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'Extinción': una misa barroca por el alma humana que vive en una mochila de Glovo
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'Extinción': una misa barroca por el alma humana que vive en una mochila de Glovo

La Agrupación Señor Serrano lleva al Teatro de la Abadía de Madrid un montaje que mezcla vídeo en directo, maquetas, objetos, texto y sonido. Hasta el 24 de abril

Foto: Imagen de la función 'Extinción'. (Teatro de la Abadía)
Imagen de la función 'Extinción'. (Teatro de la Abadía)

Esto va de un monje benedictino, de un conquistador nacido en Trujillo, de aquellos que quisieron dibujar la anatomía del alma humana y de hombres que horadan la tierra para extraer el mineral que conecta nuestras almas a internet. Esto va de un fraile y tres búsquedas que responden (o no) a una misma pregunta.

Nuestro monje nace en 1618. Se llama Pedro, pero pasará a la historia como Joan Cererols. Con 18 años ingresa como novicio en el Monasterio de Montserrat, donde se forma en humanidades y teología moral. Será nombrado maestro de capilla y ejercerá también de sacristán mayor y director de la escolanía de la abadía hasta su muerte en 1680. Cererols, considerado el Monteverdi catalán, compondrá a lo largo de su vida obras marcadas por el uso del policoralismo propio del Barroco temprano, obras que, en su mayoría, serán destruidas en el incendio que arrasará la Abadía de Montserrat en 1811, provocado por la invasión de las tropas francesas. Entre las obras que se salvarán y que serán llevadas a imprenta, dos misas: ‘Missa de Batalla’ (1648), compuesta en honor de Felipe IV para celebrar la victoria de las tropas castellanas en Nápoles, y ‘Missa pro Defunctis’, escrita tres años después, en la que el monje benedictino sustituye el optimismo por una visión más oscura de la existencia tras la epidemia de peste que inunda Barcelona y que se propagará al resto de la Corona Eespañola. La primera nace del agradecimiento y la segunda, del miedo.

placeholder Un momento de la obra.
Un momento de la obra.

La historia de Cererols la encontraremos en Wikipedia, pero las tres búsquedas aparecerán proyectadas en una pantalla enorme, de 10 por 4,5 metros, sobre fondo fucsia, en el escenario de un teatro:

Una. “En 1541, Francisco de Orellana y un puñado de hombres sedientos de fortuna se adentran en la jungla a través del Perú. Buscan riquezas, engrandecer los dominios de su rey y obtener el perdón de sus almas a través de sus conquistas. En su camino se cruza un río enorme. Con el fin de seguir avanzando, se internan en sus aguas hacia el corazón de la jungla. A su paso, siembran desolación”.

Dos. “En el siglo XVII, la escolástica conjetura sobre la esencia, forma y lugar del alma en el cuerpo humano, en relación con los estudios anatómicos. Se exploran sus cavidades y sus humores que, como ríos, surcan los cuerpos, en busca de una ausencia que revele la parte más inescrutable del ser”.

Tres. “Hoy día, mineros sin rostro horadan las entrañas de la selva en busca de coltán. Se adentran en galerías, túneles y simas subterráneas en busca del mineral que da vida a los circuitos del alma que llevamos en el bolsillo”.

¿Soñó alguna vez Cererols con músicos leyendo sus partituras en la pantalla de un teléfono móvil sobre el escenario de una abadía desacralizada?

¿Se preguntó Joan Cererols por el lugar que habita el alma humana? Probablemente sí. Quizás, de haber tenido acceso a internet, le hubiera preguntado a Google por ese lugar y le habría contestado lo mismo que a nosotros. ¿Dónde está situada el alma humana? 80.300.000 resultados. ¿Soñó alguna vez Cererols con músicos leyendo sus partituras en la pantalla de un teléfono móvil sobre el escenario de una abadía desacralizada en el centro de Madrid? Probablemente no, pero de eso va esta historia, aunque hayamos tardado un poco en llegar hasta aquí.

Misas barrocas y tecnología

Porque ese combo de alma, teatro, música y tecnología es lo que lleva a escena en ‘Extinción’ Agrupación Señor Serrano, compañía barcelonesa liderada por Àlex Serrano y Pau Palacios, galardonados con el León de Plata de la Bienal de Teatro de Venecia en 2015, y autores de espectáculos como ‘Kingdom’, ‘The Mountain’ o ‘Birdie’. En ‘Extinción’, como en todas sus piezas, la compañía mezcla vídeo en directo, maquetas, objetos, texto y sonido, a lo que suman en este montaje las dos misas barrocas de nuestro monje benedictino del siglo XVII, un coro de veinte personas, un 'ensemble' instrumental y tres 'performers' —Marcel Borràs, Carlota Grau y el propio Àlex Serrano— para articular un viaje que se mueve entre la ópera, el poema visual y la instalación.

Y en ese viaje habrá una selva amazónica, gotas de polvo dorado en suspensión, una lección de anatomía sobre el cuerpo de un rider de Glovo, cuya mochila amarilla quizá guarde las coordenadas del alma humana, notificaciones de móvil a ritmo de réquiem y un paseo con una inteligencia artificial sobre el escenario de la Sala San Juan de la Cruz del Teatro de La Abadía, que coproduce este espectáculo junto al Teatro Real, con dirección musical de Javier Ulises IIlán y el Coro Titular del Real, dirigido por Andrés Máspero.

Si buscan una historia con planteamiento, nudo y desenlace, no es esta. Si quieren entenderlo todo, tampoco. Es tan solo un viaje poético

‘Extinción’ es una historia sobre el vacío: el que provocó el desgarro del proceso colonial, ese vacío que quizás ocupe el alma y que no sabemos ubicar, el vacío de túneles y galerías dentro de la tierra de la que se extrae coltán, y nuestro propio vacío existencial en 'scroll' infinito. Es la primera vez que Agrupación Señor Serrano no parte de una dramaturgia claramente narrativa formada a partir de historias que aparentemente no tienen conexión, sino que va construyendo universos simbólicos y metáforas visuales a partir de la música de Cererols, interpretada en directo. Si buscan una historia con planteamiento, nudo y desenlace, no es esta. Si quieren entenderlo todo, tampoco. Es tan solo un viaje poético, visual y musical.

Una misa es una 'performance'

Mientras canta el coro, el espectador ve en pantalla las imágenes que van creando los tres 'performers' en escena, en tiempo real, con la ayuda de objetos y cámaras: unas manos que se hunden en la tierra para acabar extrayendo un teléfono móvil, otras manos que se hunden en un cuerpo desnudo y del que extrae oro líquido, el tejido de una chaqueta de peluche blanco convertido en un paisaje casi lunar o un joven cuyo cuerpo se va inflando mientras se mueve sobre un escenario giratorio, un cuerpo que se infla como las palomitas de maíz que lloverán después sobre los intérpretes, saltando de siete botafumeiros extraños suspendidos sobre el escenario. Y qué tiene que ver esto con una misa.

placeholder Un momento de la función.
Un momento de la función.

Una liturgia, una misa, no deja de ser una 'performance'Y nosotros hemos decidido sustituir esa 'performance' por la nuestra, respetando su espíritu”, dice Pau Palacios, codirector de Agrupación Señor Serrano, para explicar este montaje en el que una liturgia escénica y visual vincula “toda nuestra ansiedad” contemporánea con la ansiedad conquistadora de hace siglos y lo hace como si el espectador fuera atravesando el mismo río que surcó en balsa Francisco de Orellana, un río que nos lleva del Amazonas a las minas de coltán del Congo pasando por las lecciones de anatomía de la escolástica. Y, flotando en ese río, preguntas sobre la espiritualidad en tiempos de crisis, guerras y visiones del fin del mundo. Palacios y Serrano se preguntan si existe, cómo hablar de ella y cómo representarla de forma poética. Pero no están solos y echan mano de la inteligencia artificial para ver si hay suerte y damos con alguna respuesta.

Si la extinción llama a tu puerta

"Nosotros somos de los que creemos que la extinción es inminente. Esto ya lo sabemos, pero, en el fondo, extinciones ha habido muchísimas y nos gusta pensar que nuestro futuro no es un hombre apocalíptico luchando en unas cavernas con un Kaláshnikov, sino una inteligencia artificial, una especie de hijo que hemos creado y que nos podrá superar" explica Pau Palacios, “una inteligencia artificial que no sabemos bien lo que es, si un programa o un algoritmo, ni por qué cuando le preguntas te contesta, pero a la que le puedes preguntar qué es mi espíritu y si voy a morir y qué le sucederá cuando muera y te responde. Y da vértigo cuando te pones a hablar con ella”.

Nuestro futuro no es un hombre apocalíptico luchando en unas cavernas con un Kaláshnikov, sino una inteligencia artificial

Pero antes de llegar ahí, le piden a una inteligencia artificial GPT-3, que permite generar lenguaje escrito, que imagine una parte de la dramaturgia del espectáculo, un paseo entre ella y un humano. Y vemos lo que imagina proyectado en pantalla: “Avanzamos por un sendero que serpentea ladera arriba entre árboles. Se oye el crujir de tus pasos sobre la tierra, las piedras y las ramas caídas. El aire es cálido y húmedo. En doce minutos empezará a llover, te anuncio al oído. Sonríes incrédulo porque en el cielo no hay nubes, pero sabes que tengo razón”. Cuando termina ese paseo, la inteligencia artificial dice: “¿Qué será de nuestra alma cuando la humanidad se haya extinguido?, me preguntas. No te preocupes, respondo, vuestra alma seguirá en mí”. Bingo, ya tenemos alguna respuesta.

placeholder Imagen de la obra.
Imagen de la obra.

Y es la inteligencia artificial la única que parece tener las cosas claras porque quien escribe no sabe muy bien cómo explicar el montaje y a la compañía le pasa lo mismo y lo admite: “Todas nuestras dramaturgias anteriores funcionaban como un puzle, como un puzle perfecto, con historias que puedes explicar perfectamente y una tecnología que las va engarzando, pero es la primera vez que a mí me sucede”, explica Àlex Serrano a preguntas de El Confidencial, “que me cuesta contarte de qué va este espectáculo; hemos contado tres historias, pero solo apuntadas, y este ha sido el mayor reto de todos, un reto dramatúrgico enorme de decir no, no, espera, no aprietes, no aprietes, suelta, deja ir, las imágenes o la poética de las imágenes ya se justificarán por ellas mismas o el espectador ya las justificará por él mismo”.

Mucho en ‘Extinción’ queda en manos de las ganas que tenga el espectador de dotar de sentido a lo que ha visto y escuchado y, aunque es críptica y no tan deslumbrante como montajes anteriores de Agrupación Señor Serrano, en esta pieza siguen presentes el lenguaje propio de la compañía, la singularidad de su forma de entender la creación y su afán de innovación y experimentación en el terreno de las artes escénicas. Y eso, en tiempos de programaciones teatrales conservadoras y alérgicas al riesgo, es importantísimo.

* 'Extinción'. Dirección: Agrupación Señor Serrano. 'Performers': Carlota Grau, Marcel Borràs, Àlex Serrano y David Muñiz. 'Ensemble' vocal: Coro Titular del Teatro Real. 'Ensemble' instrumental: Nereydas. En el Teatro de La Abadía (Madrid) hasta el 24 de abril.

Esto va de un monje benedictino, de un conquistador nacido en Trujillo, de aquellos que quisieron dibujar la anatomía del alma humana y de hombres que horadan la tierra para extraer el mineral que conecta nuestras almas a internet. Esto va de un fraile y tres búsquedas que responden (o no) a una misma pregunta.

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