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"Estos tíos se van a enterar". El destino caprichoso que une a los dos Carlos Sainz
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LOS PARALELISMOS EN SUS CARRERAS

"Estos tíos se van a enterar". El destino caprichoso que une a los dos Carlos Sainz

Los Sainz, padre e hijo, comparten alguna anécdota en común, además de la experiencia de dos momentos cruciales en sus respectivas carreras con una reacción también similar

Foto: Carlos Sainz padre e hijo en el boxes de las World Series.
Carlos Sainz padre e hijo en el boxes de las World Series.

Se trataba de una curiosa coincidencia, o el hilo que une el destino de un padre con su hijo, ambos pilotos. En vísperas de Gran Premio de Australia, Carlos hijo fue operado de una apendicitis. Carlos padre también, justo antes de empezar el Rallie Costa Brava de 1985. Curiosamente, ambos reaccionaron de forma casi idéntica al despertar de la anestesia.

Carlos Sainz lograba en Suzuka su tercer podio consecutivo con Ferrari, el equipo que no le renovará tras fichar a Lewis Hamilton. Paradójicamente, en el mejor momento de su vida en la Fórmula 1, pero sin contrato para el año que viene.

La inesperada decisión de Ferrari sitúan al madrileño en un marco donde la reivindicación y la determinación ante las nuevas circunstancias juegan un papel crucial. Como le ocurrió a Sainz padre en otra encrucijada de su carrera en el Mundial de Rallies, en 1995… Como el padre, como el hijo.

"¡Antonio, hay que trabajar más!"

Carlos Sainz publicaba una foto en las redes sociales tras ser intervenido en Yeda, imitando la de Carlos padre en su día, operado de urgencia en condiciones similares antes de participar en un rallye del Campeonato de España. Lo que no entraba en la fotografía es la primera reacción de ambos al despertarse de la anestesia.

"Perderse la prueba fue un duro golpe para él, pero no hubo más remedio que pasar por el quirófano", recordaba el añorado Antonio Boto, copiloto de Sainz en aquellos tiempos, y que aparecía junto a su piloto en la famosa fotografía. "Por lo visto, después de una operación, y cuando comienzan a pasar los efectos de la anestesia total, el intervenido se queda en un estado en el que, ocasionalmente, se habla en voz alta de forma inconsciente".

"Pues bien, cuando Carlos (padre) salió del quirófano, en la camilla, en estado todavía en ese estado semiinconsciente. ¿Sabes cuáles fueron sus primeras palabras? ¡Antonio, hay que trabajar más, hay que trabajar más!".

Cuando Sainz hijo abría los ojos tras ser intervenido el viernes del Gran Premio de Arabia Saudí en el King Fahad Armed Forces Hospital, tenía junto a él a Pier Luigi della Bona, su nuevo preparador personal. ¡Pier, dai che arrivo a la califica!. "Vamos Pier, que llegó a la clasificatoria". No era posible, desde luego, pero el domingo entró a cámara lenta en el circuito para acompañar a su equipo en la carrera. Dos semanas después, ganaba el Gran Premio de Australia.

"Hay momentos en la vida..."

Los episodios anteriores entrarían dentro del terreno de la anécdota. Sin embargo, hoy el hijo comparte un momento de mayor calado y similitudes a otro importante de su padre, casi 30 años después. Ambos, a la contra frente a sus respectivos equipos. El hijo, por una decisión inesperada de Ferrari. El padre, por otra crucial del dueño de Subaru que le hizo perder el título en 1994 en la última prueba de aquel año. La reacción de ambos también comparte puntos en común.

"A buenas horas sigo yo con este tío si tuviera una opción el año que viene". En la oscuridad de la noche, junto a la entrada del hotel Crabwall Manor, Sainz padre miraba al suelo, con el intacto Subaru Impreza delante. Acababa de perder su tercer título cuando David Richards, responsable del equipo, le negó su ayuda porque quería que su compañero Colin McRae lograra su primera victoria, en Gran Bretaña, para más señas.

placeholder Carlos Sainz también vivió un año especial en Subaru, en 1995. (Reuters/Jose Manuel Ribeiro)
Carlos Sainz también vivió un año especial en Subaru, en 1995. (Reuters/Jose Manuel Ribeiro)

"En el equipo se pensaron que yo me iba a hundir después del final de temporada de 1994. Creían que me iba a arrastrar el resto del año y que Colin me iba a machacar", contaría después del propio Carlos Sainz sobre aquellos momentos. "Sin embargo, yo lo tenía muy claro: o ellos me comían a mí, o yo les comía a ellos. Y decidí ir a por ellos", añadía.

"Hay momentos en la vida en que tienes que plantearte todo lo que eres, cómo eres, por qué y cómo haces las cosas. Momentos de tener confianza en ti mismo y apostar fuerte. Aquel era uno de esos momentos. Cuando acabé el RAC estaba tremendamente hundido, pero me dije a mí mismo: 'estos tíos se van a enterar. Si me considero el mejor, o uno de los mejores, lo voy a demostrar'", contó.

Sainz le dio la primera victoria en el Montecarlo a Subaru, ganó en Portugal y batió a McRae también en Córcega, las primeras pruebas de la temporada. Tenía totalmente encaminado su tercer título hasta que un accidente en bicicleta le costó una grave lesión. "El accidente del hombro y lo que vino a continuación son de esas cosas que te ocurren en la vida, que te obligan a recapacitar mucho, y sobre muchas cuestiones diferentes". Sainz dejó Subaru a final de aquella temporada.

Una soterrada sensación de traición

Sainz hijo no tiene contrato con Ferrari para 2025, pero debe seguir un año más en su actual equipo, como su padre con Subaru. En su mejor momento de forma, tras haber plantado cara a Charles Leclerc, confiado en las certezas de renovación que le llegaban de Ferrari, afronta ahora un mercado de pilotos complejo y enrevesado para asegurar su futuro.

Como al padre en su día, le ha llegado el momento de plantearse "todo lo que eres, cómo eres por qué y como haces las cosas". La decisión del equipo italiano ha supuesto un duro golpe anímico al madrileño, sin ser ajena una soterrada sensación de traición. La reacción de Sainz hijo hoy está recordando a aquel “se van a enterar” del padre en 1995. En Ferrari, y fuera.

Tres podios en otras tantas carreras, una victoria con tintes épicos en Australia y Leclerc derrotado en los tres primeros grandes premios, Sainz se encuentra en la cúspide de su carrera. Estos días, campeones del mundo como Mika Hakkinen o Damon Hill se deshacían en elogios sobre el madrileño, destacando ambos en las redes sociales la injusticia de su situación.

De "absoluta tragedia si no encuentra un equipo top el próximo año" califica el británico la situación de Sainz. Mientras, este responde al máximo nivel en aquello que está bajo su control. Aunque cuenta con varias opciones, otros varios factores están fuera del control de Sainz hijo para firmar su contrato en estos momentos. Su padre y su equipo gestiona su futuro. Nadie dijo que fuera fácil. Pero solo tiene que mirar en casa.

Se trataba de una curiosa coincidencia, o el hilo que une el destino de un padre con su hijo, ambos pilotos. En vísperas de Gran Premio de Australia, Carlos hijo fue operado de una apendicitis. Carlos padre también, justo antes de empezar el Rallie Costa Brava de 1985. Curiosamente, ambos reaccionaron de forma casi idéntica al despertar de la anestesia.

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