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'Cara a cara': Aznar contra González, los secretos del primer debate electoral televisado
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'Cara a cara': Aznar contra González, los secretos del primer debate electoral televisado

Ahora cobra más actualidad que nunca el pódcast 'Cara a cara', disponible en Sonora, que desvela los entresijos y las tensiones del primer careo electoral televisado de nuestra democracia

Foto: Felipe González, Manuel Campo Vidal y José María Aznar, en el primer debate electoral televisado. (Antena 3)
Felipe González, Manuel Campo Vidal y José María Aznar, en el primer debate electoral televisado. (Antena 3)

Cuentan quienes lo vivieron que aquello parecía un combate de boxeo. Por los pasillos de la recién nacida Antena 3 —recordemos que empezó a emitir el 25 de enero de 1990—, los equipos de José María Aznar, candidato de la oposición a la presidencia, y de Felipe González, que había adelantado las elecciones a junio de 1993 sepultado por los escándalos de corrupción, caminaban por separado como "dos púgiles a punto de entrar en el cuadrilátero". Se mascaba la tensión. "El aire era verde", recuerda Olga Viza, encargada de calentar los momentos previos de la pelea.

Así lo cuenta el documental sonoro Cara a cara, disponible en Sonora, que cobra ahora plena actualidad en un momento en el que la historia se repite: Pedro Sánchez adelanta las elecciones al 23 de julio y Alberto Núñez Feijóo aspira a llegar a la Moncloa y, mientras tanto, se lanzan envites para enfrentarse en seis, dos o ningún cara a cara, valga la redundancia, antes de la cita electoral el próximo mes. "Estamos en año electoral y todos vamos a ser bombardeados con encuestas sobre intenciones de voto; auguran malos resultados para el PSOE, pero no catastróficos. Los partidos políticos han reaccionado según les va la feria", reproduce un locutor de la época. ¿Les suena?

Todo se remonta 33 años antes, a 1960, cuando Kennedy y Nixon se enfrentaron en el primer debate televisado de la historia, epígrafe ineludible en los apuntes de cualquier periodista que se precie. En aquel debate, Kennedy, apuesto, joven y bronceado por haber terminado su gira electoral en California, eclipsó en pantalla a un Nixon sudoroso, enfermo, chepudo, que se había negado a que lo maquillasen y le adecentasen el rictus cetrino con el que se presentó a la cita. Muchos de quienes escucharon el encuentro por la radio dieron por vencedor a Nixon. Casi todos los que vieron el debate a través de la televisión concedieron la victoria a un Kennedy con un aspecto más propio de Hollywood que de Washington.

Escrito por Jacobo Bergareche, Jerónimo Andreu y Ricardo Ruiz Varo, Cara a cara desvela todos los intríngulis de las bambalinas de la versión castiza de aquel primer careo entre un González en decadencia —a pesar de haber ganado todas las elecciones por mayoría absoluta— y un Aznar que llegaba respaldado por los sondeos, que daban esa mayoría absoluta al nuevo Partido Popular, que se mostraba joven y liberal. El PP sabía que la televisión era un arma que podía utilizar a su favor y crea el departamento de Telegenia, una absoluta novedad de la que estaba al frente Jorge Rábago. "El Partido Popular hace una campaña muy agresiva contra González, por el despilfarro, la corrupción y el desempleo, con unos ataques muy duros, desde el punto de vista político", recuerda el documental sonoro.

'Cara a cara' desvela los intríngulis de la versión castiza del careo entre un Aznar respaldado por los sondeos y un González en decadencia

Cara a cara entrelaza archivos de la época con entrevistas a algunos de los protagonistas, que más de treinta años después han estado dispuestos a revelar los secretos mejor guardados de aquel debate. Un debate en el que la tensión frente a la pantalla solo era un destilado de lo que ocurría detrás de las cámaras, con dos candidatos que no podían siquiera ocupar la misma habitación. El documental consigue transmitir el suspense y la tirantez de aquellas relaciones, casi como un thriller político, en el que la épica recae en aquellos asesores que consiguieron que los protagonistas no se diesen de puñetazos, lo que parece que no era improbable. También desvela las propuestas absurdas de alguno de los asesores, como el que aconsejó a González que no mirase directamente a Aznar, para humillarlo, lo que terminó creando un efecto extrañísimo en pantalla que le restó votos al entonces presidente.

Modestamente, Cara a cara recuerda a Los idus de marzo (2011), la película en la que George Clooney —como director, guionista, productor y actor— retrata la pérdida de la inocencia de Stephen Meyer (Ryan Gosling), el joven asesor de comunicación de un gobernador demócrata, idealista y comprometido, que acaba abrazando las prácticas más oscuras de la propaganda. En España, en aquellos principios de los noventa, todo era, sin embargo, mucho más inocente: ambos partidos pelearon los aspectos más surrealistas del debate, hasta el punto de tener que acordar la temperatura que habría en plató. 21 grados exactos, para no repetir el error de Nixon tres décadas después. El momento más tenso, cuentan, fue cuando hubo que determinar quién protagonizaría los minutos finales, un tira y afloja que se tradujo en una disputa en directo entre los protagonistas.

Los asesores pelearon hasta la temperatura que habría en plató; 21 grados, para no repetir el error de Nixon tres décadas antes

A lo largo de los cinco capítulos del pódcast, de entre 25 y 35 minutos, Cara a cara cuenta con los testimonios de voces como la de Miguel Ángel Rodríguez, entonces director de Comunicación del PP, Javier Arenas, entonces asesor de Aznar, o Txiki Benegas, su homólogo en el PSOE. También de periodistas que se encontraban en plató, como Olga Viza, o que han analizado el debate a posteriori, como José Ribagorda.

Resulta casi entrañable descubrir cierta inocencia y falta de herramientas de la política de antaño. Hoy, cuando cada gesto está medido y precocinado, esa política al mismo tiempo visceral y hasta pudorosa se antoja muy lejana. Cara a cara también es una fotografía de un votante igualmente más idealista e inocente, de una España en crisis pero optimista, consciente de un pasado reciente gris y esperanzada por un futuro de libertad. Cuando los ciudadanos creían que su voto podrían cambiar las cosas. Cuando había, al menos, ilusión.

Cuentan quienes lo vivieron que aquello parecía un combate de boxeo. Por los pasillos de la recién nacida Antena 3 —recordemos que empezó a emitir el 25 de enero de 1990—, los equipos de José María Aznar, candidato de la oposición a la presidencia, y de Felipe González, que había adelantado las elecciones a junio de 1993 sepultado por los escándalos de corrupción, caminaban por separado como "dos púgiles a punto de entrar en el cuadrilátero". Se mascaba la tensión. "El aire era verde", recuerda Olga Viza, encargada de calentar los momentos previos de la pelea.

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