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La llama que sigue ardiendo en Fernando Alonso y otras razones para apostar por Aston Martin
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UN AMPLIO ABANICO DE OPCIONES A LARGO PLAZO

La llama que sigue ardiendo en Fernando Alonso y otras razones para apostar por Aston Martin

Entre la pasión por su condición de piloto y las posibilidades que le abre Lawrence Stroll a largo plazo, el asturiano buscará la última bala para lograr su tercer título en 2026

Foto: Alonso se vincula a Aston Martin por varias razones (EFE/Franck Robinchon)
Alonso se vincula a Aston Martin por varias razones (EFE/Franck Robinchon)

"Siento que me gusta demasiado conducir, y no puedo parar en este momento. Los sacrificios que tienes que hacer son menores que la pasión que tengo por conducir. Respiro Fórmula 1, vivo para la Fórmula 1, entreno para estar en forma para conducir un Fórmula 1".

"No ha llegado el momento en que haya sentido la necesidad de cambiar mi estilo de vida. Amo lo que hago. No seré feliz sentado en casa viendo la Fórmula 1, porque en este momento todavía siento que debería estar allí".

La renovación de Fernando Alonso con Aston Martin ofrece múltiples valoraciones y vertientes, pero tan apasionada declaración no puede dejar a nadie indiferente. Porque no es normal, y la base de lo que se construya con tal pasión a los 42 años.

Múltiples factores fundamentarán la decisión del asturiano, pero que semejante motivación siga manando de un piloto que no gana desde 2013 —ni ha aspirado a título alguno— y que terminaba a 44 segundos del triunfador del Gran Premio de Japón habla a gritos de la singularidad de Fernando Alonso.

Sin duda, existen también argumentos más prosaicos para ambas partes, incluido Lawrence Stroll y la marca de Aston Martin. Porque a quien distingue su capacidad analítica a bordo de un monoplaza habrá desmenuzado hasta la saciedad sus opciones. Aunque antes debe seguir ardiendo la llama.

Las agendas de Mercedes y Red Bull

El propio Alonso reconoció tras el anuncio de renovación que "todas las demás conversaciones fueron ligeras y nunca llegaron a ninguna otra conclusión, tal vez se necesitaba más tiempo, todo este tipo de cosas, mientras que en Aston había un claro deseo de trabajar juntos". "Por eso fue muy fácil".

¿Encajaba el español en las respectivas agendas de Mercedes o Red Bull? De sus palabras se deduce que no recibió una respuesta entusiasta. Como contrapunto, ahí queda el nítido posicionamiento de Toto Wolff para cazar a Max Verstappen a poco que se ponga a tiro. En Red Bull, quizás el muro de los Verstappen era demasiado sólido como para considerar al español a su lado.

Alonso constató en el mercado —que reconocía haber sondeado— que mejor moverse con su propia brújula sin depender de agendas ajenas. No tendrá un monoplaza ganador en 2025, y no se sabe si en 2026. Pero el acuerdo con Aston Martin es redondo en tantas facetas que van más allá de la propia Fórmula 1. Con un interrogante que por el momento queda por despejar: ¿llegará Adrian Newey al equipo británico?

El gran objetivo

Sin esa pasión exagerada, incombustible e indómita resulta imposible entender el resto. Fernando Alonso es un monje de la competición, de singular contextura temperamental al seguir entregando su vida a los sacrificios que exige enfrentarse a pilotos todos más jóvenes a bordo de las máquinas más rápidas del mundo. Con un físico y un cerebro que debería estar ya lo suficientemente desgastado para buscar nuevos horizontes vitales. Va a ser que no.

Que Alonso indique que firma el "contrato más largo de su vida" no deja de resultar paradójico a los 42 años. En el fondo de su mente, sin embargo, sigue emboscado su gran objetivo: el tercer título. De aquí el valor que concede a su presencia en 2026.

Cada nuevo ciclo reglamentario hace tabla rasa. Si Aston Martin cuaja el salto cualitativo derivado de sus nuevas infraestructuras y Honda ofrece una competitiva unidad de potencia, Alonso tendrá la última bala de su apasionado y a veces agridulce romance con la Fórmula 1. ¿Con Honda, de nuevo? ¿No resultaría una historia increíble poder cerrar semejante círculo?

Y de no ser posible, en el horizonte flota la próxima entrada de Aston Martin en el Mundial de Resistencia y las 24 Horas de Le Mans. Después, se lee entre líneas al propio Alonso, la posibilidad de entrar dentro de la estructura del equipo de Fórmula 1 o vincularse como futuro embajador de la marca. Para una personalidad como la de Fernando, todo menos quedarse metido en casa haciendo nudillos delante de la televisión.

La gran jugada para Lawrence Stroll

Para Lawrence Stroll la jugada es redonda. Desde la llegada del español, el fabricante ha recibido un espectacular impulso mediático. Su cotización de mercado no es para tirar cohetes en los últimos tiempos. Por tanto, la marca necesita un potente impulso en un sector muy competitivo. Que le pregunten a McLaren Automotive, cuyo control acaba de pasar a manos de otros accionistas.

Porque si el equipo triunfara en la Fórmula 1 dispararía ese posicionamiento en un segmento donde el valor cualitativo premium es esencial. Una figura como Alonso, dispuesto a seguir abriendo melones y llos desafíos más inusuales (ahí están las 500 Millas, Daytona, Le Mans o el Dakar) quiere aspirar al triple tirabuzón de luchar por el título con casi 45 años. Alonso está convencido. De lo contrario, el monje no habría puesto su firma en el papel.

placeholder Stroll ha puesto en la mesa a Adrian Newey una oferta. (Europa Press/Xavi Bonilla)
Stroll ha puesto en la mesa a Adrian Newey una oferta. (Europa Press/Xavi Bonilla)

Sólo queda descartar una hipótesis, abierta por el momento: la oferta de Lawrence Stroll a Adrian Newey. ¿Cuajará o no? Aston Martin reuniría todos los requisitos que mueven al ingeniero británico. Medios de primera clase, un equipo de ambiciosas metas definidas por un gran tycoon que ha cumplido todos los objetivos empresariales en su vida. Para Newey, una suerte de Red Bull 2.0.

Aston Martin también ofrecería al ingeniero británico una gama de superdeportivos para desarrollar otra de sus grandes ambiciones. Ahí está el Valkrye como ejemplo, firmado por el propio Newey. Y si esa oferta llega en el singular momento interno que atraviesa Red Bull... Sin Dietrich Mateschitz, quizás el británico sienta que un ciclo se cierra y le estimule abrir otro. Aunque Ferrari también cumple con semejante esquema.@@

En todo caso, contar con Fernando Alonso, Adrian Newey y los hipotéticos éxitos en la Fórmula 1 para los que trabaja Lawrence Stroll aportaría a la marca de superdeportivos un halo diferencial tan cualificador en su segmento. Si el ingeniero británico no llegara finalmente, —quién sabe qué sabe el piloto español— Fernando Alonso seguirá amando lo que hace.

"Siento que me gusta demasiado conducir, y no puedo parar en este momento. Los sacrificios que tienes que hacer son menores que la pasión que tengo por conducir. Respiro Fórmula 1, vivo para la Fórmula 1, entreno para estar en forma para conducir un Fórmula 1".

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