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Los disturbios raciales que en 1974 sacudieron Boston: "Vi niveles de odio que nadie debería ver"
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Su primer libro en seis años

Los disturbios raciales que en 1974 sacudieron Boston: "Vi niveles de odio que nadie debería ver"

El escritor Dennis Lehane relata en 'Golpe de Gracia' el infierno que se desató en la ciudad hace 50 años, cuando un juez ordenó mezclar alumnos negros y blancos en las escuelas públicas. Él tenía 9 años y lo presenció todo

Foto: Un policía inmoviliza a un manifestante durante una marcha en Boston a favor de la integración racial en las escuelas, en diciembre de 1974. (Getty/The Boston Globe/Ted Dully)
Un policía inmoviliza a un manifestante durante una marcha en Boston a favor de la integración racial en las escuelas, en diciembre de 1974. (Getty/The Boston Globe/Ted Dully)

Estamos en Boston, en el tórrido verano de 1974. La justicia ha dictaminado que se debe poner fin a la segregación racial de las escuelas públicas, así que a partir de septiembre habrá estudiantes negros en aquellos colegios del condado que hasta ahora contaban con estudiantes exclusivamente blancos, y viceversa. La ciudad está que arde, las muestras de racismo se multiplican por doquier.

En el barrio de Southie, un suburbio pobre de Boston habitado en su inmensa mayoría por personas de origen irlandés, hay una feroz oposición a la desegregación de las escuelas públicas. La blanquísima Mary Pat Fennessy, residente de toda la vida en ese agujero desangelado, rechaza vehementemente que los chavales negros puedan estudiar codo con codo junto con alumnos como su hija Jules, una adolescente de 17 años.

Mary Pat tiene puestas absolutamente todas sus esperanzas y expectativas en Jules. Tiene sentido, visto el desastre que supone su propia vida: las estrecheces económicas la atosigan constantemente, su marido la abandonó hace ya tiempo y su hijo murió de una sobredosis de heroína después de regresar de Vietnam. Todas sus esperanzas se concentran en Jules, su hija adolescente. Sin embargo, una noche, Jules sale con su novio y jamás regresa a casa. Esa misma noche, un joven negro es encontrado muerto en las vías del metro, sin que nadie acierte a explicarse qué le ha ocurrido exactamente.

Esos dos sucesos aparentemente inconexos acaban entrelazándose en Golpe de Gracia, el nuevo, esperadísimo y muy elogiado libro de Dennis Lehane (Boston, 1965), autor entre otros de Mystic River; Gone, Baby, Gone o Shutter Island, obras llevadas todas ellas al cine. Golpe de Gracia es una novela negra, repleta de oscuridad, en la que la búsqueda desesperada de su hija por parte de Mary Pat la pone en el punto de mira de Marty Butler, el jefe de la mafia irlandesa de Southie. Pero el libro, el primero de Lehane en seis años y que se podrá encontrar en las librerías españolas a partir del día 11, es mucho más que un thriller: trata sobre el dolor, la pérdida, la pobreza, el poder de las mafias, la lucha de una mujer que lo ha perdido todo por tratar de lograr algo de justicia. Aunque, más que ninguna otra cosa, es una historia descarnada sobre el racismo en Estados Unidos, un mal que sigue estando muy presente cincuenta años después.

placeholder Portada de 'Golpe de Gracia', la nueva y esperada novela de Dennis Lehane.
Portada de 'Golpe de Gracia', la nueva y esperada novela de Dennis Lehane.

Lehane conoce muy bien de lo habla en Golpe de Gracia: al fin y al cabo, él es de Boston y de ascendencia irlandesa, como Mary Pat. Tenía 9 años cuando comenzó la desegregación de las escuelas en Boston, y lo recuerda perfectamente: "Vi niveles de odio que nunca tendría que haber visto. En una calle por la que había pasado un millón de veces, vi un montón de pancartas con leyendas como 'Muerte a los negros' o 'Que los negros vuelvan a África', vi a gente del Ku Klux Klan y a adultos lanzando piedras contra autobuses de niños negros… Fue absolutamente enfermizo. Nadie debería tener que ver eso a una edad tan temprana. Cargar con todo eso y tratar de procesarlo fue muy complicado. Creo que nunca lo procesé por completo hasta que escribí este libro".

Lehane no tiene la más mínima duda de que desegregación de las escuelas públicas tenía que llevarse a cabo, sí o sí. La pregunta que plantea su libro es: ¿llevar en autobús a los estudiantes de un barrio pobre negro a un barrio pobre blanco era la solución correcta? La decisión inicial del juez era aplicar la desegregación en tres condados, en una área muy extensa de Boston. Pero, finalmente, los condados ricos quedaron exonerados y solo se aplicó en los condados pobres del centro de la ciudad. "Esa es la tragedia de la historia: si hubiera afectado a todo el área metropolitana de Boston creo que habría tenido éxito y que se habría visto mucho menos racismo", opina el escritor, quien sospecha que ese racismo en ocasiones fue alimentado desde el poder. "¿Qué hay que hacer para evitar que los pobres se unan? A los pobres se les mantiene separados haciendo que un grupo piense que es enemigo de otro. Y la forma más sencilla de conseguirlo es a través del color de piel. Es así de simple. Y funciona, lo deprimente es que funciona", señala.

placeholder Protesta en Boston contra la integración entre alumnos blancos y negros en 1975. (Getty/Spencer Grant)
Protesta en Boston contra la integración entre alumnos blancos y negros en 1975. (Getty/Spencer Grant)

Golpe de Gracia da cuenta de lo absolutamente separados que vivían los vecindarios negros y blancos del centro de Boston. A pesar de que compartían pobreza y proximidad física, vivían de espaldas los unos de los otros, marcados por una profunda división racial. "Cuando yo era niño, South Boston era 100% blanco. No un 98 o 99% blanco, lo era en un 100%", nos cuenta Lehane, quien sin embargo no llegó a desarrollar "la enfermedad del racismo", como él la llama. "En el barrio donde yo me crie era increíblemente frecuente que la gente definiera su vida en base al odio a los negros. ¿Cómo es posible que mi hermano y yo no pillásemos la enfermedad del racismo, el virus del racismo? Todas las personas a nuestro alrededor lo tenían, y nosotros sin embargo no nos contagiamos. Mi hermano creo que no lo pilló porque dejó el vecindario muy joven e iba a una escuela con mucha diversidad étnica. Y en mi caso creo que no lo pillé porque mi padre, a quien admiraba muchísimo, me insistió en numerosas ocasiones en que no hay diferencia entre un hombre si es negro, verde, amarillo o morado. Me lo decía, con su marcado acento irlandés, mientras íbamos en el autobús, mientras cenábamos sentados a la mesa. Y yo me tomaba muy en serio todo lo que decía mi padre. No pillé el virus por algo así de simple. En mi familia había dos miembros virulenta e incondicionalmente racistas, pero yo quería ser como mi padre, de quien también heredé la ética del trabajo y el sentido de la empatía".

La propia Mary Pat, la protagonista de Golpe de Gracia, es una heroína, es una vengadora, es una víctima… Pero también es un monstruo racista. "Las personas son muchas cosas a la vez. Cuando mis hijos crecían y empezaban a dejar de ser niños, recuerdo que una vez les dije que no solo es difícil aceptar lo malo que hay en las personas buenas, sino que lo realmente difícil es aceptar lo mucho de bueno que hay en las personas malas. Es algo jodidamente difícil, porque queremos que el que es malo sea malo en todo, que no se puede decir siquiera que es un miembro de la raza humana. Pero no es así. Es desconcertante pensar que pueda haber bondad en los monstruos, que pueda haber amor en los monstruos. Pero claro que la puede haber. Los monstruos no son monstruos todo el tiempo. Lo horrible no es el monstruo, lo horrible es el ser humano. Mary Pat no es un monstruo, es alguien que se ha visto arrastrada por el ciclo de odio y de racismo que ha destruido numerosas vidas a su alrededor", destaca.

placeholder El escritor Dennis Lehane. (Roser Ninot)
El escritor Dennis Lehane. (Roser Ninot)

Lo terrible es que el racismo en Estados Unidos sigue campando a sus anchas, como lo demuestran los numerosos casos de brutalidad policial contra personas negras que se han registrado en el país en los últimos años. "Es el gran pecado de Estados Unidos", argumenta Dennis Lehane. "Desde la guerra civil, generación tras generación, hemos tratado de racionalizar lo ocurrido, en lugar de decir simplemente: 'Sí, cometimos un mal terrible. Ahora sigamos adelante'. Alemania, al menos visto desde fuera, parece que lo ha hecho, parece haber mirado de frente a su horrible pasado para así poder seguir adelante".

—¿Y a qué cree que se debe que Estados Unidos no haya hecho ese ejercicio de mirar en su pasado y admitir sin tapujos el horror de su racismo?

—Creo que el pecado se remonta al final de la guerra civil, cuando el norte decidió dejar que el sur se rindiera con dignidad, que nadie fuera juzgado, que nadie fuera colgado por crímenes de guerra. Todo eso permitió que se construyera el mito de que una vez hubo un gran sur y de que la guerra civil no fue a causa de la esclavitud, sino de los derechos de los estados y toda esa mierda. Y luego se permitió que eso se enseñara de una generación a otra a través de la educación. La gente creció con este mito de la causa perdida, como lo llaman, con el mito de que la guerra no fue para proteger su derecho a poseer a otras personas, sino que lucharon para proteger un modo de vida relacionado con unos valores agrarios, la caballerosidad, la cortesía y toda esa basura. Y no, eso no es verdad. El sur luchó contra el norte para mantener la esclavitud, algo que le daba una ventaja injusta respecto al norte, porque no se puede competir económicamente con un vecino que usa mano de obra esclava. No estoy diciendo que el norte procediera por motivos morales, para el norte la esclavitud significaba competencia desleal. Pero ese ejercicio de mirar de frente la realidad es algo que, en mi opinión, como país nunca hemos hecho.

placeholder Un grupo de jóvenes lanza objetos contra un autobús en el primer día de colegio sin segregación racial en la educación pública de Boston, el 12 de septiembre de 1974. (Getty)
Un grupo de jóvenes lanza objetos contra un autobús en el primer día de colegio sin segregación racial en la educación pública de Boston, el 12 de septiembre de 1974. (Getty)

Varias de las cosas que suceden en Golpe de Gracia están inspiradas en hechos reales. Una de ellas es la muerte de Auggie Williamson, un joven negro con un futuro prometedor por delante hasta que la muerte se lo arrebató. El personaje se basa en un chaval real que en 1982 estaba viendo la tele en casa con su hermano, salió a dar una vuelta, se cruzó en un momento dado con un grupo de blancos y acabó muerto. Y también Jules, la hija de Mary Pat que desaparece, tiene ecos de verdad: se inspira en una chica de carne y hueso que en 1984 mantenía una relación sentimental con un mafioso que acabó asesinándola para evitar que pudiera irse de la lengua con su esposa. La mató y luego enterró su cuerpo en el garaje de su casa.

El personaje de Mary Pat, por su parte, bebe de un suceso ocurrido en México hace unos años, cuando una mujer se dedicó a rastrear a los miembros del cartel que había asesinado a su hija. Los localizó a todos, y a uno de ellos le atizó una paliza en una plaza pública. "Ese suceso me estuvo rondando en la cabeza. Pero, sobre todo, Mary Pat se inspira en varias mujeres que conocí cuando era niño. Mujeres que no eran tan duras como un hombre, pero casi, mujeres realmente muy, muy duras. Todas ellas eran fumadoras empedernidas, todas alcohólicas, mujeres que probablemente habían sufrido abusos por parte de sus padres, que se casaron con hombres que abusan de ellas y criaron a niños tan duros como ellos. Cuando era niño esas mujeres me resultaban temibles, pero cuando me hice mayor entendí que eran trágicas, que sus vidas eran muy tristes".

placeholder Alumnos negros y blancos al inicio del curso de 1974 en un colegio público de Boston. (Getty/The Boston Globe/Tom Landers)
Alumnos negros y blancos al inicio del curso de 1974 en un colegio público de Boston. (Getty/The Boston Globe/Tom Landers)

Golpe de Gracia también cuenta la visita de Ted Kennedy a Southie en 1974, en el pico de los conflictos raciales desencadenados por la desegregación de las escuelas. El senador demócrata se presentó en una manifestación con la intención de calmar los ánimos. Al fin y al cabo era alguien respetado, y también él era de origen irlandés y católico, como la mayoría de los vecinos del barrio. Pero fue recibido a patadas. Le echaron del estrado de oradores, le gritaron insultos, le lanzaron tomates y huevos… Una multitud incluso persiguió al senador hasta el edificio de oficinas federales en el que se había refugiado, rompiendo una gran cristalera. "Todo es verdad. Lo único que no está claro es que le cubrieran de escupitajos, como se cuenta en el libro. Es algo que no puedo probar pero que desde luego oí siendo niño".

Al igual que un buen número de los libros de Dennis Lehane, también Golpe de Gracia dará el salto a la pantalla. El propio Lehane ya está trabajando, en colaboración con Apple TV, en una miniserie de unos 5 capítulos basada en el libro.

Estamos en Boston, en el tórrido verano de 1974. La justicia ha dictaminado que se debe poner fin a la segregación racial de las escuelas públicas, así que a partir de septiembre habrá estudiantes negros en aquellos colegios del condado que hasta ahora contaban con estudiantes exclusivamente blancos, y viceversa. La ciudad está que arde, las muestras de racismo se multiplican por doquier.

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