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Por qué Ferrari y Vettel (que no Leclerc) llegan con la soga al cuello a España
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se les acaban las excusas

Por qué Ferrari y Vettel (que no Leclerc) llegan con la soga al cuello a España

¿Reaccionarán tanto el piloto alemán como la Scudería en el Gran Premio de España? Por diferentes razones, el próximo fin de semana se antoja una prueba de fuego para ambos

Foto: Sebastian Vettel en la última carrera. (EFE)
Sebastian Vettel en la última carrera. (EFE)

“Todavía no estoy contento con el coche y siento que no estoy pilotando como mejor sé, principalmente porque no responde o no quiere responder como querría, no creo que sea natural”. A Sebastian Vettel siempre le ha caracterizado una sinceridad que tampoco la evitó tras el GP de Azerbaiyán, certificando su delicado momento personal. Porque su liderazgo en Ferrari está cuestionado. Pero no es el único con el agua al cuello. Porque su propio equipo llega a Europa con cuatro dobletes en el hígado tras otras tantas carreras en 2019. Nunca desde 1992 una escuadra ha dominado tanto en el inicio de un campeonato como Mercedes este año.

¿Reaccionarán tanto el piloto alemán como la Scudería en el Gran Premio de España? Por diferentes razones, la próxima carrera se antoja una prueba de fuego para ambos, ya que fue la pista donde el SF90 sorprendió en pretemporada. Las optimistas referencias de pretemporada invitan a pensar que si ambos no encontraran respuesta a sus respectivos problemas, tanto en Maranello como para el propio Vettel la presión alcanzará cotas de zona roja. Pueba de ello es el equipo equipo italiano adelantará para este fin de semana una nueva evolución de motor que prevista para carreras posteriores.

La prudencia de Vettel

“Cuando las cosas no van como quieres, no te atreves a arriesgar por miedo a perder la máquina, por esta simple razón he sido más prudente en estas primeras carreras frente a los test de pretemporada, donde todo había ido muy bien”, confesaba Vettel tras Bakú, “debemos esperar buscando mejorar la manera podamos gestionar todo para ser más rápidos, eso es todo”. Una prudencia que le ha aconsejado rendir por debajo del nivel que íntimamente se sabe capaz, pero que también le ha evitado graves errores como el de Charles Leclerc, cuando el monegasco hipotecó el fin de semana del equipo italiano. Sin embargo, Vettel es quien defiende un estatus y liderazgo al que Leclerc aspira. Y por el momento, el suelo se mueve bajo los pies del alemán.

En Australia y China, el W10 superó al SF90, pero en Baréin y en Bakú el equipo italiano contaba con el monoplaza más rápido. Sin embargo en la mayoría de las sesiones Charles Leclerc mostraba una mayor adaptación a ese comportamiento del SF90 que tan poca confianza genera en Vettel. De aquí su difícil posición. Porque en las pistas donde el monoplaza italiano superaba a su rival, Leclerc vapuleaba a su compañero con diferencias inesperadas para un tetracampeón. En Baréin, nada menos que tres décimas, diferencia similar a la que pudo caer en Bakú de no incurrir en aquel error del Q2.

Como en 2014 o 2012

El Gran Premio de España se convierte así para Sebastian Vettel un auténtico yunque. Porque es la primera pista con referencias anteriores en 2019, que tan positivas fueron para el piloto alemán en la pretemporada. “Muy cercano a la perfección”, sentenciaba tras la primera jornada para referirse a un SF90 equilibrado, cómodo de pilotar y fácil de poner a punto. Por ello, la fragilidad de Vettel sorprende casi tres meses después. Dejar Montmeló con sensaciones semejantes a las cuatro carreras anteriores puede minar su posición en Maranello para poder plantar cara a Mercedes.

La situación de Vettel recuerda a la de 2014 con Daniel Ricciardo y Red Bull, sin respuesta a frente al australiano, ganador de tres carreras por ninguna del alemán. El de Heppenheim necesita repetir la recuperación protagonizada en 2012 frente a Mark Webber, cuando solo pudo reaccionar con la briosa evolución que imprimió Adrian Newey al monoplaza austríaco a partir de Monza. Arrasó donde antes había superado por Webber. De no repetir aquella reacción, corre el peligro de quedar subordinado ante Leclerc. Cuando el SF90 ha sido superior, también su compañero de equipo.

El contraste de marzo

Para Ferrari, Barcelona será verdaderamente crítico por tratarse de la misma pista donde deslumbrara en marzo. ¿Qué sucede con el SF90? Por diferentes razones técnicas, el monoplaza italiano no ha podido exprimir con la misma regularidad de rendimiento los neumáticos más blandos de la gama Pirelli. En Bakú el alemán fue impotente en el primer relevo, aunque pudo mantener el mismo ritmo de Mercedes en el segundo con un compuesto más duro. Hasta qué punto Mercedes explota mejor los nuevos Pirelli -con menor superficie externa de goma- que el equipo italiano tendrá otra respuesta en el abrasivo asfalto de Montmeló, que con temperaturas más elevadas se espera pueda ser más propicio para el SF90.

Pero tal es la presión en Maranello que Mattia Binotto anunciaba la introducción anticipada de la segunda evolución de su unidad de potencia que estaba prevista para el Gran Premio de Canadá, al igual que una nueva formulación de combustible de Shell. Ferrari buscaría así solucionar algunos problemas que han condicionado el rendimiento de su motor -no tanto en Bahrein- que limitarían también su potencial aerodinámico.

El contraste de pretemporada

El equipo italiano ya inició en Bakú la introducción de su primera gran evolución aerodinámica que se ampliará con otra tanda en Montmeló (elementos laterales y en la zaga del monoplaza). Flota también en el aire la incógnita sobre ese diferente concepto de alerón delantero y la filosofía que determina en el resto del monoplaza para generar temperatura con determinado tipo de compuestos, así como la diferencias de rendimiento aerodinámico del SF90 con el W10 según el tipo de pistas.

Montmeló es reconocido como un trazado ideal para poner a prueba el nivel medio de un monoplaza. El primer sector comprende una larga recta y una rapidísima y curva en subida, el segundo pone a prueba el grip mecánico, y el tercero también la tracción. Ninguna pista para dar respuestas como aquella donde Sebastian Vettel alucinaba con su nuevo monoplaza en marzo. De no encontrarlas este próximo fin de semana...

“Todavía no estoy contento con el coche y siento que no estoy pilotando como mejor sé, principalmente porque no responde o no quiere responder como querría, no creo que sea natural”. A Sebastian Vettel siempre le ha caracterizado una sinceridad que tampoco la evitó tras el GP de Azerbaiyán, certificando su delicado momento personal. Porque su liderazgo en Ferrari está cuestionado. Pero no es el único con el agua al cuello. Porque su propio equipo llega a Europa con cuatro dobletes en el hígado tras otras tantas carreras en 2019. Nunca desde 1992 una escuadra ha dominado tanto en el inicio de un campeonato como Mercedes este año.

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