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"Dunas por las orejas" o por qué Carlos Sainz afronta un estresante Dakar
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en busca de su tercera victoria

"Dunas por las orejas" o por qué Carlos Sainz afronta un estresante Dakar

Carlos Sainz, que en 2018 se convirtió en el piloto más veterano en ganar el Dakar, regresa a Sudamérica en busca de su tercer triunfo. Las dunas peruanas serán el principal obstáculo

Foto: Carlos Sainz reconoce que las dunas le estresan. Este año serán el 70 % del recorrido. (Foto: X-raid Team)
Carlos Sainz reconoce que las dunas le estresan. Este año serán el 70 % del recorrido. (Foto: X-raid Team)

Carlos Sainz se convirtió en 2018 en el piloto más veterano en ganar el Dakar. Su segundo triunfo abrió la posibilidad de cerrar así cuatro décadas en la competición. Nada de eso. En los próximos días el piloto español buscará su tercera victoria en compañía de Lucas Cruz. Parece que para el propio protagonista no hubo nunca debate.

“Efectivamente, llego ilusionado y motivado, eso lo primero. Pero quizás con un poquito menos de ansiedad por conseguir la victoria. Pero cuando te pones el casco y has ganado solo te vale la victoria. Por ello voy con la presión de todos los años, la llevas dentro de ti mismo”, explica Sainz a El Confidencial antes de partir hacia Perú. En fin...

Foto: Sara García, con su moto.

"A mi ritmo..."

La pasada semana, Sebastian Loeb destacó en una entrevista para 'Marca' que “Sainz siempre va al límite”. ¿Qué es ir al límite en un terreno de dunas y pistas? ¿Cómo se consigue cuando el terreno es desconocido? "Lo que primero la gente debe entender es que en el Dakar conduces a vista, es decir, no has pasado antes por el recorrido, con lo cual conduces y decides tu ritmo dependiendo de lo que vas viendo", explica Sainz. "Al conducir a vista, como decimos nosotros, uno se lleva sorpresas y debe guardarse un margen porque no llega a tener toda la información de la pista. Quizás esto es lo más difícil del Dakar. Por eso, lo que dice Loeb quizás no sea muy correcto, porque siempre llevas un margen ante esa sorpresa que está detrás de cualquier duna y curva".

Entonces ¿cuáles son las diferencias respecto a su época del Mundial de Rallies? ¿Qué le han aportado los raids en comparación? "Me ha enseñado a ser más paciente, que fue lo que más me costó en mi desembarco en los raids. Y luego, a ser un poco más estratega si cabe, aunque lo era en el Mundial de Rallies. Dicho esto, mi estrategia siempre ha sido ir rápido e ir a mi ritmo". Lo que decía Loeb, vamos.

"Las dunas me producen estrés. Son muy difíciles de leer, a veces dos metros más a la derecha o la izquierda implica caerte en un agujero", dice Sainz

Cómo 'sacar las tripas' a un coche

Sainz recibió ofertas de Toyota y Mini tan pronto como Peugeot decidió su retirada del Dakar. De retirada, nada. Y como con el fabricante francés, Sainz ha sido responsable del desarrollo de su nuevo 'buggie', una tarea aparentemente oscura, pero que le proporciona motivación y desafíos. ¿Cómo se lleva a cabo la puesta a punto de un coche hasta hacerlo ganador? "Podríamos estar hablando horas" contesta Sainz entre risas. "Al final, con la experiencia que tienes sabes qué te hace falta que el coche tenga para ir deprisa: cómo debe absorber, qué equilibrio debe tener, cómo responder a un bache, a una curva, que te transmita la seguridad y las sensaciones para poder atacar... Al final, y en concreto en el Dakar, buscas que sea un coche polivalente, que vaya bien fuera de pista —donde los buggies más tiempo pueden ganar—, en terreno roto... Que el coche absorba lo mejor en cada terreno, que sea progresivo para ir lo más rápido posible".

Sacar las tripas a un coche competición para llevarlo a su límite dinámico exigirá unas condiciones particulares al volante, ¿no? "Es cierto, al final hace falta un coche rápido y un piloto rápido, pero hay pilotos rápidos que no son capaces de poner a punto un coche, de sacarle esas últimas décimas en la puesta a punto. No todo el mundo es capaz de transmitir lo que hace falta. Quizás por mi experiencia, todos estos años he sabido encontrar el camino, y con el resto de ingenieros, por supuesto”. A veces, para ello, también hay que pelearse con los técnicos. "Lo que pasa que los ingenieros se dan cuenta pronto cuándo vas por el camino adecuado. Cuando haces cambios, un ingeniero empieza a ver datos que le hacen ver que vas por ese camino. Al final es un trabajo que necesita marcar un camino, una dirección”.

Dunas por las orejas

Sainz logró su segunda victoria en la edición más dura celebrada en Sudamérica, con las dunas de Perú como grandes protagonistas. Este año, un 70 % del recorrido transcurrirá por este tipo de terreno. ¿Da ello esperanzas a Sainz para ganar otra vez? "Me hubiesen gustado dos cosas. Por un lado, que no solo hubiese dunas, porque como he explicado antes, no es el hábitat natural, aunque el año pasado nos desenvolviésemos perfectamente. Y también que hubiésemos tenido más kilómetros para conseguir un coche a prueba de bombas. Pero dicho esto, Mini ha hecho un gran trabajo para conseguir la mejor puesta a punto y fiabilidad con el tiempo que teníamos”.

¿Cómo se viven entonces kilómetros y kilómetros dentro de un habitáculo con el copiloto, duna para arriba, duna para abajo? "Para mí concretamente, las dunas me estresan más que un camino, quizás a otros pilotos sea al contrario y tengan además del estrés más sensación de riesgo. A mí me producen estrés porque no sabes lo que hay detrás de cada duna. Son muy difíciles de leer, a veces dos metros más a la derecha o la izquierda implica caerte en un agujero y estar tres cuartos de hora para sacar el coche…Y te juegas el Dakar en cualquier momento. Hay diferentes tipos de dunas, con diferente ritmo de velocidad, que puede ser más alta. Pero detrás de cada pequeña duneta, de cada pequeño rasante, puede haber un cortado, lo que le pasó a Nani Roma el año pasado. Levantas diez veces el pie y no pasa nada en un cortado, pero en una de esas pequeñas dunas con rasantes basta que no levantes una vez y tengas un golpe fuerte. Creo que este año las dunas nos van a salir por las orejas, por eso va a ser un año de mucho estrés dentro del coche. Además, dentro se ve mal… En definitiva, hay muchos momentos de tensión, no solo por el rumbo".

Sin la ansiedad de esa victoria que se escapaba estos años, este Dakar será diferente para Carlos Sainz. "Efectivamente, este año han pasado dos cosas, y aprovecho otra vez para decirlo y agradecerlo en una entrevista. Primero, el gran cariño de la gente, de gente veterana, madura, que de forma espontánea por la calle venía a decirte: "Enhorabuena Carlos, qué gusto verte ganar otra vez, nos has hecho rejuvenecer". Gente cercana a mi edad que me hacía espontáneamente este comentario. Y luego también gente joven que a lo mejor no vivió el Mundial de Rallies porque era muy joven y el año pasado descubrió a un piloto veterano que iba por ahí a fondo por las dunas (ríe) y que disfrutó. Y sí, hay gente joven que, por llamarlo de alguna manera, descubría a Carlos Sainz".

Carlos Sainz se convirtió en 2018 en el piloto más veterano en ganar el Dakar. Su segundo triunfo abrió la posibilidad de cerrar así cuatro décadas en la competición. Nada de eso. En los próximos días el piloto español buscará su tercera victoria en compañía de Lucas Cruz. Parece que para el propio protagonista no hubo nunca debate.

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