La repetitiva fotografía del McLaren o los 18 'golpes' de Honda a Fernando Alonso

“Para mí ya ha terminado la temporada de 2017 y, desde hoy, me centro completamente en el año que viene. En cuanto al coche, se están haciendo muchas cosas y estoy muy contento con la dirección que estamos tomando para 2018”. Con estas palabras, Fernando Alonso se ha despedido oficialmente de la aventura que empezó hace tres años con Honda. No ha hecho unos 'donuts', como el domingo, pero sí ha debido sentir cierto alivio después del tortuoso viaje desde 2015: 18 abandonos a causa de la fiabilidad. 18 golpes para romper esta relación (contrato).

En lo personal, su primera experiencia con McLaren en 2007 fue la más dura en la Fórmula 1. La relación con Ron Dennis forzó su salida hacia Renault, equipo puente hasta su fichaje por Ferrari. En esta segunda parte, el fracaso ha venido en la pista, tocando fondo con la penúltima posición por equipos de este curso. Como en 2008, Renault acude 'al rescate'. “Sin el motor Renault, Alonso no se habría quedado”, reconocía Zak Brawn hace unas semanas en la 'Gazzetta'.

Opinión

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En unos test que sirven a McLaren para conocer los neumáticos de la próxima temporada, el asturiano sufrió su último percance con Honda, aunque esta vez no tuvo nada que ver el propulsor japonés ya que el accidente fue más por un error de pilotaje. “He rozado el muro esta mañana y hemos perdido algo de tiempo sobre la pista, pero los mecánicos han hecho un gran trabajo para arreglar el coche y hacer posible que salgamos de nuevo antes de la comida, con lo que he podido completar el programa entero”, explicaba el ovetense cuando se bajó del monoplaza tras dar 114 giros en una jornada que estuvo marcada por el mejor tiempo de Kimi Raikkonen y la presencia en pista de Robert Kubica con un Williams. Este miércoles continuarán con las pruebas en McLaren Stoffel Vandoorne y Lando Norris.

Intentando 'imitar' el McLaren-Honda de Senna

La anécdota en forma de accidente ha acaparado la atención de la Prensa junto con la llamativa y repetida fotografía de un McLaren siendo remolcado por una grúa. Esa fotografía plasma lo que podría ser el resumen de esta era, que no comenzó bien y nunca llegó a arrancar. Pese a que el romanticismo, los buenos propósitos y la intención de imitar la exitosa relación que encumbró, por ejemplo, a Ayrton Senna en los 80. Esta vez, el cuento no se escribió del mismo modo: “Ha sido una cuestión de filosofía”, concluyó Brawn con brevedad para condensar una respuesta a porqué ha sido tan desastrosa una arriesgada etapa en la que se empezaba con desventaja con respecto a sus rivales.

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McLaren ya está trabajando en su monoplaza de 2018 junto a Renault para adaptar el corazón francés al caparazón inglés. Un trasplante en el que se tienen depositadas muchas esperanzas para aspirar al podio de manera habitual. Y quién sabe qué más.

Honda, por su parte y tras invertir tiempo, motores y unos 100 millones de euros anuales para ser el principal patrocinador de McLaren, se centrará en Toro Rosso y una relación “más igualitaria”, como reconocía Hasegawa cuando se hizo oficial el matrimonio con la filial de Red Bull. La marca nipona no tira la toalla y espera dar un paso hacia atrás para coger impulso y estar cerca de la altura de los Renault, Ferrari o Mercedes. Este ya será otro cuento que se comenzará a escribir a finales de febrero, en los primeros test de 2018.