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España, el equipo nómada que quiere codearse con Estados Unidos en casa
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arranca la copa del mundo de tenerife

España, el equipo nómada que quiere codearse con Estados Unidos en casa

La plata mundial en Turquía hace cuatro años parecía el techo de un equipo que ha seguido ganando desde entonces. Tenerife acoge una Copa del Mundo en la que vuelve a aspirar a medalla

Foto: España ha ganado medalla en cada uno de los últimos cinco años. (EFE)
España ha ganado medalla en cada uno de los últimos cinco años. (EFE)

Hace unos días, las jugadoras de la selección española de baloncesto y las de la selección estadounidense coincidieron en una de las canchas de entrenamiento de la Copa del Mundo de Tenerife. Unas salían y otras entraban, momento que aprovecharon para saludarse. Pero no como lo harían unas rivales, sino como lo hacen las amigas. Porque entre unas y otras existe una relación de amistad que se ha ido fortaleciendo lejos de casa, compartiendo equipos en competiciones en el extranjero. Unas porque la liga española quedó casi arrasada por la crisis y otras porque la WNBA solo se juega en verano y sus sueldos están lejos de su caché.

Las mejores jugadoras de baloncesto del mundo son nómadas. Lo son las españolas, casi todas con bastante experiencia en el extranjero, donde reciben salarios muchos más altos que los pueden ganar en España y donde juegan en los mejores equipos del continente, los que pelean por la Euroliga. De las 12 jugadoras convocadas por Lucas Mondelo, solo tres han jugado en casa toda su carrera: Bea Sánchez, Laura Gil y Belén Arrojo. El resto ha jugado en Rusia, Turquía, Polonia, Francia, República Checa, Estados Unidos... Incluso Australia, como en el caso de la capitana, Laia Palau.

Foto: Astou Ndour debutará en una Copa del Mundo. (EFE)

Eso ha repercutido de manera positiva en la selección, pues les ha permitido medirse a diario con las mejores jugadoras del mundo. Cuando peor estaba la Liga Femenina, que poco a poco comienza a remontar el vuelo, han llegado los mayores éxitos de la selección absoluta, alimentada por esa competitividad reforzada por la competición al máximo nivel y por el empuje de una cantera que se cuelga varias medallas cada verano.

La selección femenina lleva cinco veranos seguidos ganando una medalla, una racha de la que no puede presumir la selección masculina. Tras quedarse fuera de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, ganó el oro en el EuroBasket 2013, la plata en el Mundial 2014, el bronce en el EuroBasket 2015, la plata en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y el oro en el EuroBasket 2017.

La victoria de 2013 marcó un punto y aparte por la retirada de Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar, pero el ciclo ha continuado porque el grupo se ha mantenido. Además de Mondelo, seleccionador desde 2012, en Tenerife hay ocho jugadoras que disputaron aquel campeonato en Francia, siete de las que consiguieron la plata en Turquía un año después, ocho de las que ganaron el bronce en 2015, ocho medallistas olímpicas en Río y ocho campeonas de Europa hace un año.

La selección femenina lleva cinco veranos seguidos ganando una medalla, una racha de la que no puede presumir la selección masculina


Ninguno de eses torneos se ha celebrado en España. La selección no es anfitriona desde los Juegos Olímpicos de Barcelona. Por eso la Copa del Mundo de Tenerife (esta edición estrena esa denominación) es el colofón a una trayectoria increíble. "Tenemos muchas ganas de que esto empiece ya porque hemos trabajado mucho y de disfrutar de este regalo que nos ha hecho la federación y que nos merecemos", dijo este viernes la capitana, Laia Palau.

Con el historial de los últimos años, España llega a su torneo como candidata a subirse al podio. Quitando a Estados Unidos, que tiene un equipo inferior al que llevó hace dos años a Río de Janeiro, el resto está más abierto. Con la presencia de Sancho Lyttle, baja por lesión, la Selección estaría por encima de sus rivales. Sin ella, la pelea por la plata y el bronce se iguala. Sucedió lo mismo hace dos años en los Juegos Olímpicos. Y el equipo se volvió con una plata.

Hace unos días, las jugadoras de la selección española de baloncesto y las de la selección estadounidense coincidieron en una de las canchas de entrenamiento de la Copa del Mundo de Tenerife. Unas salían y otras entraban, momento que aprovecharon para saludarse. Pero no como lo harían unas rivales, sino como lo hacen las amigas. Porque entre unas y otras existe una relación de amistad que se ha ido fortaleciendo lejos de casa, compartiendo equipos en competiciones en el extranjero. Unas porque la liga española quedó casi arrasada por la crisis y otras porque la WNBA solo se juega en verano y sus sueldos están lejos de su caché.

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