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El año negro de James Rodríguez: ni con Zidane... ni con Simeone
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el futuro del colombiano

El año negro de James Rodríguez: ni con Zidane... ni con Simeone

El paso de los meses obliga a Florentino Pérez a rebajar el precio de su venta y descender de esos más de 40 millones que pedía en verano al Atlético de Madrid

Foto: James Rodríguez fue titular en el Unionistas-Real Madrid de Copa del Rey. (EFE)
James Rodríguez fue titular en el Unionistas-Real Madrid de Copa del Rey. (EFE)

Incluido en la alineación de Salamanca, James Rodríguez volvió a contar para Zidane aunque resultara para un partido menor. Reapareció, tras más de dos meses de ausencia, en la semifinal de la Supercopa de Arabia Saudí, pero lo que pareció un reclamo para meterlo nuevamente en buena dinámica se convirtió en un freno con marcha atrás tras quedarse fuera de la cita ante el Sevilla FC, dónde no se sentó ni en el banquillo. Quizá, al técnico francés le disgustó observar en las redes sociales una imagen del colombiano en la fiesta de cumpleaños del compatriota que juega en el Atleti de Simeone. O quizá, no. Lo cierto es que ‘Zizou’ no se emociona con quien apura alcanzar el mes de junio y así penetrar en el último año de contrato. La decepción parece servida con un jugador cuyo rendimiento se ha convertido en clandestino en el Real Madrid.

La explicación de Zidane para excluirlo de la lista de convocados ante el Sevilla FC sonó más a castigo que a la excusa de la que se sirvió el entrenador: "James y Bale estaban un poco tocados, por eso no han entrado en la lista". Ambos sí formaron en la expedición a Salamanca donde el Madrid libró su estreno en la presente edición de la Copa del Rey. Sea o no el cumpleaños de Arias, al que asistió James, la causa de la ausencia tampoco debería ser relevante porque el colombiano se había quedado fuera en once ocasiones anteriores tras sufrir desde agosto una lesión muscular, un esguince de rodilla y un golpe en la pierna. Su participación en este curso se reduce a diez partidos, la mitad como titular. Pero dos fechas han marcado la negra e inestable temporada. En París y en Mallorca, el equipo sufrió sendos tropiezos y el colombiano resultó uno de los más damnificados. La lesión sufrida en Colombia acabó por rematarlo: el centrocampista se tiró dos meses y medio sin volver a jugar.

La abultada victoria del Atleti de Simeone sobre el Real Madrid, durante la pretemporada norteamericana en el pasado mes de julio, acabó con cualquier opción de mercado para James y el Atlético, pese a que Florentino Pérez estaba decidido a traspasarlo al club rojiblanco. El máximo dirigente blanco se resistía, pero admitía que no le quitaba el sueño vender al colombiano al adversario vecinal, tal y como había demostrado unas semanas antes cuando dio el visto bueno para el traspaso de Marcos Llorente. El tira y afloja estaba servido entre la propiedad rojiblanca y la dirigencia madridista. La suma de 50 millones de euros, si se alcanzaban objetivos a cumplir, frenaban un desembolso que se alejaba de los cálculos realizados por los del Metropolitano.

placeholder Entre las lesiones y lo poco que cuenta para Zidane, James Rodríguez solo ha jugado once partidos esta temporada. (EFE)
Entre las lesiones y lo poco que cuenta para Zidane, James Rodríguez solo ha jugado once partidos esta temporada. (EFE)

Pero aquel apabullante triunfo en Nueva Jersey enfrió la operación. Por dos motivos. Porque el Atleti se creció con la victoria y porque Florentino Pérez no bajó de la cantidad exigida. El dirigente entendía que si el Bayern de Múnich no se decidió a pagar los 42 millones de euros que venían recogidos como opción de compra en el contrato de cesión, ésta era la cifra de partida para cualquier otra entidad que pretendiese a un activo que al Real Madrid no le estorba en la plantilla. Pero Simeone aflojó con James porque decidió centrarse en el fichaje de un goleador. El técnico argentino se olvidó del colombiano y centró sus esfuerzos en la pelea por Rodrigo Moreno, tal y como ahora mantiene con el deseo hacia Cavani. Las circunstancias provocaron que el jugador blanco, que ya se veía de rojiblanco, no aceptase con agrado la alternativa que se le ofrecía: el Napoli de Ancelotti. El entrenador italiano, con serias diferencias con la presidencia napolitana como luego se demostró, se rindió rápido en la pelea por el chico.

James Rodríguez, pese a ser consciente de que no es un futbolista del agrado de Zidane, se negó a abandonar Madrid y el Real. Además de mantener su deseo de triunfar de blanco, sólo le seducía jugar en el Atleti de Simeone y, por eso, se esforzó para tratar de modificar el gusto del técnico galo. El sudamericano admitía la relevancia del reto a perseguir. No había olvidado que la llegada al banquillo de Zinedine provocó su salida en forma de cesión bianual al Bayern, después de año y medio de sinsabores con el entrenador francés. Mucho se le ha acusado de llevar una vida desordenada a raíz de su separación matrimonial, pero tampoco ha ayudado la falta de regularidad y confianza de los entrenadores con los que se cruzó en el camino germano. Si Ancelotti, su reclamo en Alemania, fue destituido a los dos meses de aterrizar en Múnich, ni Heynckes ni Kovac lograron exprimir el mejor fútbol de James.

El año negativo podría cambiar si se marcha en esta ventana de invierno del Real Madrid, pero él considera que todavía puede ser útil para la entidad. El paso de los meses obliga a Florentino Pérez a rebajar el precio de su venta y descender de esos más de 40 millones que sostenían en verano su continuidad en Concha Espina. Esa es la baza que está jugando el colombiano. Ya que sabe que ni resultó con Simeone, ni tampoco con Zidane, no le queda otra que seguir pedaleando para cumplir el curso y esperar al verano. Suena extraño que pueda salir en breve, pero tampoco el Madrid puede forzar más la situación. En unos días saldremos de dudas, pero su tiempo de blanco se agota sin haber conseguido ganarse la confianza de un Zidane, que ufano, descuenta a la mínima al chico hasta del banquillo.

Incluido en la alineación de Salamanca, James Rodríguez volvió a contar para Zidane aunque resultara para un partido menor. Reapareció, tras más de dos meses de ausencia, en la semifinal de la Supercopa de Arabia Saudí, pero lo que pareció un reclamo para meterlo nuevamente en buena dinámica se convirtió en un freno con marcha atrás tras quedarse fuera de la cita ante el Sevilla FC, dónde no se sentó ni en el banquillo. Quizá, al técnico francés le disgustó observar en las redes sociales una imagen del colombiano en la fiesta de cumpleaños del compatriota que juega en el Atleti de Simeone. O quizá, no. Lo cierto es que ‘Zizou’ no se emociona con quien apura alcanzar el mes de junio y así penetrar en el último año de contrato. La decepción parece servida con un jugador cuyo rendimiento se ha convertido en clandestino en el Real Madrid.

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