Es noticia
Albania: de las miserias del comunismo a las expectativas frustradas del capitalismo
  1. Cultura
el erizo y el zorro

Albania: de las miserias del comunismo a las expectativas frustradas del capitalismo

En el magnífico (y en algunos pasajes incómodo) 'Libres', Lea Ypi narra cómo vivió de adolescente desde el culto al dictador Enver Hoxha hasta la aparición de algo parecido a la democracia

Foto: Un túnel secreto antinuclear, en Tirana, de la época comunista, convertido en museo de víctimas del comunismo. (EFE/Mimoza Dhima)
Un túnel secreto antinuclear, en Tirana, de la época comunista, convertido en museo de víctimas del comunismo. (EFE/Mimoza Dhima)

Se han escrito miles de libros sobre cómo los países comunistas hicieron la transición hacia la democracia liberal. Unos, escritos por economistas, explican las dificultades de privatizar la economía. Otros son de políticos, que cuentan cómo se pasa de una sociedad de partido único a una pluripartidista. Libre, de Lea Ypi, recién publicado en la editorial Anagrama, cuenta simplemente cómo vivió una adolescente, curiosa y confundida, el culto al dictador albanés Enver Hoxha, su muerte, la caída súbita del comunismo, la aparición de algo parecido a la democracia y una guerra civil. Es uno de los mejores libros del género. También uno incómodo.

El padre de Ypi era un ingeniero forestal que vivía agobiado por el asma y la sensación de que el socialismo no estaba cumpliendo sus promesas de liberación; su madre era una profesora de matemáticas a la que de vez en cuando se le escapaban críticas veladas al régimen; la abuela, una mujer algo misteriosa que sabía francés y parecía venir de un mundo muy distinto al de la pobre y represiva Albania comunista. Los vecinos competían por tener una lata de Coca-Cola, pero no para bebérsela, sino para utilizarla como elemento decorativo en casa. Había que demostrar constantemente el compromiso con el partido y la adoración al líder, pero ni siquiera eso era suficiente: siempre había algo que podía delatarte ante los vecinos o la policía secreta como un reaccionario o un agente extranjero.

placeholder Portada de 'Libre', el libro de Lea Ypi sobre la Albania de Enver Hoxha, la caída del comunismo  y lo que siguió.
Portada de 'Libre', el libro de Lea Ypi sobre la Albania de Enver Hoxha, la caída del comunismo y lo que siguió.

Además, todo el mundo hablaba en clave. Y esta es una de las maravillas del libro de Ypi. Sus padres le decían que era una casualidad que el apellido de su familia fuera el mismo que el de un odiado político de la era reaccionaria previa a la revolución. Cuando un familiar desaparecía, le explicaban que era porque se había ido a estudiar a una universidad lejana. Le contaban que no había una foto de Hoxha en el salón de casa porque el marco que tenían era muy pobretón y habían encargado uno digno del líder, pero que aún no había llegado. A la Ypi adolescente todo eso le parecía raro, pero quería a su país, quería al socialismo y quería a sus padres, de modo que intentaba sobrellevarlo.

Hasta que el comunismo cayó. De repente. Sin que nadie supiera muy bien por qué. Y al día siguiente, todos los maestros que habían aleccionado a los niños, todos los buenos ciudadanos que habían delatado a sus vecinos, todos los cargos del partido que habían engrasado el sistema, declararon que ellos no tenían nada que ver con el comunismo y que eran sus víctimas. “En diciembre de 1990 —cuenta— los mismos que habían participado en las marchas que celebraban el socialismo y el avance hacia al comunismo se echaron a las calles para exigir su fin. Los representantes del pueblo manifestaron que las únicas cosas que habían conocido bajo el socialismo no eran la libertad y la democracia, sino la tiranía y la coacción”. La familia le contó el enorme engaño que habían supuesto sus primeros once años de vida. En una de las frases que mejor resumen la caída del comunismo, Ypi dice: “Las cosas eran de una manera y después fueron de otra. Yo era una persona y después me convertí en otra”.

Las expectativas frustradas

Con el mismo humor y talento para el detalle con el que Ypi cuenta las miserias de la vida bajo el comunismo, describe las ridiculeces, las alegrías y las expectativas frustradas del incipiente capitalismo. Todo el mundo empieza a decir palabras mágicas como “reformas estructurales”, “sociedad civil” y “lucha contra la corrupción”. Llegan consultores del Banco Mundial para los que Albania no es tan diferente de Bolivia o cualquier otro país en desarrollo —“en transición”, dicen ahora los políticos—, e incluso misioneros estadounidenses que quieren convertir a los albaneses a extrañas iglesias evangélicas. Muchos emigran a Italia, otros se enriquecen, algunos se vuelven delincuentes a gran escala. Los padres de Ypi —cuyo retrato es emocionante, de lo mejor del libro— se convierten brevemente en políticos, el país sufre una catastrófica estafa piramidal y las bondades de la democracia y el capitalismo parece que tardan en llegar más de lo esperado. Ypi crece perpleja: se sentía libre durante el socialismo, aunque acepta que pudo ser un engaño. Pero, ¿era esa nueva realidad la verdadera libertad?

placeholder Manifestación en 2010 en Tirana contra el Partido Socialista. (EFE)
Manifestación en 2010 en Tirana contra el Partido Socialista. (EFE)

Ahí empieza la incomodidad que el lector puede sentir ante el libro. Actualmente, Ypi es una respetada profesora de teoría política en la London School of Economics, donde da clases de marxismo en las que dice que este no es “una teoría sobre las relaciones materiales, la lucha de clases o la justicia económica”, sino “una teoría de la libertad humana”. Y que, si bien es cierto que esa libertad no existía como tal en la Albania de Hoxha, tampoco lo hace en el mundo capitalista actual. “Para mi familia, el socialismo era sinónimo de negación: la negación de lo que querían ser, de su derecho a cometer errores y a aprender de ellos, de explorar el mundo a su manera. Para mí, el liberalismo era sinónimo de promesas incumplidas, de destrucción de la solidaridad, del derecho a heredar privilegios, de hacer la vista gorda ante la injusticia”. Uno se revuelve en el sillón al leer que hoy Ypi siente que “mi mundo está tan lejos de la libertad como aquel del que mis padres intentaron escapar”. ¿Igual de lejos?, se pregunta uno. ¿En serio?

Pero esa incomodidad puede que beneficie a este libro brillante y sofisticado que, al final, solo responde a una pregunta que podría haber formulado la Ypi adolescente: ¿Es posible crear un sistema político en el que seamos verdaderamente libres? Unos lo consiguen mucho más que otros, diría yo. Aún no lo hemos encontrado, diría ella. Más allá de la enorme discrepancia moral, Libre es un magnífico retrato de la vida bajo la dictadura y de las decepciones de la democracia incipiente y la manera en que una adolescente, y una familia atribulada, se enfrentan a ambas cosas.

Se han escrito miles de libros sobre cómo los países comunistas hicieron la transición hacia la democracia liberal. Unos, escritos por economistas, explican las dificultades de privatizar la economía. Otros son de políticos, que cuentan cómo se pasa de una sociedad de partido único a una pluripartidista. Libre, de Lea Ypi, recién publicado en la editorial Anagrama, cuenta simplemente cómo vivió una adolescente, curiosa y confundida, el culto al dictador albanés Enver Hoxha, su muerte, la caída súbita del comunismo, la aparición de algo parecido a la democracia y una guerra civil. Es uno de los mejores libros del género. También uno incómodo.

El redactor recomienda