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Los 'sandiazos' de Rodrygo en el Real Madrid y por qué Sergio Ramos acapara los penaltis
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Los 'sandiazos' de Rodrygo en el Real Madrid y por qué Sergio Ramos acapara los penaltis

Rodrygo enchufa al mejor Real Madrid. Al joven brasileño se le caen los goles. Marca tres. Dos en siete minutos, y en el Bernabéu querían que el capitán le dejara lanzar el penalti

Foto: Rodrygo celebra un gol en la victoria contra el Galatasaray. (EFE)
Rodrygo celebra un gol en la victoria contra el Galatasaray. (EFE)

En el Real Madrid, tienen que aprovechar la racha goleadora de Rodrygo todo el tiempo que le dure, porque parece que aquí hay filón. Zidane lo tiene claro. El chico tiene olfato. Además de que juega sencillo y no se aturulla como Vinícius. Rodrygo está de dulce y todo lo que toca lo convierte en peligro y goles. En la victoria (6-0) contra el Galatasaray, consiguió un doblete en siete minutos y pudo hacer el tercero si el capitán le hubiera cedido el penalti que le hicieron a Kroos. Sergio Ramos tiró de galones y decidió que la jerarquía hay que respetarla. Un detalle que no pasó desapercibido en el Bernabéu. La afición quería el 'hat-trick' de Rodrygo. No hizo falta. El chico hizo el tercero en el descuento con la puntera. Está bendecido.

El joven brasileño está en ese momento en que si le tiras un sandía, la remata. Lo demostró con un zurdazo en el primer gol, un cabezazo en el segundo y una asistencia en el cuarto para que la empujara Benzema (autor de un doblete). En la celebración de los goles del brasileño, se vieron escenas en las que sus compañeros sonreían y le decían algo así como "deja algo para los demás". No le dejó Sergio Ramos el penalti, transformado a lo 'panenka', porque hay un orden de lanzadores. Primero está él y después Benzema. Con dos a cero y el partido encarrilado, la ocasión era propicia para que el capitán permitiera que Rodrygo redondeara una gran noche. Eso o acordarse de que a Eden Hazard le viene bien marcar goles para coger confianza. Es un asunto menor o ni siquiera hay debate dentro de la plantilla. Está fuera por esa sensación que existe de que Sergio Ramos acapara penaltis y faltas. No pasó a más. Rodrygo tiene esa hambre que le hace pelear hasta con el partido resuelto y en los minutos de descuento. Hizo su primer 'hat-trick' y se llevó el balón del partido para que se lo firmen los compañeros.

placeholder Benzema disputa un balón en el partido contra el Galatasaray. (EFE)
Benzema disputa un balón en el partido contra el Galatasaray. (EFE)

A lo de Rodrygo se le llama oportunismo. Está en el sitio adecuado, en el momento justo y aprovecha las ocasiones. A lo de Sergio Ramos se le podría llamar egoísmo, pero lo vamos a dejar en una cuestión de rango y antigüedad. Lo importante es hacer goles y el capitán suele tener un alto porcentaje de acierto desde el punto de penalti. Rodrygo tiene muchos años por delante para convertirse en el primer lanzador del Real Madrid si prospera una carrera que ha empezado como un cohete. Ha sido llegar y besar el santo. El primer año, venía para aprender en los entrenamientos con Zidane y jugar con el Castilla de Raúl en la Segunda división B. Está derribando la puerta del primer equipo, sin que hayan forzado sus plazos (como sucedió con Vinícius) y enamora al Bernabéu. Hace falta una explosión así. Más para Zidane, que por fin tiene una noche tranquila y puede disfrutar de su trabajo.

La consolidación de Fede Valverde

El Real Madrid pasa de no hacerle un gol al Betis en un día señalado para recuperar el liderato tras el pinchazo del Barcelona contra el Levante a golear a un rival endeble. Los turcos demostraron que son un equipo desmadejado. Sin orden, descuidado en las marcas y con ánimos cansados. Lo aprovechó el Real Madrid en una Champions que ha enderezado tras los errores en París y en el Bernabéu contra el Brujas. El Galatasaray ha servido para curar las heridas en una competición que domina Zidane, pero en la que se había metido en problemas (algunos ya veían los fantasmas de caer a la Europa League). Dos partidos serios y con mucho compromiso ante los turcos revitalizan al Real Madrid en 'su' competición.

Foto: Fede Valverde durante el partido contra el Huesca. (foto vía @fedeevalverde)

El partido tuvo un guion plácido en la noche iluminada de Rodrygo. Una victoria que le sirve a Zidane para sacar conclusiones. El equipo tiene consistencia, verticalidad y definición con Fede Valverde y Rodrygo. El uruguayo y el brasileño forman parte de la revolución que tenía pendiente el entrenador. Valverde adelanta a Modric en el equipo titular y Rodrygo, a una larga nómina de jugadores que se mueven por la banda derecha: los lesionados Bale y James, el descartado Vinícius y Lucas Vázquez. Quedan casi seis semanas para el Clásico en el Camp Nou y el once que se enfrentó al Galatasaray podría servirle al técnico francés para medirse al Barcelona. Queda tiempo, pero es el que mejor pinta tiene y el más fiable. Tiene que mejorar Eden Hazard. El fichaje estrella tiene detalles y se atreve más a encarar. Pero le falta toda la chispa y capacidad de sorpresa que tiene, en estos momentos, Rodrygo.


La cómoda victoria sirvió para que Zidane le diera la última media hora del partido a Isco. Entró por Hazard. El entrenador quiere enchufar al malagueño en la dinámica del equipo. Si ya es complicado encontrarle sitio a Modric en un centro del campo en el que se mezclan Casemiro, Kroos y Valderde, es todavía más difícil que Isco sea titular. Se tomó hasta un respiro Casemiro, que lo juega todo. La peor noticia fue la lesión de Marcelo, que se retiró en la primera parte y tuvo que salir Mendy. Una buena noche, tranquila, sin sufrimiento, con gol, un nuevo ídolo (Rodrygo) y la portería a cero.

En el Real Madrid, tienen que aprovechar la racha goleadora de Rodrygo todo el tiempo que le dure, porque parece que aquí hay filón. Zidane lo tiene claro. El chico tiene olfato. Además de que juega sencillo y no se aturulla como Vinícius. Rodrygo está de dulce y todo lo que toca lo convierte en peligro y goles. En la victoria (6-0) contra el Galatasaray, consiguió un doblete en siete minutos y pudo hacer el tercero si el capitán le hubiera cedido el penalti que le hicieron a Kroos. Sergio Ramos tiró de galones y decidió que la jerarquía hay que respetarla. Un detalle que no pasó desapercibido en el Bernabéu. La afición quería el 'hat-trick' de Rodrygo. No hizo falta. El chico hizo el tercero en el descuento con la puntera. Está bendecido.

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