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"Hay que comer y dormir bien": Neymar tiene que darse por aludido con la advertencia de Mbappé
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el francés apunta al brasileño

"Hay que comer y dormir bien": Neymar tiene que darse por aludido con la advertencia de Mbappé

Mbappé no se mordió la lengua tras la derrota contra el Bayern de Múnich y pide que haya compromiso y profesionalidad. Neymar es el principal señalado por su mala forma física

Foto: Neymar antes del partido contra el Bayern de Múnich. (Reuters/Sarah Meyssonnier)
Neymar antes del partido contra el Bayern de Múnich. (Reuters/Sarah Meyssonnier)

Kylian Mbappé muestra qué galones tiene en el Paris Saint-Germain. Solo disputó los últimos veinte minutos del partido contra el Bayern de Múnich y con él en el campo el equipo pasó de la depresión a ser competitivo. Después, atendió a la prensa en un día duro y de caras largas. No lo hicieron ni Messi ni Neymar. El argentino y el brasileño son los protagonistas negativos de otra noche aciaga, pero el mensaje de Mbappé solo puede ir en una dirección. "Mi vida es jugar este tipo de partidos y lo importante para la vuelta es tener salud. Hay que comer y dormir bien". Neymar se tiene que dar por aludido con estas palabras. No es casualidad que Mbappé las diga en otro momento en el que a la estrella brasileña se le acusa de falta de compromiso y de estar en el centro de la polémica por su baja forma física y las fiestas, a altas horas de la madrugada, en su casa con las denuncias de los vecinos.

Neymar estaba en el escenario que deseaba. Sin Mbappé en el campo, con Messi a su lado, en el Parque de los Príncipes y ante uno de esos partidos que hacen grande a un futbolista. No aprovechó la oportunidad de demostrar que puede ganar los partidos como sí lo hace Mbappé. La actuación del brasileño en el Parque de los Príncipes fue una nueva decepción y generó un aluvión de críticas entre los medios de comunicación y exjugadores franceses, que le calificaron con la nota más baja y como el "mayor fracaso de la historia del fútbol". Es algo habitual que se repite en el pobre rendimiento que tiene cuando llegan citas claves para el Paris Saint-Germain.

placeholder Mbappé, en una acción de ataque contra el Bayern de Múnich. (Reuters/Tom York)
Mbappé, en una acción de ataque contra el Bayern de Múnich. (Reuters/Tom York)

Neymar volvió a defraudar en el día que se le pedía que fuera el líder del PSG. Con Mbappé en el banquillo, Messi renqueante por molestias en los abductores, al brasileño le tocaba demostrar, por enésima vez, si tiene madera de líder. Lo que transmite es preocupante. Neymar está fuera de forma, no tiene ritmo, ni chispa. Le falta velocidad, creatividad, verticalidad y desborde para irse de los rivales. Fue incapaz de generar peligro como delantero en la hora de partido que estuvo el PSG sin Mbappé. Salió el francés al campo, forzando, y se vio otro equipo con amenaza y agresividad. Lo notó Messi, que encontró un socio con el que poder pisar área.

La bronca con Luis Campos

Ese socio de Messi debería haber sido Neymar, pero el brasileño está en crisis desde que regresó del Mundial de Qatar. La competición mundialista le ha pasado factura en lo físico y lo mental. En el primer partido con el PSG post Mundial, fue expulsado; en los siguientes, fue decayendo su rendimiento, se perdió la cita del Rennes por una fatiga muscular y está entre los señalados por la eliminación en el Clásico contra el Olympique de Marsella en la Copa de Francia. Lo más grave sucedió en la derrota contra el Mónaco, antes del enfrentamiento de la Champions, con una bronca en el vestuario con Luis Campos, el director deportivo, y reproches en el campo a los compañeros.

Foto: Marco Asensio celebra el gol al Elche. (Reuters/Juan Medina)

Neymar compareció en la sala de prensa antes del encuentro contra el Bayern de Múnich para dar explicaciones y, principalmente, para lavar su imagen. Ha tenido líos en el campo, vestuario y con los vecinos que denuncian las fiestas que organiza en su casa de madrugada. La sospecha de Neymar es que el club filtra la bronca con el director deportivo para señalarle públicamente, desprestigiarle y como medida de presión para que asuma que se tendrá que marchar del club si esta temporada es un fiasco. Va camino de ello como no reaccionen él y su equipo en el partido de vuelta del 8 de marzo en Múnich.

El Paris Saint-Germain intentó el pasado verano desprenderse de Neymar con una venta o una cesión con opción de compra. Fue ofrecido al Chelsea y al Manchester United, pero el brasileño no lo aceptó. En la planificación y concesiones que hicieron los cataríes a Mbappé para su renovación estaba la opción de desprenderse de Neymar. Era señalado como un problema que hacía imposible confeccionar un equipo unido, solidario en el vestuario y sacrificado en el campo. Los capítulos de indisciplina del brasileño y la falta de compromiso había que erradicarlos si se quería hacer un proyecto competitivo con Luis Campos, en los despachos, Christophe Galtier, en el banquillo, y Mbappé, como la estrella del presente y el futuro. Pero Neymar aguantó el pulso y lanzó un órdago. Hizo uso de una cláusula por la que podía ampliar su contrato hasta 2027. Una venganza hacia Mbappé y el nuevo director deportivo para demostrar que él decidía su futuro.

Está en venta

En su decisión influyó que a los clubes les echa para atrás asumir su salario de 30 millones de euros netos, que el Mundial de Qatar se jugaba en otoño-invierno y no quería cambios para prepararse a conciencia. Brasil era la prioridad y hasta el parón de las competiciones se vio una buena versión de Neymar, con goles, asistencias y continuidad en el juego. La lesión contra Serbia en el debut mundialista y los esfuerzos para recuperarse del fuerte esguince de tobillo para estar en el partido de octavos contra Croacia le pasan factura. Neymar acabó el Mundial hundido, como reconoció en un mensaje en sus redes sociales: "La eliminación me ha destruido psicológicamente". No levanta cabeza desde el 9 de diciembre del año pasado. Neymar se ha abandonado y el PSG paga la peor versión de un futbolista al que el director deportivo le acusa de falta de compromiso delante de todos los compañeros. El mal partido contra el Bayern de Múnich vuelve a poner a Neymar en una situación extremadamente delicada. Luis Campos le dio un toque serio antes de la ida y Mbappé lo hace públicamente para la vuelta.

Es el fichaje más caro de la historia del fútbol (222 millones de euros), esta es su sexta temporada en el Paris Saint-Germain y sigue sin cumplir con las expectativas deportivas. Sus bajones arrastran al equipo. Desaparece en los partidos importantes, se le ve en una forma física preocupante y no tiene liderazgo. Se ha quedado sin la protección de Leonardo, el anterior director deportivo, y está enfrentado a Luis Campos, la persona que Mbappé ordenó que se encargara de construir un equipo y acabara con los privilegios de Neymar.

Kylian Mbappé muestra qué galones tiene en el Paris Saint-Germain. Solo disputó los últimos veinte minutos del partido contra el Bayern de Múnich y con él en el campo el equipo pasó de la depresión a ser competitivo. Después, atendió a la prensa en un día duro y de caras largas. No lo hicieron ni Messi ni Neymar. El argentino y el brasileño son los protagonistas negativos de otra noche aciaga, pero el mensaje de Mbappé solo puede ir en una dirección. "Mi vida es jugar este tipo de partidos y lo importante para la vuelta es tener salud. Hay que comer y dormir bien". Neymar se tiene que dar por aludido con estas palabras. No es casualidad que Mbappé las diga en otro momento en el que a la estrella brasileña se le acusa de falta de compromiso y de estar en el centro de la polémica por su baja forma física y las fiestas, a altas horas de la madrugada, en su casa con las denuncias de los vecinos.

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