Revolcón de Europa a Florentino: "La UEFA es un monopolio, pero la Superliga sería un cártel"

Tal vez porque no se esperaban el revolcón que un día antes les dio el abogado general del Tribunal Europeo de Justicia (TJUE), las caras de Florentino Pérez y Joan Laporta eran todo un poema en el desayuno que habían organizado (y mantuvieron) el pasado viernes. En ausencia de Andrea Agnelli, el dimitido e investigado presidente de la Juventus, el otro de los tres clubes que junto a Real Madrid y FC Barcelona pretenden acabar con un monopolio para implantar otro, fue el consejero delegado de la sociedad promotora del proyecto quien tuvo que mantener el tipo y anunciar que "la Superliga no está muerta, sino muy viva".

"Seguimos convencidos de que la UEFA no puede ser juez y parte, regular la competición y el acceso al mercado", aseguró Bernd Reichart, CEO de A22 Sports Management, mientras Florentino y Laporta, presidente y vicepresidente de la Superliga, respectivamente, intentaban no perder la compostura. Es cierto que puede interpretarse que Athanasios Rantos, abogado general del TJUE, no niega la legalidad de una competición fuera del ecosistema de la UEFA y la FIFA, aunque fuera de ese ecosistema y al tiempo que esos clubes solo podrían seguir participando en las actuales competiciones con la autorización previa de dichas federaciones.

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Por más que Luis Alonso, abogado del despacho que ejerce la defensa judicial de la Superliga, asegurara en el mencionado desayuno que "se está dañando la libre competencia del deporte profesional", el dictamen de Rantos sobre las cuestiones prejudiciales que el Juzgado de lo Mercantil 17 de Madrid le elevó tras la demanda interpuesta contra la UEFA y la FIFA no pudo ser mejor recibido en estos dos organismos. Aunque no es vinculante, en más de un 80% de los casos el TJUE​ va en la misma línea del abogado general, cuya solidez a la hora de aplicar jurisprudencia tampoco permite mucho margen para la sorpresa.

Según fuentes jurídicas cercanas a la UEFA consultadas por El Confidencial, sus argumentos de más peso para impedir la Superliga son los que tienen que ver con "los méritos deportivos, las competencias abiertas y la solidaridad en el reparto de los ingresos, incluso entre los clubes que no participan en las tres competiciones europeas". Explican que "el modelo deportivo europeo es muy diferente al de Estados Unidos, donde sí existen competiciones cerradas", y mantienen que "tanto los países como los propios aficionados lo defienden, lo mismo que hace el abogado general del TJUE en su dictamen".

Cabe recordar que el modelo inicial de la Superliga, y el que realmente cuenta de cara al pleito iniciado en el Juzgado de lo Mercantil 17 de Madrid, es una competición cerrada a 15 clubes, sin méritos deportivos, ni tampoco la mencionada solidaridad de la que habla la UEFA, de ahí que a sus impulsores no les vale decir ahora que van a cambiar cosas. "Nuestro planteamiento es una competición abierta y entre semana", dijo el pasado viernes Bernd Reichart, en un giro radical sobre la competición cerrada que presentaron en abril de 2021.

"El conflicto es inherente desde que el mismo que regula se encarga de la explotación comercial, y regulador solo puede haber uno"

Si algo queda claro en el dictamen del abogado general del TJUE, es que la UEFA está en su derecho de oponerse a esta liga cerrada e, incluso, amenazar con sanciones. A excepción de las que tienen que ver con que los futbolistas no puedan jugar con sus selecciones. La UEFA tiene el monopolio, pero, según Rantos, la posición de dominio no es ilegal y solo lo es si hay un abuso de él. Es decir, que, tal y como señalan las mismas fuentes, "el conflicto es inherente desde el momento en que el mismo que regula se encarga de la explotación comercial, y regulador solo puede haber uno". Desde la UEFA, sostienen que "todos los ingresos se redistribuyen y el abogado general considera que no hay conflicto de intereses", de ahí que opinen que "lo que se busca con la Superliga es crear una especie de cártel".

La ilegalidad de muchos cárteles

En economía, se conoce como cártel un convenio o pacto realizado entre varias empresas o compañías de un determinado ramo de la industria para controlar la producción, distribución y venta de determinado producto, así como fijar los precios y reducir o acabar con la competencia. En este sentido, es una especie de monopolio y sus consecuencias son, en algunos casos, la disminución de la oferta. Hoy en día, este tipo de convenios son ilegales en la mayor parte del mundo. No viene a cuento poner ejemplos de cárteles, pero haberlos haylos.

Aplicando estos conceptos a la Superliga, nos encontramos con una competición cerrada a un número concreto de clubes, quienes, además, pretenden competir en sus respectivas ligas nacionales, haciéndolo con más recursos y sin incentivos clasificatorios, pues hagan lo que hagan lo están para la Superliga. De ahí, "el daño que se hace a las competiciones nacionales es enorme, pues se devalúan y se desvirtúan". Una conclusión a la que también ha llegado el abogado general del TJUE y que en España no se cansa de proclamar el presidente de LaLiga, Javier Tebas, quien comete el error de llevarlo al plano personal, precisamente donde Florentino mejor mueve sus hilos.

"La RFEF ha estado a la altura"

Y hablando de España, las mismas fuentes jurídicas cercanas a la UEFA destacan que en este caso "la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha estado a la altura, pues no solo se ha personado, sino también intervenido en la vista". Siendo cierto que "institucionalmente está obligada a hacerlo", conocida es la dependencia que el presidente de la RFEF tiene de Florentino y la influencia política de este, hasta el punto de haber logrado que la nueva Ley del Deporte no haga incompatible participar en la Superliga con mantener la licencia para jugar en España. De ahí el porqué de que Rubiales se mantenga de perfil en este asunto.

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Llegados a este punto, el caso pasará a la cámara del TJUE, donde en la primavera de 2023 está previsto que 15 jueces emitan su fallo, el cual será vinculante para el Juzgado de lo Mercantil 17 de Madrid. Es verdad que los denunciantes podrían retirar la demanda y darse por vencidos, aunque parece que prefieren una huida hacia adelante. "Hacen oídos sordos para poder hacer sus mensajes alarmistas, pero nadie habla de no jugar las ligas nacionales", dijo Reichart para intentar convencer a una opinión pública que debería reflexionar sobre por qué Florentino y su secuaz Laporta se han quedado solos, pues Agnelli ahora mismo, más que sumar, resta.

Si aun así tienen dudas, sirva el ejemplo que puso Luis Alonso, para disiparlas definitivamente. "¿Alguien querría decir que el Seis Naciones de rugby no es compatible con el modelo europeo del deporte?", señaló el socio director del área mercantil de Clifford Chance, se supone que en defensa de la Superliga, pues su comparación, solo comparable, valga la redundancia, con la de Florentino Pérez y el tenis, evidencian un profundo desconocimiento. No del negocio del fútbol, sino de lo que hace diferente al fútbol con respecto a otros deportes y espectáculos.