El baloncesto femenino va sobrado de medallas, pero no de sedes para el Mundial
Los continuos éxitos de la selección no han evitado que la FEB haya tenido problemas en la búsqueda de sedes para la Copa del Mundo que organizará en septiembre de 2018
El 16 de diciembre de 2014, la FIBA eligió a España como organizadora de la Copa del Mundo de baloncesto de 2018. Tres años y medio después, poco más se sabe. La Federación Española de Baloncesto (FEB) aún no ha anunciado dónde se jugarán los partidos. Mientras la selección femenina no ha parado de ganar medallas, la última el oro europeo logrado el domingo, el evento que debe ser la culminación del programa Universo Mujer se ha pasado mucho tiempo encallado.
La FEB ha tenido problemas para encontrar ciudades dispuestas a acoger el torneo. La razón principal es económica: el coste de organizar el campeonato es similar a su equivalente masculino, pero el retorno es mucho menor. A eso hay que sumar las dificultades que ha atravesado la federación, con la investigación a José Luis Sáez y el adelanto de las elecciones a la presidencia, que culminaron con la llegada de Jorge Garbajosa.
Con el exjugador en el cargo se dio un nuevo impulso a las negociaciones para encontrar sede, que finalmente será Tenerife. Según ha publicado la prensa local y ha podido confirmar El Confidencial por varias fuentes, el acuerdo para que la Copa del Mundo se celebre integramente en la isla está casi cerrado y debería anunciarse muy pronto. La página del evento asegura que las ciudades que acogerán el torneo serán reveladas este mes de junio. El campeonato se celebrará del 22 al 30 de septiembre de 2018.
Un Mundial en Canarias
La idea inicial de la FEB no era un Mundial con sede única, sino un campeonato más parecido a la Copa del Mundo masculina de 2014 (entonces también se estrenó esa denominación, como va a hacer el torneo femenino en 2018). Aquel torneo se celebró en seis ciudades: la fase de grupos se jugó en Sevilla, Granada, Bilbao y Las Palmas de Gran Canaria y las eliminatorias, en Barcelona y Madrid. La Copa del Mundo femenina tiene ocho equipos (16) y 36 partidos menos (40).
Tras ser elegida como organizadora, la FEB recibió el interés de varias ciudades, entre ellas Madrid, Salamanca, Bilbao y Palma de Mallorca, según las informaciones publicadas en aquel momento. También Gran Canaria se posicionó. El Cabildo de la isla, dueño del Herbalife Gran Canaria, ha apostado en los últimos años por el baloncesto. Ya organizó la Copa del Rey de 2015 y lo organizará también la de 2018, además de la Supercopa que abrirá la temporada.
El esfuerzo económico para esos dos eventos le llevó a renunciar a la Copa del Mundo. El Cabildo negociaba para acoger la fase final del torneo, pero la investigación a José Luis Sáez paralizó las conversaciones, retomadas tras la llegada de Garbajosa a la presidencia. Se barajaron varias opciones, como que Gran Canaria y Tenerife acogieran de manera conjunta el torneo o que solo la primera fuera la sede, opción que estuvo cerca de cerrarse: el Cabildo llegó a un acuerdo para ser sede única a cambio de 2 millones de euros, publicó 'La Provincia' el pasado 8 de abril. Finalmente será la otra isla la que disfrute del torneo.
La final, en el Santiago Martín
Como el Mundial de 2006, celebrado en Sao Paulo (Brasil), la Copa del Mundo se disputará en dos pabellones. El principal será el Santiago Martín de La Laguna, recinto donde juega sus partidos el Iberostar Tenerife de la Liga Endesa y donde se jugó la 'final four' de la FIBA Champions League en abril. El recinto tiene una capacidad de 5.000 espectadores, inferior a la que exige la FIBA, que parece ser más laxa que su propia norma.
El manual de la candidatura y el evento, que regula tanto el proceso de selección como el de organización, y que puede consultarse en la misma web de la FEB, es bastante claro. En su punto 7.2, 'General venue requirements' (Requisitos generales del recinto), establece que los partidos de la fase de grupos deben disputarse en un pabellón con una capacidad mínima de 4.000 espectadores, mientras que el recinto que acoja los encuentros de la fase final debe poder acoger al menos a 8.000 personas. El punto 4.4 del manual también establece que el torneo debe disputarse, al menos, en tres pabellones: dos para la fase de grupos y otro diferente para las eliminatorias (cuartos de final, semifinales y final).
Los requisitos del manual son de obligado cumplimiento. "Al presentar su candidatura para organizar la Copa del Mundo de baloncesto femenino FIBA 2018, la federación solicitante acepta cumplir con todos los requisitos esbozados en este manual", dice el documento en su punto 1.5. Sin embargo, un portavoz de la federación internacional confirmó a este periódico que solo exigen dos pabellones y que la capacidad no es el único criterio que tienen en cuenta. "La FIBA puede ser flexible y está abierta, en casos particulares, a aceptar recintos con una capacidad inferior a 5.000 asientos".
La capacidad mínima de los pabellones venía recogida en el punto 39 del Libro 2 de la regulación interna de la FIBA (al que hace referencia el manual), como se puede ver en el cuadro que acompaña esta información. Sin embago, en la última edición de esa regulación, de enero de este año, el cuadro ya no aparece. En su lugar, la federación dice que las competiciones deberán celebrarse solo en los recintos que cumplan, "en opinión razonable" de la FIBA, los requisitos mínimos de las reglas oficiales del baloncesto y de la documentación de la organización.
Las finales de los últimos torneos internacionaes se han disputado en pabellones mucho más grandes. La del reciente EuroBasket se jugó en el O2 Arena de Praga (17.500 espectadores); la de los Juegos de 2016, en el Arena Carioca 1 de Río de Janeiro (10.700); y la del Mundial 2014, en el Ülker Arena de Estambul (13.000). La última que se jugó en un pabellón pequeño fue la del EuroBasket de Francia 2013, ganado por España. Y a diferencia de otros recintos que han acogido finales femeninas, el Pubeco Pévèle Arena de Orchies se llenó. A veces es mejor conformarse con lo pequeño.
El 16 de diciembre de 2014, la FIBA eligió a España como organizadora de la Copa del Mundo de baloncesto de 2018. Tres años y medio después, poco más se sabe. La Federación Española de Baloncesto (FEB) aún no ha anunciado dónde se jugarán los partidos. Mientras la selección femenina no ha parado de ganar medallas, la última el oro europeo logrado el domingo, el evento que debe ser la culminación del programa Universo Mujer se ha pasado mucho tiempo encallado.