en la que los asistentes no tuvieron ninguna duda a pesar de las complejas exposiciones previas a las distintas votaciones, todas estas fueron aprobadas por unanimidad y tampoco hubo ruegos ni preguntas, el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, pasó la pelota a su secretario general, Andreu Camps, y su asesor externo, Tomás González Cueto. Estos, aunque principalmente el primero, se encargaron de intentar explicar la postura federativa sobre la propuesta de expulsión de las competiciones europeas del CA Osasuna, después de que el viernes desde el club navarro cargaran contra ellos al sentirse desamparados por las filtraciones que les daban por eliminados de la Conference League.

Como era de esperar, una vez que Rubiales puso punto final a la Asamblea proclamando su empatía hacia el club rojillo y hablando de "bulos y falsedades", la argumentación de Camps se basó fundamentalmente en señalar la actuación de LaLiga en el llamado caso Osasuna, para lo cual, consciente o inconscientemente, mezcló las denuncias de marzo 2015, es decir, hace ya más de ocho años, con la posible sanción que pudiera caerle ahora al club navarro. "La RFEF ha tenido conocimiento de que LaLiga informó a la FIFA y a la UEFA denunciando estos hechos. La UEFA lo sabía porque se lo dijo la propia Liga, que calificaba de 'deplorable' que la Federación no hubiera denunciado ni al club ni a los directivos, desentendiéndose del tema", dijo el secretario general de la RFEF.

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Kike Marín

Al mismo tiempo que dejaba en evidencia a la Federación entonces presidida por el imputado Ángel María Villar, una de dos, sin querer o sin darse cuenta, Camps puso en valor que LaLiga hiciera una vez más lo que en realidad le competía a la RFEF. De hecho, ya es paradójico que el actual director de Integridad y Seguridad de la RFEF, Alfredo Lorenzo, quien, según Unir.net, también ejerce como security officer de UEFA en partidos internacionales, fuera contratado en 2015 por Javier Tebas para crear el Departamento de Seguridad. Lo mismo que sucede con Miguel García Caba, en aquel año responsable de Asesoría Jurídica Interna de LaLiga y actualmente vicesecretario general de la RFEF, además de responsable de integridad. ¿Será por esto que Camps dijo que tenía información, aunque fuera confidencial?

Como si no fuera lo que todo el mundo esperaba de su comparecencia, el secretario general de la RFEF defendió en varias ocasiones que tanto la tesis federativa como la de su presidente son la misma que la de Osasuna, si bien sobre los dirigentes rojillos añadió que "no dicen nada de que hay otras personas que tampoco han dicho ni una sola palabra de quién acusó y tejió toda la estrategia para que el (sic) Osasuna fuera sancionado". Esta fue la siguiente indirecta hacia LaLiga del catalán, quien, en lo que se supone que se trató de un lapsus, con tal de esquivar una comprometedora pregunta, llegó a decir que "yo no represento a la RFEF".

Casualmente, en aquel 2015 al que hizo referencia Camps, tanto Alfredo Lorenzo como Miguel García Caba, ahora en la RFEF, estaban en LaLiga

Lo cierto es que desde la institución que preside Rubiales consideran que se les quiere culpabilizar de una situación en la que no tiene participación activa, aunque precisamente es su pasividad lo que han echado en falta en El Sadar, donde no salieron de su asombro tras escuchar a Camps. Además de no aclarar nada, sino intentar liarlo todo al meter en la ecuación a LaLiga, desde el club navarro se quedaron sin saber a qué se referían en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas cuando tildaron su primer comunicado de "infamia y falta de respeto", además de "una actuación muy grave que el club pretenda implicar a la RFEF en este asunto".

Un silencio que ahora sí han roto

Si algo reprochan los rojillos a Rubiales es por qué nadie de la RFEF, o incluso él mismo en su condición de vicepresidente de la UEFA, salió entre el 7 y el 23 de junio a decir nada sobre la investigación a Osasuna cuando sí lo hicieron en repetidas veces con el caso Negreira. Según Camps, el silencio federativo fue consecuencia de las exigencias del Código Disciplinario de la UEFA, que les solicitó un informe sobre este caso. "Tenemos prohibición expresa de hacer públicos esos documentos, aunque lo hemos solicitado", aseguró Andreu, para añadir que "sí estamos autorizados a decir que hemos manifestado que, desde nuestro punto de vista, ni la directiva actual ni el club tienen absolutamente nada que ver con lo que ocurrió entonces". La pregunta es lógica: ¿por qué antes no y ahora sí?

"Tenemos la misma posición que ha reflejado el (sic) Osasuna y sus dirigentes", insistió Camps, aunque, posteriormente, a la pregunta directa de si le parecería injusto que la UEFA sancionara al equipo de Jagoba Arrasate, dijo que opinar al respecto "no sería lo más acertado". En Pamplona tampoco entienden por qué en la RFEF dicen que se han filtrado a los medios las cartas que club y federación se intercambiaron, pues no es así. Mientras que, en cambio, nada se dijo sobre lo que ellos denunciaron. Que primero La Vanguardia y luego Mundo Deportivo tuvieran 20 minutos después que ellos los correos con las notificaciones de la UEFA, en las que estaba en copia la RFEF.

Como es costumbre en él, Camps tiró la piedra y escondió la mano cuando dijo que "sí que tenemos que constatar que hemos visto una serie de comunicados que nos sorprendieron y nos entristecieron porque entendemos que algunas personas vinculadas con el club, que no el club, por las razones que sea, que no las conocemos, aunque deben de existir y no son difíciles de intuir, han tenido un interés especial de poner el foco en esta problemática y en la RFEF, y, especialmente, en Luis Rubiales. Desvían así de una forma clara e intencionada el foco real de lo que estaba sucediendo y crear una cortina de humo para los medios y aficionados".

El agravio comparativo con el Barça

Esto es algo que tampoco entienden en Osasuna, donde solo están interesados en que la RFEF les conceda públicamente la presunción de inocencia. Sobre todo cuando en el caso Negreira, en el que la RFEF presume de haberse personado, si bien mantiene a Laporta como directivo, Rubiales pidió respeto diciendo que, “si empezamos a sentenciar antes de que haya juicio, estarían haciendo lo mismo que han hecho conmigo. Hay que esperar”. Sin embargo, con Osasuna, desde el primer momento, antes incluso de empezar la investigación, se publicó que sería sancionado. Ya en el comunicado de la RFEF del viernes, se explicaba que esta no se personó como acusación particular en el procedimiento para no perjudicar a Osasuna y preservar su inocencia, aunque el propio club navarro figuró como acusación particular en el proceso, por lo que la personación de la RFEF no hubiese afectado al club, sino a sus exdirigentes.

Junto a Andreu Camps compareció Tomás González Cueto, quien pidió la palabra para hablar sobre las insinuaciones de que Osasuna había sido denunciado por un tercero ante la UEFA, a la que, según explicó, preguntaron al respecto y les dijeron que no, que habían actuado de oficio tras conocer el pasado mes de enero la sentencia firme del Tribunal Supremo. De esta forma, puede decirse que Cueto contradijo la versión de Camps, quien en todo momento puso el énfasis, "con hechos y no con valoraciones", en que LaLiga fue la que denunció a Osasuna en 2015. Por cierto, fue curioso ver durante la Asamblea al presidente de la RFEF con los presidentes de FC Barcelona y Athletic de Bilbao, Joan Laporta y Jon Uriarte, respectivamente, justo detrás de él, pues se trata de los dos clubes que más pendientes están de lo que le suceda al navarro.

Cueto contradijo a Camps al desvelar que la UEFA les confirmó que actuó de oficio tras conocer la sentencia firme del Tribunal Supremo

"¿Cómo le dices ahora a un presidente que llegue a un club y vea algo oscuro o ilegal que sea valiente y denuncie? Lo que están haciendo es desincentivar la lucha contra la corrupción en el fútbol, y eso es algo que tendría que hacernos reflexionar a todos", lamentó por la mañana el director general de Osasuna, Fran Canal, en declaraciones a EFE. En Pamplona la pregunta que se hacen los aficionados es muy sencilla: ¿es justo que quien ha denunciado un delito ante los tribunales y ha perseguido la corrupción en su club durante nueve años sea castigado 10 años después? Pues parece que no, y en esto todos coinciden.

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Hasta el vicepresidente de la RFEF y presidente de la Federación Navarra, Rafa del Amo, se atrevió a decir públicamente que la sanción es “injusta” y que es “muy fácil pegar a la gente pequeña”. ¿No resultan contradictorias la actitud de Rubiales y de su vicepresidente? Y una pregunta más: ¿por qué desde la RFEF se contestó con tanta dureza al comunicado de Osasuna y no se hizo lo mismo en otros como el del Real Madrid sobre Vinícius, en el que directamente se señalaba a Rubiales, por no hablar del vídeo de Real Madrid TV sobre el árbitro Clos Gómez?

Para acabar, será casualidad, pero resulta que el mismo día que la jueza que investiga la presunta trama de corrupción en torno a la Supercopa de España que se disputa en Arabia Saudí encontró motivos para prorrogar el caso durante al menos seis meses a la espera, entre otras, de la comisión rogatoria remitida a Andorra, el presidente de la RFEF anunció a bombo y platillo, y en presencia del presidente de su homólogo andorrano, que, si la Selección de Luis de la Fuente se clasifica para la próxima Eurocopa, uno de los amistosos de preparación se jugará contra Andorra. Quién sabe, quizás fue la improvisación lo que llevó a Rubiales a cometer el error de decir que ambos países nunca se habían enfrentado, cuando sí lo han hecho. Fue un amistoso previo a la Eurocopa de 2004, disputado en Getafe y que acabó con victoria española por 4-0 con goles de Morientes, Baraja, César y Valerón.