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¿De quién nos fiamos para comprarnos un libro? Mejor mirar de reojo a TikTok
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¿De quién nos fiamos para comprarnos un libro? Mejor mirar de reojo a TikTok

La crítica convencional en los medios canónicos tiene todavía adeptos, pero languidece frente al éxito de vídeos de recomendaciones en YouTube y, sobre todo, en TikTok entre los más jóvenes (y las editoriales lo saben)

Foto: Foto: iStock.
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Durante el confinamiento, David Pérez Vega (Madrid, 1974) decidió abrirse un canal de YouTube para promocionar la novela que acababa de publicar, ya que, como ocurrió con otros tantos libros, se había quedado colgada. Tras hacer un primer vídeo un tanto malo, en medio de aquellas jornadas de encierro se le ocurrió continuar con reseñas de libros que le gustaban. Así, este profesor de Economía y Gestión de Empresas en Bachillerato y con un profundo amor a la literatura —tiene varias novelas publicadas y también llevaba un blog de prescripciones— aterrizó en el mundo de las recomendaciones literarias en vídeo. De una forma muy sencilla: delante de una cámara fija y únicamente con el comentario de un determinado título o sobre varios. Y, además, con rostro serio, de profesor. Fue un exitazo. Mientras que su blog se había quedado anclado en unas 10.000-11.000 visitas al mes, el canal arrasaba con 40.000 al mes y casi 20.000 suscriptores. Llegó a tener picos de 92.000 visitas y durante unos cuatro meses se situó por encima de las 70.000 visitas mensuales. Su público, además, eran chavales de entre 20 y 25 años. Sin pretenderlo, Pérez Vega había dado con la tecla de la prescripción literaria. Y en estos tiempos con tantos canales no es nada fácil.

"Hacía años pensaba que quien buscaba información sobre libros preferiría leer sobre ella a escucharla. Me equivocaba. Hay mucha gente joven que se ha acostumbrado a este medio y busca información sobre libros a través del lenguaje oral. A veces me sorprende lo joven que es la mayoría de la gente que me escucha; chavales de 20-25 años que están empezando con la literatura para adultos y quieren que alguien, con perfil de profesor, les recomiende", cuenta Pérez Vega a El Confidencial mientras "vigila" un examen. También cree que otro secreto de su éxito, y que jamás había conseguido con su blog tras más de una década, tiene que ver con sus pocas pretensiones como comunicador.

"Si hace cinco años me dicen que me iba a hacer youtuber, me entra un ataque de risa. Seguí con las videorreseñas, sin dejar la reseña tradicional, que sigo usando de base para las videorreseñas", señala. Cuando pasó el confinamiento pensó que igual la broma ya había estado bien. O por lo menos aprendería a editar los vídeos y hacerlos algo mejor. "Pronto vi que no iba a tener tiempo para editar los vídeos, trabajar, leer, escribir de forma creativa y hacer reseñas. Así que decidí seguir con el canal, pero sin editar y sin que me preocupara leer mis notas delante de la cámara. Esto era diferente a lo que hacían otros y funcionaba. Lo llevaba a mi terreno: me reía de mis limitaciones técnicas. En seis meses, las visitas al canal al mes ya superaban a las del blog, con el que llevaba 11 años. El camino era el canal, claramente", asegura. Hoy Bienvenido, Bob, es toda una referencia dentro de las recomendaciones literarias, tanto de novedades como de grandes clásicos.

¿Ha muerto la crítica convencional?

El éxito del canal de Pérez Vega con libros de adultos y no juveniles —es lo que hasta ahora ha triunfado en redes como TikTok, donde se encuentran los adolescentes y generaciones más jóvenes— abre muchos interrogantes en cuanto a la crítica literaria y la recomendación. ¿De quién nos fiamos para comprarnos un libro? ¿Qué tipo de crítica buscamos, una que diga me gusta o no me gusta un libro y ya está? ¿Quién sigue leyendo la crítica convencional del suplemento canónico, ese que triunfaba en los 90? ¿Qué está pasando en estos años que está poniendo todo este asunto del revés? ¿Ha muerto la crítica de toda la vida?

"Sé de gente mayor a la que no se le ocurriría buscar en YouTube, pero creo que cada vez hay menos gente que consulta 'El Cultural', 'Babelia'..."

"Yo no diría tanto como muerta, porque sé de gente mayor a la que no se le ocurriría buscar información en YouTube, pero creo que cada vez hay menos gente que consulta El Cultural, Babelia, Quimera... Y, si vamos por franjas de edad, creo que, cuanto más joven es la persona interesada en la literatura, menos lee las reseñas tradicionales", resume Pérez Vega. Pero tampoco es una cuestión de papel vs. digital. Ese debate tiene ya más de 10 años y está más que pasado. La divergencia hoy es móvil vs. ordenador. "Y la gente ya no busca información en el ordenador, sino en el móvil, por lo que leer una reseña de un blog o web de libros en el móvil es engorroso.", añade este crítico.

Precisamente, un crítico y escritor que se confiesa admirador del trabajo audiovisual de Pérez Vega es Alberto Olmos (Segovia, 1975), columnista de este periódico y que ha practicado la crítica literaria durante años, desde que empezara con su blog Mala Fama. "Es un lector como Dios manda, un lector real, y es genial lo que ha hecho con su canal de YouTube, que tiene casi 20.000 seguidores. Yo no me veo haciendo eso, pero quién sabe", sostiene.

"La crítica literaria ahora mismo es tan minoritaria que no creo que pueda ni desaparecer. No hay sustancia para la derrota"

En este sentido, su diagnóstico con respecto a la crítica tradicional tiene más que ver con lo ínfima que es ya hoy en día —cuatro gatos— que con las recomendaciones que se hagan en las redes y que han posibilitado que "sobre libros opine ya todo el mundo, sea en un blog, un canal de YouTube o, simplemente, dando estrellitas en Amazon. O con un tuit. Y todo vale un poco lo mismo, y vale más muchos elogios anónimos que una reseña, que además nadie lee", afirma. Según Olmos, "la crítica literaria ahora mismo es tan minoritaria que no creo que pueda ni desaparecer. No hay sustancia para la derrota. Es como un objetivo tan pequeño que nadie acertará a darle con la flecha mortal, por decirlo de alguna manera". Con afilada pluma apunta a que el gran problema más allá de si la crítica es convencional, digital o audiovisual es que en el mundo editorial no se lee. "Y, si no lees, para mí no tienes la menor autoridad intelectual, seas editor de Anagrama, crítico en Babelia o dueño de una cadena de librerías", zanja.

Un poquito de prestigio

Menos drástico se muestra Josep María Nadal Suau (Palma, 1980), que lleva ejerciendo la crítica desde los 24-25 años, primero en el Diario de Mallorca y después en El Cultural, y que hoy es un referente para muchos lectores. Confiesa que no le importaría entrar en TikTok —"No quiero renunciar a ninguno de los terrenos de juego y conversación"— y que la crítica más canónica "está estancada y envejecida" y "necesita un meneo". Es lo que tiene pegarse al sillón. "La crítica literaria tiene que aprender a transformarse. Hay que salir del cauce del suplemento cultural de toda la vida porque no llega ni a todas partes ni a todas las generaciones. Ahora bien, la crítica no depende de un tipo de tecnología u otra. La crítica consiste en ofrecer una mirada a los libros curiosa, si quieres exigente, y que relacione distintas ideas", manifiesta.

"Todavía hay autores y editoriales que siguen muy pendientes de la crítica publicada en los medios más canónicos. Y también lectores"

Sin embargo, todavía le concede cierto prestigio a la crítica convencional. "Sí, todavía hay autores y editoriales que siguen muy pendientes de la crítica publicada en los medios más canónicos. Y también hay lectores que todavía son asiduos a los suplementos. Una crítica positiva sí hace que se venda más el libro. No como en los 90, donde una reseña vendía centenares, pero todavía hay quien se guía por una buena crítica", mantiene. Curiosamente no sucede lo mismo con una mala. "Hay más contrapesos: Goodreads, Instagram, YouTube… La reseña negativa es solo un elemento más en un ecosistema más amplio", asegura.

En esto último coincide con el editor Joaquín Palau, que ha pasado por las editoriales más grandes y que hace unos años montó la suya propia, Arpa, que da cabida a una muy interesante no ficción y novedosa ficción. "Una buena reseña todavía influye. Y las entrevistas y reportajes. También se nota cuando al periodista le ha gustado el libro", confiesa. También es muy relevante la disposición del escritor. "El autor se ha vuelto tan importante como el libro y eso no ocurría hace veinte años. Un autor que comunica bien y da buenas entrevistas ayuda mucho en la promoción", sostiene. Eso sí, también es consciente de la relevancia que han adquirido las redes sociales, que han hecho que todo haya saltado por los aires. "Y ya cualquiera recomienda un libro. Ya no hace falta que seas el crítico del periódico x. Para influir positiva o negativamente hay muchos canales. Claro que, leer una buena crítica sigue siendo una gozada".

TikTok quiere que leas (y compres)

Mientras seguimos preguntándonos si la crítica convencional sobrevive o no y si solo la leen personas de más de 35 años, lo cierto es que hay quien ya tiene muy claro que hay otros canales para hacer llegar un libro (o dicho de forma más prosaica: venderlo). Los primeros, quienes manejan los hilos de TikTok, la red más utilizada por los adolescentes y jóvenes. Como aseguran desde las editoriales que están bastante atentas a estos movimientos —sobre todo las que se dedican a un público más infantil/juvenil—, el algoritmo de la propia plataforma favorece las recomendaciones de libros (#booktok). Es decir, a lo mejor no tienes demasiados seguidores, pero un vídeo recomendando un libro se va a posicionar muy bien. De hecho, hay toda una campaña diseñada ahora para el Día del Libro y Sant Jordi con el fin de que estas recomendaciones tengan mucha visibilidad.

Hay tiktokers —por cierto, una gran mayoría de chicas frente al crítico convencional, más masculino— que son referentes en esta plataforma por sus vídeos sobre libros. No es una tendencia tan novedosa puesto que ya pasó con los booktubers (YouTube) y bookstagramers (en Instagram), pero los datos en TikTok se disparan. Por ejemplo, saraar_fer, que tiene 54.100 seguidores y que empezó hace un año con las reseñas de libros en esta red. La joven cuenta a este periódico su fórmula vía e-mail. Y no es tanta fórmula: "La verdad que no tengo nunca una idea clara de cómo lo voy a hacer. Muchas veces me surgen ideas de libros que quiero reseñar que me han gustado mucho y que siento que a otra gente le puede llegar a gustar tanto como a mi. Otras veces veo comentarios de personas que piden reseñas de libros que quieren leer pero que no saben de qué van, así que si me he leído ese libro hago un vídeo sobre él. Aunque parezca difícil yo únicamente me pongo en frente de la cámara y empiezo a hablar,no tengo un esquema de que decir, lo primero que me salga es lo que digo. Así mis vídeos salen muy naturales, como si estuviera hablando con mis amigos". Y eso también lo vieron las editoriales que cuentan con ella para recomendar sus libros. "Sí, algunas editoriales como Planeta o Casa Nova, etc., contactan conmigo para que enseñe nuevos libros que salen a la venta, ya que mucha gente puede ver mis vídeos y pueden ver que novedades literarias salen. Esto hace que a la gente le entre curiosidad sobre el libro del que estoy hablando y llegan a comprarlo".

Es el mismo caso que el de Iryna (@ir_zu), una joven bielorrusa que lleva en España doce años y que habla ya más español que ruso. Tiene casi dos millones de seguidores en TikTok y sus vídeos, donde habla de libros con naturalidad, con humor y gracia desde hace un año y medio, los ven más de 100.000 personas (que los consideres crítica de libros es otra cosa). Tampoco ha pasado desapercibida ni para Planeta ni para Penguin, los dos grandes grupos editoriales españoles. "Sí, trabajo con ellos y es verdad que recibido mucho feedback de seguidores que lo terminan comprando por cómo hablo de ellos", cuenta a este periódico por teléfono.

En definitiva, TikTok ha visto un gran nicho en las recomendaciones literarias para los más jóvenes, los grandes sellos, ávidos, han puesto ahí sus ojos. Quienes ya no son tan jóvenes, pero todavía les quedan unos cuantos años para la jubilación, quizá experimenten con YouTube y/u otras plataformas audiovisuales. En cualquier caso, Pérez Vega zanja el debate: "La reseña tradicional va a morir con la generación que ahora tiene 50-70 años". Los ciclos de la vida (y el dinero).

Durante el confinamiento, David Pérez Vega (Madrid, 1974) decidió abrirse un canal de YouTube para promocionar la novela que acababa de publicar, ya que, como ocurrió con otros tantos libros, se había quedado colgada. Tras hacer un primer vídeo un tanto malo, en medio de aquellas jornadas de encierro se le ocurrió continuar con reseñas de libros que le gustaban. Así, este profesor de Economía y Gestión de Empresas en Bachillerato y con un profundo amor a la literatura —tiene varias novelas publicadas y también llevaba un blog de prescripciones— aterrizó en el mundo de las recomendaciones literarias en vídeo. De una forma muy sencilla: delante de una cámara fija y únicamente con el comentario de un determinado título o sobre varios. Y, además, con rostro serio, de profesor. Fue un exitazo. Mientras que su blog se había quedado anclado en unas 10.000-11.000 visitas al mes, el canal arrasaba con 40.000 al mes y casi 20.000 suscriptores. Llegó a tener picos de 92.000 visitas y durante unos cuatro meses se situó por encima de las 70.000 visitas mensuales. Su público, además, eran chavales de entre 20 y 25 años. Sin pretenderlo, Pérez Vega había dado con la tecla de la prescripción literaria. Y en estos tiempos con tantos canales no es nada fácil.

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