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Llamarse Congreso o Partisano: la herencia comunista en los nombres albaneses
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Llamarse Congreso o Partisano: la herencia comunista en los nombres albaneses

Mimoza Dhima Tirana, 1 mar (EFE).- Los congresos quinquenales del antiguo Partido del Trabajo no se celebran desde la caída del comunismo hace

Mimoza Dhima Tirana, 1 mar (EFE).- Los congresos quinquenales del antiguo Partido del Trabajo no se celebran desde la caída del comunismo hace casi 20 años, pero el nombre Kongres (Congreso en español) aún es habitual entre los albaneses.

Kongres Meta se ríe mientras la periodista le pregunta en uno de los bares de la capital de la historia de su raro nombre.

"Mi padre era delegado del quinto congreso del partido y dijo a mi madre embarazada que si nacía varón le pondría el nombre de Kongres y Kongrese si era una niña", relató con una sonrisa a Efe.

Igual que él, Revolucionare (Revolucionaria) Qezari y su jefe Përparim (Progreso), alcalde de una de las unidades administrativas de Tirana, llevan nombres que evocan la dura época comunista que vivió el pequeño país balcánico durante los años 1944-1990.

En Albania estas personas representan aquella generación a la que el comunismo les prohibió por ley tanto el uso de los nombres religiosos de sus antepasados como el de los extranjeros, considerados subversivos y capitalistas.

El dictador estalinista Enver Hoxha convirtió Albania, de población mayoritariamente musulmana, en un país ateo y en el más hermético del mundo. Tanto, que las escasas Coca-cola, pantalones vaqueros y chicles que llegaban al mercado negro eran considerados objetos de culto.

Basados en la teoría de la "formación del nuevo hombre socialista" muchos nombres tradicionales de origen musulmán como Rexhep, Ramadan, Mehmet, Hajrie, fueron reemplazados por Partizan (Partisano), Republika (República), Atdhe (Patria), Vullnetar (Voluntario), y Proletar (Proletario), hasta entonces desconocidos.

"Cuando yo nací en 1949, mi padre, que estudiaba aviación en Moscú, envió a mi madre mi nombre en un sobre", explicó Revolucionare a Efe.

De esta forma, su padre, combatiente de la II Guerra contra la ocupación fascista de Albania, y el primer comandante de la aviación albanesa, pensaba encarnar en su hija los ideales de la revolución bolchevique.

La amistad albano-soviética, que duró hasta el 1960, se injertó profundamente en la antroponimia hasta el punto de extender el uso de numerosos nombres de generales y dirigentes comunistas rusos como Antonov, Zhukov, Nikita así como de la literatura soviética.

Tras la ruptura de las relaciones con Moscú, muchos niños fueron llamados con nombres de sus padres escritos al revés como es el caso de la cantante albanesa de fama internacional Inva Mula, cuyo padre se llama Avni.

Otra invención de la Albania comunista fue la formación de nombres uniendo las dos primeras letras de los nombres de los padres.

Durante el aislamiento total del país, entre 1978 y 1990, un grupo de lingüistas publicó incluso un diccionario de nombres "auténticos" ilirios, antecedentes de los albaneses, que los padres estaban obligados a poner a sus hijos.

Esta rara situación continuó hasta la llegada de la democracia, cuando las parejas empezaron a buscar para sus vástagos nombres extranjeros con la única preferencia de sonar bien al oído.

Nombres como Samanta, Fjoralba, Brajan, Aureljano, Sara, Bianka, Bjorn, Xhesika, conocidos a través de los canales extranjeros de televisión, prohibidos en la dictadura, ocuparon tras la caída del comunismo las listas de apelativos más populares.

La última moda poner a los hijos nombres de los actores de las telenovelas latinoamericanas como Lusia, Marina, Kristina, Mario.

Debido a estos nuevos experimentos resulta que en tres clases de una escuela primaria de Tirana sólo 8 entre 100 alumnos llevan nombres albaneses tradicionales, según confirmaron los profesores.

EFE md/as/tcr

Mimoza Dhima Tirana, 1 mar (EFE).- Los congresos quinquenales del antiguo Partido del Trabajo no se celebran desde la caída del comunismo hace casi 20 años, pero el nombre Kongres (Congreso en español) aún es habitual entre los albaneses.