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La incógnita Diego Costa o la obsesión de Simeone por un '9'
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La incógnita Diego Costa o la obsesión de Simeone por un '9'

El entrenador del Atlético ha pedido el fichaje de un delantero para mejorar la cifra de goles de su equipo. Quiere a Cavani, por mucho que no quiera hablar de ello en rueda de prensa, que queda libre el próximo mes de junio

Foto: Edinson Cavani es la petición de Simeone para reforzar el ataque del Atlético de Madrid. (Reuters)
Edinson Cavani es la petición de Simeone para reforzar el ataque del Atlético de Madrid. (Reuters)

Plantéenlo como más gusten: tiempo de transición o momento de reinventarse. Por aquí el relato del Atlético de Madrid del Cholo Simeone. Unos se abrigan con la reflexión del líder del sentimiento, el mismo que, en opinión unánime, ha devuelto el gen ganador a una entidad histórica que deambulaba sin rumbo fijo. Para él y para su grupo de acólitos, que viven bajo el manto del cholismo, el cambio de ciclo era un hecho, circunstancia que ha obligado a pasearse con calma por un nuevo tránsito de modo de estar. Mientras, el propietario también se había manifestado sobre el nuevo periodo abierto. Para él y para muchos atléticos, que tres jugadores se acogieran a las cláusulas de rescisión, más el fin de ciclo de los líderes del vestuario, forzó irremediablemente a descubrir algo nuevo. Más allá de las diferencias léxicas que pueden tener su intersección, el equipo vive huérfano de gol, el club busca con ansiedad un delantero centro y el técnico aguarda la recuperación de Diego Costa, cuya segunda parte en el club no resulta precisamente excelsa.

"No hablo de jugadores que no están en nuestro plantel", comentó Simeone en la rueda de prensa previa al partido contra el Levante. Una y otra vez el argentino esquivó cualquier respuesta al respecto, pero es un hecho que el entrenador colchonero vive obsesionado con encontrar un goleador que remedie parte de los males de un equipo que ha demostrado demasiada irregularidad durante este primer semestre del curso. La falta de gol se manejaba desde el momento en que se conoció en la entidad que a Antoine Griezmann, esta vez, ya no le convencía el señuelo del dinero. El supercontrato del galo solo sirvió para que el entrenador argentino mejorara sus emolumentos, colocándose por encima en el ranking salarial del Metropolitano. Esa alteración del vínculo del delantero francés, aprobada por el Cholo, provocó una riada de quejas en el despacho de la propiedad. Uno de los que más se molestó fue Costa, el mismo que tras dos años naturales de rojiblanco ha perdido fuelle y entusiasmo. Con la fuga de Griezmann, el técnico ya se quejó a la dirección deportiva. Se intentó fichar a Rodrigo Moreno, pero con la línea salarial estrangulada, todo quedó en manos del AC Milan… quien no pudo comprar a Ángel Correa.

Y así empezó el campeonato, con el entrenador argentino ofuscado, rezando para que Costa funcionara y esperanzado en el crecimiento de Álvaro Morata. Llegó la lesión del delantero hispano-brasileño y el drama se acentuó. La entidad decidió peinar el mercado ante la insistencia de Simeone, que en cada conversación con el poder lanzaba el ruego: quiero un ‘9’. Sin embargo, se estampaba con la cruda realidad: el Atleti de Simeone destina casi el 90% por ciento de los ingresos ordinarios a sueldos de la plantilla, lo que significa que mantiene casi consumido el tope salarial que impone LaLiga. Esta limitación no es nueva en el Metropolitano. Ya sucedió cuando se firmó a Morata. Entonces el sacrificado resultó Jonny Otto. En este mercado, ante la exigencia del técnico, toca renunciar a otro, ya sea Lemar, Correa o por quien se reciba una propuesta interesante económicamente hablando.

placeholder Diego Costa no juega por lesión desde el 10 de noviembre. (EFE)
Diego Costa no juega por lesión desde el 10 de noviembre. (EFE)

En diez años, el Atleti de Simeone ha pasado de ingresar 100 a 500 millones de euros, que se han concentrado básicamente en acondicionar y agrandar los sueldos de los futbolistas. No es extraño entonces que el club dejase el puesto 23 del ránking UEFA para pasar al podio de los mejores de Europa. Se han ganado nueve títulos en nueve años, lo que ha dimensionado la estructura interna y externa de la entidad. Pero al final todo se reduce al gol. Y el equipo acumula algunos cursos donde cuesta convertir. Para el cholismo, la ecuación se reduce a los delanteros. Para otros atléticos, la reconversión a un juego más defensivo del equipo provoca la escasez. El mejor ejemplo: Diego Costa. Se marchó ganando la Liga y como finalista de la Champions. El retorno, empeño personal del entrenador, lo ha desnudado ofensivamente hablando… pero no todo es culpa propia. Puestos a esperar su recuperación, en la entidad existen serias dudas sobre su futuro rendimiento. Ya se intentó la salida en la última estación estival, pero el mercado asiático ha reducido los costes y las macroofertas se han desterrado. Costa, que se ha perdido más de un tercio de los partidos desde su llegada —ya sea por lesión o sanción—, provoca un pesimismo evidente y una incógnita real, respecto a recuperar a aquel ariete que envenenaba al adversario.

Simeone espera a Costa, pero quiere otro delantero de máximo nivel. Como no puede ser Rodrigo Moreno, ha elegido a Cavani. Es una vieja aspiración que persigue desde hace un lustro, precisamente desde que Costa firmó por el Chelsea, para luego arrepentirse. Pero en contra del uruguayo se dan varias circunstancias: su edad, cumple 33 años el mes que viene; su sueldo —18 millones de euros por curso, según publicó 'L'Équipe'—; y su precio —dice el diario 'Le Parisien' que el PSG solicita 10 millones de euros cuando queda libre en seis meses—. Demasiados impedimentos para una sociedad rojiblanca que vive asfixiada salarialmente hablando por el control económico de LaLiga. Por eso, apareció la alternativa Paco Alcácer, por quien el Dortmund accedería a una cesión con opción de compra para el siguiente ejercicio. Pero no enamora al Cholo. ¿Será alguna de estas dos opciones? ¿Será otro ariete tapado? La idea fija del entrenador mantiene en alerta a la institución. Lo curioso es que meses después el nombre de Griezmann sigue muy presente en la caseta del técnico. Porque Joao Félix es demasiado imberbe para liderar el gol…y el proyecto.

Plantéenlo como más gusten: tiempo de transición o momento de reinventarse. Por aquí el relato del Atlético de Madrid del Cholo Simeone. Unos se abrigan con la reflexión del líder del sentimiento, el mismo que, en opinión unánime, ha devuelto el gen ganador a una entidad histórica que deambulaba sin rumbo fijo. Para él y para su grupo de acólitos, que viven bajo el manto del cholismo, el cambio de ciclo era un hecho, circunstancia que ha obligado a pasearse con calma por un nuevo tránsito de modo de estar. Mientras, el propietario también se había manifestado sobre el nuevo periodo abierto. Para él y para muchos atléticos, que tres jugadores se acogieran a las cláusulas de rescisión, más el fin de ciclo de los líderes del vestuario, forzó irremediablemente a descubrir algo nuevo. Más allá de las diferencias léxicas que pueden tener su intersección, el equipo vive huérfano de gol, el club busca con ansiedad un delantero centro y el técnico aguarda la recuperación de Diego Costa, cuya segunda parte en el club no resulta precisamente excelsa.

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