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'¿Quién está matando a los moñecos?': sexo, drogas y cadáveres de felpa
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'¿Quién está matando a los moñecos?': sexo, drogas y cadáveres de felpa

Brian Henson dirige esta comedia negra en la que conviven teleñecos y actores reales. Sordidez, humor chusco y muchas palabrotas en una cinta tan idiota como desopilante

Foto: Melissa McCarthy protagoniza '¿Quién mató a los moñecos?'. (Diamond)
Melissa McCarthy protagoniza '¿Quién mató a los moñecos?'. (Diamond)

Si alguna vez usted se ha planteado de qué está compuesta la eyaculación de un teleñeco, '¿Quién está matando a los moñecos?' es su película. La respuesta es, por cierto, de serpentinas en espray. Y es que la última película de Brian Henson, hijísimo de Jim Henson —la sombra del padre es alargada— y director de 'Los Teleñecos en cuentos de Navidad' (1992) y de 'Los Teleñecos en la isla del tesoro' (1996), no escatima en detalles sórdidos de los procesos fisiológicos de estas marionetas, sean de dentro a fuera o de fuera a dentro. Nunca una serpentina en espray nos hizo sentir tan sucios.

A estas alturas y después de títulos como 'La fiesta de las salchichas', 'Big Mouth' y 'Team America', queda ya asumido que la animación —ya sean dibujos, 'stop-motion' o marionetas— no es terreno exclusivo del público infantil. Y en este caso mucho menos: desde el mismo arranque, en esta comedia 'noir' que mezcla actores reales y teleñecos los personajes no paran de soltar tacos y dar rienda suelta a sus impulsos sexuales y lisérgicos. Incluyendo la masturbación a ocho tentáculos de las ubres de una vaca de felpa. '¿Quién está matando a los moñecos?' —moñeco, qué palabra más bella; gracias, David Broncano— es una película terriblemente idiota y chabacana, pero también desopilante. Una, que no tiene un humor sibarita, avisa: el trazo es grueso y el trasfondo escaso.

placeholder El detective Phil Philips de '¿Quién está matando a los moñecos?'. (Diamond)
El detective Phil Philips de '¿Quién está matando a los moñecos?'. (Diamond)

Como su propio título español apunta —en inglés es 'The Happytime Murders'—, la película de Henson bebe mucho de la magnífica '¿Quién engañó a Roger Rabbit?', pero mezclada con metilendioxipirovalerona, sudor inguinal y sillones de escay. Construida a base de parodiar los clichés del cine 'noir' del Bogart de los cuarenta, '¿Quién está matando a los moñecos?' está ambientada en un Los Ángeles distópico en el que, como si de mutantes de Marvel se tratara, los humanos conviven con los teleñecos, considerados estos últimos como parias, el escalafón más bajo de la sociedad. Esta metáfora superficial respecto a la inmigración y los prejuicios raciales representa el grado máximo de reflexión social de una comedia sin más pretensión que la carcajada tosca y la provocación irreverente. El cerebro no necesita más que el piloto automático.

Es una comedia sin más pretensión que la carcajada tosca y la provocación irreverente

En una callejuela de mala muerte en la ciudad californiana, el detective privado y 'expoliñeco' Phil Philips tiene instalada su oficina, después de que la policía lo expulsara años atrás por cometer un error grave en servicio. Si Philips era entonces el primer y único agente teleñeco del cuerpo, una gran promesa para su comunidad, ahora se ha dejado llevar por el descreimiento y la moral laxa y se ha convertido en un habitual de los tugurios angelinos. A la vez que a sus manos llega el caso de una clienta ninfómana a la que están chantajeando, la ciudad empieza a sufrir una ola de asesinatos cuyas víctimas son teleñecos. Philips decide investigar ambos casos cuando en su camino se cruza la detective Connie Edwards (Melissa McCarthy), su antigua pareja policial devenida en enemiga visceral.

placeholder Elisabeth Banks rodeada de teleñecos. (Diamond)
Elisabeth Banks rodeada de teleñecos. (Diamond)

A partir de aquí, la película de Henson desarrolla una concatenación de gags de lo más procaces, sin escatimar palabrotas ni referencias sexuales ni chistes de lo más básico. Y hablando de básicos, incluso parodia el cruce de piernas más famoso de la historia del cine, con el plano detalle del vello púbico morado de una teleñeco incluido. Además, Henson arrastra a las marionetas fuera de su hábitat natural, infantil y didáctico, y las convierte en crápulas de los bajos fondos que se drogan con siropes y esnifan purpurina a través de regalices. Y, en general, el efecto cómico funciona. Y aunque no es el mejor papel de la carrera de McCarthy, la cómica resulta efectiva en su papel de marimacho ordinaria, siempre con una grosería en la boca, pero con un gran corazón —y un hígado de felpa— bajo la placa.

placeholder Cartel de la película
Cartel de la película

Sin el ingenio de 'South Park' pero con el encanto de las marionetas y la vis humorística de actrices como McCarthy y Maya Rudolph en el papel de secretaria aparentemente dócil, pero con muchos talentos escondidos, '¿Quién está matando a los moñecos?' es verdaderamente disfrutable en su plena estupidez, como uno puede divertirse con 'Scary Movie' pero no con 'Scary Movie 5'. La cinta viene a ser al cine como un cojín de pedorretas a la comedia: un artefacto zafio y rudimentario, pero que, cuando se utiliza en el momento preciso, hace batir mandíbulas. Cadáveres de felpa, carne de placer culpable.

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Si alguna vez usted se ha planteado de qué está compuesta la eyaculación de un teleñeco, '¿Quién está matando a los moñecos?' es su película. La respuesta es, por cierto, de serpentinas en espray. Y es que la última película de Brian Henson, hijísimo de Jim Henson —la sombra del padre es alargada— y director de 'Los Teleñecos en cuentos de Navidad' (1992) y de 'Los Teleñecos en la isla del tesoro' (1996), no escatima en detalles sórdidos de los procesos fisiológicos de estas marionetas, sean de dentro a fuera o de fuera a dentro. Nunca una serpentina en espray nos hizo sentir tan sucios.

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