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5 motivos por los que echarás de menos a Irene Montero
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5 motivos por los que echarás de menos a Irene Montero

El espacio a la izquierda del PSOE prefiere incorporar nuevos fichajes y deshacerse de Montero, que sería demasiado odiada como para poder repetir en las listas

Foto: La ministra de Igualdad Irene Montero. (EFE/Zipi Aragón)
La ministra de Igualdad Irene Montero. (EFE/Zipi Aragón)
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En los 3 últimos años Irene Montero se ha ganado a pulso el odio de sus enemigos, e incluso de algunos supuestos aliados. Pero también ha recibido odios inmerecidos y, sobre todo, odios legítimos pero expresados de formas completamente ilegítimas. Me refiero al acoso sufrido en su hogar y por su familia, a los comentarios despectivos sobre su muy digno pasado como cajera en un comercio o a los intentos de desprestigiar su carrera política afirmando que se debe solamente a su relación con Pablo Iglesias. Esta última acusación no sería terrible por ser falsa, sino porque encubre que la práctica totalidad de los diputados de cualquier partido político han alcanzado su cargo por ser "algo" del cabeza de lista, si no su pareja, sí su amante, o su amigo, el amigo de un amigo, el familiar cercano o lejano, el compañero de estudios o de trabajo, o simplemente un pelota. En nuestra partidocracia, uno figura en las listas electorales únicamente por dedazo del líder.

Prueba de ello es el proyecto que Yolanda Díaz está configurando en Sumar. El espacio a la izquierda del PSOE prefiere incorporar nuevos fichajes y deshacerse de Irene Montero, que sería demasiado odiada como para poder repetir en las listas. Pero el problema de atractivo de la izquierda no son los exabruptos de una persona, sino la incapacidad general para sintonizar con el pueblo, sin mirarlo desde un altar despectivo o hablarle de forma paternalista en tono infantil.

Foto: Yolanda Díaz. (EFE/Juanjo Martín)
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Esa desconexión con la gente es tanto el mal de Irene Montero como de la propia Yolanda Díaz. La Montero gritando en el Congreso que todo es machista no es diferente a Yolanda Díaz con vocecilla acaramelada riéndose de los "aburridos heterosexuales" en un porche cuqui con sus amigos famosos. Pero, en fin, lo fácil siempre es odiar al más bronco y hostil. Llega a escribir hiperbólicamente en este mismo diario mi admirado Alberto Olmos: "Yo podría llegar a votar a Yolanda Díaz, incluso si rellena su lista con todo el colorín woke de múltiples razas y múltiples trans. Pero, si veo el nombre de Irene Montero en la papeleta de Sumar, no lo votaré nunca, antes a Vox".

Seguramente este es el sentir de muchas personas: el alivio de librarse de una ministra tan mal valorada. Pero es un error no darse cuenta de que, en política, las caras pueden resultarnos más o menos desagradables, pero solamente sirven como máscaras de unas ideas. Y estas ideas son lo que de verdad deberíamos juzgar con dureza. De nada sirve que se marche Irene Montero si persiste "todo el colorín woke". Lo sencillo es odiar el ya desteñido "colorín woke" podemita, sí. Pero entonces dejamos pasar el recién tamizado "colorín woke" de Sumar o, lo que es aún peor, el indeleble permanente del "colorín woke" del PSOE (diseñado en tiempo de ZP). Puedo destacar cinco razones, de entre otras muchas posibles, de por qué Irene Montero no es la peor criatura que acecha en las profundidades del "colorín woke":

1.- Irene Montero tuvo límites en la Ley Trans. Su proyecto estrella ha sido el de la autodeterminación de género. Uno escoge si es varón o hembra, solicitando un cambio en el registro sin filtro médico alguno. Hasta aquí llegaba la propuesta de la ministra. Se puede estar de acuerdo o en desacuerdo, pero varios partidos que ahora mismo configuran la coalición Sumar (Compromís, Más Madrid, Más País) tenían una serie de reproches muy significativos.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante el congreso internacional de 'Santander WomenNOW'. (EFE/Fernando Alvarado)

Primero registraron una ley trans alternativa que no salió adelante, pero que incluía varias "mejoras". Se permitía a los inmigrantes cambiarse de sexo en el registro, aunque no tuviesen documentación en regla, vivienda ni empleo. Que no se diga que la administración pública no está ahí para dar la bienvenida a los refugiados, refugiadas y refugiades. Se garantizaba que las "personas trans gestantes" (es decir, aquellas nacidas mujeres y que ahora se identifican como hombres) tengan, además de reproducción asistida, pleno derecho a la "interrupción voluntaria del embarazo". Si hay algo más empoderante que un hombre preñado es un hombre abortando. Por último se creaban una serie de paguitas para los trans mayores de 65 años, porque alguien debe salvarse del inminente desmantelamiento de las pensiones.

Después, varios grupos que hoy configuran Sumar propusieron una serie de enmiendas a la Ley Trans original. Lo primero era incorporar a los no-binarios. Para ellos no bastaría con dejar en blanco la casilla registral de "hombre" o "mujer", sino que existiría una tercera casilla. Aquí íbamos ya un paso más allá de Irene Montero con la autodeterminación del sexo. Íbamos hacia la negación y abolición de la mera existencia de sexos. Otra enmienda consistía en cubrir por la Seguridad Social brutales operaciones de cambio de sexo como mastectomías, histerectomías o vaginoplastias de inversión peneana. Irene Montero quiso despatologizar la transexualidad, mientras que los socios de Sumar han buscado medicalizarla y promover las cirugías mediante subsidio público.

Para ciertos sectores que hoy se arremolinan en torno a Sumar, tampoco era satisfactorio el umbral de autodeterminación sexual que Irene Montero fijó en los 14 años. El próximo hito declarado es la transexualidad en menores de 12 años.

Foto: Irene Montero junto a la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez, o la portavoz Isa Serra (Instagram)

2.- Irene Montero se declaraba en contra del capitalismo y del imperialismo. Es verdad que luego se iba de selfis a New York, la meca capitalista-imperialista, pero (¡algo es algo!) mantenía un discurso político contrario al poder del dólar y del U.S. Army. Al menos tenía una ideología con enemigos más allá del "hombre blanco cis-hetero-sexual".

Una frase suya que dio mucho que hablar fue "el capitalismo es incompatible con la vida". Su acción de gobierno feminista, mayoritariamente simbólica, identitaria y culturalista, logró colocar algunas medidas que han supuesto avances materiales reales para la clase trabajadora. Partidas económicas para la conciliación laboral y familiar, extensión de permisos de paternidad y maternidad, rebajas del precio de productos femeninos… Medidas a las que Yolanda Díaz, tibiamente reformista, había renunciado en aras de negociar con el PSOE la fallida ley de vivienda.

También fue muy sonada la frase de que "la escalada bélica en Ucrania tiene consecuencias fundamentalmente para las mujeres, que somos quienes más sufrimos en todos los conflictos bélicos". Una absoluta ridiculez de la de Podemos, en vista de que son los hombres quienes son retenidos en Ucrania y alistados por la fuerza para enfrentar mutilaciones y muerte. Pero hay una ridiculez aún mayor: la de Sumar, la de los bombardeos progresistas y las intervenciones humanitarias, la de apoyar a la OTAN en nombre de los Derechos Humanos.

Foto: La secretaria general de Unidas Podemos, Ione Belarra. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

3.- Irene Montero se ha opuesto a la gestación subrogada. Siempre ha insistido en que no puede ser legal porque constituye una forma de violencia contra las mujeres vulnerables, expropiando útero y vástago. La ministra ha ido más allá, proponiendo un cambio en la ley para que España pueda perseguir este tipo de contratos también en el extranjero.

Sin embargo, los miembros de la coalición Sumar tienen un historial bastante más complicado con los "vientres de alquiler". Mónica Oltra (Compromís) se expresó a favor en 2017, comparando el tráfico de bebés con la donación de órganos. A quienes estaban en contra, los acusó de tener "posiciones políticas cerradas, totalitarias, apriorísticas, dogmáticas". Íñigo Errejón planteó legalizarla estando en Podemos en 2017 y en Más País en 2019. Otros actuales componentes de Sumar también han tenido posiciones favorables: Marina Sáenz, Carla Antonelli y el entorno de Ada Colau. También el mundillo independentista, desde Bildu a las CUP.

Irene Montero, por el contrario, viene de aquel primer Podemos nacional-popular que hablaba de "patria" y de "resignificar la bandera"

4.- Irene Montero tenía una idea de España. En 2019 afirmó que "nosotros estamos radicalmente en contra de que Cataluña sea independiente". Ya estaba el rollo de la plurinacionalidad y la autodeterminación, sí, pero no fueron tan lejos como los socios de Sumar. Ahora tenemos a Más País que ha estado compartiendo grupo parlamentario con los independentistas de Puigdemont. Tenemos a Catalunya en Comú y a Compromís con unas jefaturas escoradas al independentismo catalanista. Tenemos a Mès en las Baleares y Drago en las Canarias pidiendo romper la hucha común para tener una hacienda propia. Tenemos juntos a otros proyectos nacionalistas como Chunta Aragonesista, Batzarre, Iniciativa del Pueblo Andaluz e Izquierda Asturiana.

Irene Montero, por el contrario, viene de aquel primer Podemos nacional-popular que hablaba de "patria" y de "resignificar la bandera". Una de las últimas campañas del Ministerio de Igualdad, "Orgullo de País", mezclaba la rojigualda española con los colores trans, no-binarios y bisexuales. No será la visión más patriótica combinar la enseña de todos con los distintivos tribales del particularismo sexual, de acuerdo, pero una cosa está clara: España, mejor rosa que rota.

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5.- Irene Montero era (un poco) conservadora. En el buen sentido de la palabra. No quería saber nada de OnlyFans ni de poliamor. Hasta el punto de que una verdadera experta en OnlyFans y en poliamor, la exactriz porno Amarna Miller, se ha querellado contra Irene Montero, acusándola de financiar una exposición puritana y mojigata que criticaba la industria pornográfica.

En el texto pagado por el Ministerio de Igualdad podía leerse: "Amarna representa en un vídeo una violación por parte del padre de su amiga, en sus videos hace de niña pequeña, así que dice defender el feminismo pero defiende la pedofilia y la violación". La exactriz en cuestión, en su día cercana a Podemos, luego al partido de Errejón, tiene ahora más proximidad con Sumar. Lo mismo puede decirse de sus excompañeros de industria, así como del lobby de los proxenetas en el mundo de la prostitución. Basta ver el lugar prominente que ocupan en Sumar socios como En Comú, que llegó a prestar apoyo institucional y económico a estructuras de prostitución como OTRAS y APROSEX, así como al negocio pornográfico del Salón Erótico de Barcelona.

Irene Montero se va, con su tradicional relación de pareja y su familia numerosa de tres hijos

Irene Montero se va, con su tradicional relación de pareja y su familia numerosa de tres hijos. Muchos que vengan detrás serán solteros sin hijos, o con hijos comprados, swingers, no-monógamos, practicantes del "lesbianismo político" y gente de sumar: de sumar 100 géneros más al contador.

Un Ministerio de Igualdad post-Montero, en manos de un hipotético nuevo gobierno de coalición de PSOE y Sumar, bien podría hacer valer el refranero español. Me refiero a aquello de "más vale malo conocido…". Y también lo de "otros vendrán que bueno me harán". Éramos afortunados y no lo sabíamos.

En los 3 últimos años Irene Montero se ha ganado a pulso el odio de sus enemigos, e incluso de algunos supuestos aliados. Pero también ha recibido odios inmerecidos y, sobre todo, odios legítimos pero expresados de formas completamente ilegítimas. Me refiero al acoso sufrido en su hogar y por su familia, a los comentarios despectivos sobre su muy digno pasado como cajera en un comercio o a los intentos de desprestigiar su carrera política afirmando que se debe solamente a su relación con Pablo Iglesias. Esta última acusación no sería terrible por ser falsa, sino porque encubre que la práctica totalidad de los diputados de cualquier partido político han alcanzado su cargo por ser "algo" del cabeza de lista, si no su pareja, sí su amante, o su amigo, el amigo de un amigo, el familiar cercano o lejano, el compañero de estudios o de trabajo, o simplemente un pelota. En nuestra partidocracia, uno figura en las listas electorales únicamente por dedazo del líder.

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