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Cómo Neymar suplica al PSG salir de la jaula de oro (y el Barcelona no tiene dinero)
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la táctica pasa por dar pena

Cómo Neymar suplica al PSG salir de la jaula de oro (y el Barcelona no tiene dinero)

Neymar está atrapado en la inmensa riqueza de un club gobernado desde Qatar que castiga las ofensas del brasileño. En la caja del Barcelona no hay dinero y ofrece activos futbolísticos

Foto: Neymar durante un acto en Sao Paulo antes de incorporarse a la pretemporada con el PSG. (EFE)
Neymar durante un acto en Sao Paulo antes de incorporarse a la pretemporada con el PSG. (EFE)

El llamamiento de Neymar para que el Barcelona le rescate es el de un chico arrepentido por el error de haberle dado prioridad al dinero por encima de la satisfacción de jugar con Messi y Luis Suárez. Tiene morriña de esos días en los que disfrutaba con la pelota. Lo recuerda cuando dice que, entre sus mejores momentos deportivos, está la remontada al PSG (6-1) en los octavos de final de la Champions en el Camp Nou. Lo que puede parecer una provocación al club que tan bien le paga es la nostalgia de unos recuerdos imborrables que pretende recuperar. Tiene el ánimo bajo. Quiere dar pena. Está melancólico.

Los dos años en el París Saint-Germain se resumen con el fracaso de una decisión que le tienen encerrado en una jaula de oro. Neymar está atrapado en la inmensa riqueza de un club gobernado desde Qatar que castiga las ofensas del brasileño. En esta guerra, el que tiene todas las papeletas de quedar como el derrotado es Neymar, que acaba descubrir que el dinero no te hace plenamente feliz si pierdes tu esencia. La pasión y el entusiasmo de Barcelona derivó a la última imagen que flota en el recuerdo de París: la de una estrella tirada en la cama de un hotel peleando con una mujer que le denuncia por presuntos abusos. En la cara de Neymar, en su regreso a París para incorporarse al trabajo de pretemporada, se comprobó la amargura de un chico que ha perdido la sonrisa. Las imágenes muestran a Neymar en el gimnasio. Serio, resignado, preocupado… Desilusionado.

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El que tenía que ser el líder del PSG, el ídolo de masas, transmite la imagen de un jugador triste. Desmotivado en el primer día de trabajo después de unas largas vacaciones. Neymar no quiere estar más en París y el Barcelona no tiene dinero para abrirle la puerta de la jaula de oro. Bartomeu no puede hacer otra cosa que ofrecer jugadores (Coutinho, Dembélé, Umtiti…) como monedas de cambio. El presidente del Barcelona reconoce que para pagar los 120 millones de euros de la cláusula de Griezmann ha tenido que pedir un crédito de 35 millones de euros (a pagar en los seis próximos meses) y una línea de crédito por los 85 millones restantes que devolverá cuando cobre ingresos pendientes por la venta de jugadores.

placeholder Neymar, durante sus vacaciones en Sao Paulo. (Efe)
Neymar, durante sus vacaciones en Sao Paulo. (Efe)

Vale 222 millones de euros

No hay dinero en la caja para fichar a Neymar. Sin embargo, el Barcelona ofrece activos futbolísticos. Pueden ser interesantes cuando se habla del gusto del entrenador, Thomas Tuchel, por Dembélé y el del director deportivo del PSG, Leonardo, por Coutinho. El principal problema reside en que Qatar no cede al chantaje de Neymar. Pide los 222 millones de euros que pagó hace dos años para demostrar que con ellos no sirven las imposiciones. Este es el motivo por el que Neymar tiene ese gesto desabrido. Multado por el club. No es feliz en París. Es el argumento que transmite al director deportivo, su compatriota Leonardo, y con el que pretende suavizar unos comportamientos que en Qatar tachan de provocación y desleales.

El jeque le convirtió en el fichaje más caro de la historia del fútbol y le puso un sueldo de 37 millones netos anuales. Ni va a perder dinero ni, mucho menos, ceder al chantaje. Seguirá en el PSG, triste o infeliz, si el Barça no encuentra el dinero. De esto se dio cuenta el año pasado Florentino Pérez cuando puso cortafuegos con comunicados oficiales para desmentir que había negociaciones con Neymar. La tristeza del brasileño es el enfado del PSG, un club que abre las puertas a una salida si se cumplen las exigencias económicas. A Neymar no le apetece nada seguir en el proyecto del París Saint-Germain y no va a jugar los primeros partidos de la pretemporada en Alemania. El campeontato francés da comienzo en el 11 de agosto y el primer partido es en el Parque de los Príncipes contra el Nimes. Si llega a ese día, la situación puede ser ya la de un polvorín. El tiempo corre en contra de un Neymar del que Bartomeu da señales de estar despreocupado.

El llamamiento de Neymar para que el Barcelona le rescate es el de un chico arrepentido por el error de haberle dado prioridad al dinero por encima de la satisfacción de jugar con Messi y Luis Suárez. Tiene morriña de esos días en los que disfrutaba con la pelota. Lo recuerda cuando dice que, entre sus mejores momentos deportivos, está la remontada al PSG (6-1) en los octavos de final de la Champions en el Camp Nou. Lo que puede parecer una provocación al club que tan bien le paga es la nostalgia de unos recuerdos imborrables que pretende recuperar. Tiene el ánimo bajo. Quiere dar pena. Está melancólico.

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