"Ha cambiado, ahora es otro". Carlos Sainz, Leclerc y el temor a atragantarse con la aceituna

"Carlos ha cambiado, es otro desde enero", te cuentan desde el entorno cercano de Carlos Sainz, corroborando las sensaciones que destila el madrileño desde que recibiera aquella noticia inesperada. Hamilton le sustituirá, después de haber confiado en una renovación que el equipo Ferrari alentó durante meses.

Sainz ha sabido manejar la frustración, pero la decepción ha espoleado su motivación y forma de competir. Su historia desarrolla ahora una singular narrativa con otro perfil en su adiós a Ferrari. La del piloto despedido que se eleva a una agresiva dimensión para asegurar su destino y reinvindicarse -o desquitarse- ante la inesperada decisión del equipo italiano.

El Gran Premio de Japón llega como otro nuevo capítulo de este singular guion. ¿Podrá derrotar Sainz a Leclerc en Suzuka y por tercera vez este año, o revertirá el monegasco la tendencia inicial de 2024? En Albert Park batió a Lecrec a pesar de dos semanas en el dique seco. La temporada es larga todavía para anticipar patrones de rendimiento, pero un nuevo triunfo del español sobre su compañero seguiría socavando la decisión de Ferrari.

¿Demasiado pronto?

"En este momento, (Sainz) está confundiendo todo en Ferrari. Primero, porque has contratado al piloto equivocado para el próximo año", declaraba recientemente Christian Danner, expiloto de Fórmula 1 y comentarista de la televisión alemana. Aludía a ese piloto trasmutado por la sensación de injusticia. "Sainz sale con compromiso, alegría y agresividad, ¡me gusta muchísimo!".

Danner intuye a ese nuevo piloto, mientras excusa a Hamilton -batido en las tres primeras carreras por Russell- ante el pésimo rendimiento del W15. "Pero una cosa está clara, si Sainz mantiene tal estado de forma - y tiene a Leclerc bajo control - se podría decir que Fred Vasseur habría decidido demasiado pronto".

Según Danner, de mantener Sainz el mismo rendimiento durante el campeonato pondría en solfa -o en evidencia- la decisión de Ferrari. Aún queda un largo recorrido en 2024, y el pasado año sus pilotos se alternaron uno sobre otro según el circuito y la configuración del monoplaza. El pasado Gran Premio de Japón fue un ejemplo de aquellas oscilaciones entre ambos.

Similitudes y diferencias

Tras dominar a Leclerc en Holanda, Monza y Singapur, una evolución del fondo del SF23 se adaptó favorablemente al estilo del monegasco, que supo revertir el dominio de Sainz en las carreras precedentes. En 2024 cabe esperar una dinámica similar. Siempre y cuando Ferrari apoye al español hasta la "última curva de la última carrera", como prometía recientemente Fred Vasseur. De momento, que el madrileño cuaje la tendencia inicial con este SF24 no encajaría muy bien en algunos cuarteles.

La cita nipona llega en momento distinto al de 2023, ya que se celebró en la recta final de la temporada, cuando el dominio de Red Bull era una realidad aplastante. Este año llega a comienzos de campeonato, pero se da por descontado el dominio de Red Bull. Ferrari se ha consolidado como segundo equipo de la parrilla, aunque con dudas sobre la misma capacidad de pegada al equipo austríaco que la ofrecida en Albert Park.

Eso sí, Verstappen llega en una situación similar. En 2023, cosechó antes de la carrera nipona el peor resultado de la temporada, en Singapur. Ganó Sainz. El neerlandés prometió arrasar en Suzuka con una ventaja de 20 segundos. Lo clavó. Curiosamente, a esta edición se llega con el primer abandono de Verstappen en dos años. De nuevo, victoria anterior de Sainz. Helmut Marko ya ha avisado que Verstappen arrasará también en esta edición.

El SF24, otra máquina

En Red Bull se confia que el elevado porcentaje de curvas de alta velocidad de Suzuka hagan nuevamente del RB20 un pez en el agua. Por su parte, Ferrari podría encontrar un serio rival si McLaren repite su patrón del pasado año, cuando el monoplaza británico era -y es- un avión en este tipo de curvas. Piastri salió en primera línea, y ambos pilotos subieron al podio, mientras que Ferrari rodó lejos de Red Bull y McLaren.

Sin embargo, el SF24 es una máquina enderezada y más competitiva frente a su impredecible predecesor en curvas de alta velocidad, y sufría de gran sensibilidad al viento y una elevada degradación. Según la evolución del SF23 y el tipo de circuito, Sainz y Leclerc se alternaron los palos, con una ligera superioridad del monegasco los sábados.

El nuevo mapa aerodinámico del SF24 ha variado radicalmente su rendimiento. La degradación parece tema del pasado, y la confianza de los pilotos para atacar es otra historia. En Bahrein y Yedda no hubo respuesta a Red Bull, pero el rendimiento de Carlos Sainz sábado y domingo en Albert Park ha dejado flotando en el aire varias cuestiones.

El hueso de aceituna

Una, si Ferrari tendrá en Suzuka esa respuesta al RB20 y Verstappen. Otra, si el español coge mejor por la mano a este SF24 que su compañero. Al menos, en este primer tercio de la temporada. Ser netamente superado por un piloto que participó de milagro en el gran premio hubo de resultar embarazoso para Leclerc.

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Según el entorno de Sainz, de haber sido operado tan solo un día más tarde no habría participado en el Gran Premio australiano, tal era el punto crítico de recuperación. Que Leclerc quedara a medio segundo el sábado y sin la menor respuesta en carrera supuso un duro correctivo. Quizás, no solo para el piloto.

En 2023, el monegasco superó en Suzuka a Sainz sábado y domingo. El español erró, además, con la estrategia de carrera. Si alguien necesita revertir la situación actual es Charles Leclerc, y quizás alguien en la cúpula de Ferrari, a quien se atragantaría como una aceituna en la garganta que opiniones como las de Christian Danner siguieran cuajando en 2024.