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Vamos a contar mentiras: un nuevo informe sobre la lectura nos toma por imbéciles
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Vamos a contar mentiras: un nuevo informe sobre la lectura nos toma por imbéciles

El nuevo barómetro del Ministerio de Cultura no es más que un hatajo de mentiras

Foto: El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta. (EFE/Mariscal)
El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta. (EFE/Mariscal)
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Como saben los que me soportan, cada año estoy atento a la publicación del informe de lectura oficial en España por ver si puedo echar una mano con la causa. Normalmente digo que es todo mentira, que los datos son increíbles y que casi debería considerarse delito tal derroche de desinformación. Este año no va a ser diferente.

La cosa la presentó Miquel Iceta en medio de la indiferencia general. ¿Cuánta gente lee en España? Nos da igual. Si no nos diera igual, comprenderíamos que haber establecido en casi un 70% el índice de lectura oficial en nuestro país es como decir que casi un 70% de los españoles vuela. Usted ha visto en la calle, en el transporte público y en los parques durante toda la semana pasada el mismo número de gente leyendo que volando. O a lo mejor un poco más de gente volando.

Foto: Ilustración de Norman Rockwell. Opinión

La evidencia empírica, ese no-ver-a-nadie-leyendo-nunca, tiene sin duda menos prestigio que un informe científico avalado por profesionales demoscópicos y basado en prolijos cuestionarios a los que se han sometido 4.811 personas. Es verdad que cuatro mil personas cubren más realidad que una sola, pero cuatro mil personas mintiendo a alguien que quiere que le mientan y que, por tanto, ha creado la herramienta perfecta para acumular mentiras, seguramente tiene poco que hacer contra una sola persona honrada.

La evidencia empírica de no ver a nadie leyendo nunca tiene sin duda menos prestigio que un informe científico

El informe o barómetro, en fin, dice que en España leyó libros en 2021 un 67,9% de entre los mayores de 14 años; que el 64,5% lo hizo por placer y que el 52,3% de los españoles compró libros, sobre todo en pequeñas librerías donde el librero sabe latín y hay flores. Bienvenidos al paraíso cultural español.

Del informe este año me ha llamado la atención ese pequeño porcentaje penitencial que lee “por trabajo o estudios”. Nada menos que un 3,5% de los españoles mayores de 14 años se gana la vida leyendo o (entendemos) solo lee los libros que le mandan en el colegio. Yo mismo no sé si estoy dentro de ese 3,5% de sufridos españoles, pues, si no me pagaran por leer, y si no tuviera que leer para escribir mis propios libros, a lo mejor no volvía abrir uno en mi vida. Tampoco sé si los críticos literarios y los demás escritores cuentan como lectores “por trabajo”, o si lo son por ocio. De hecho, no sé si su lugar concreto en este informe debería ser en realidad entre los no lectores.

Foto: Zona de lectura y librería del cine (x living) Opinión

El porcentaje de lectores va reduciéndose a partir de estas matizaciones. De 67,9% hemos pasado a 64,4% y de ahí caemos al 52,7%, que son los lectores que este informe considera “frecuentes”, esto es, “que lee con frecuencia semanal”. De pronto me he preguntado qué es leer entonces con frecuencia mensual y, sobre todo, “trimestral”.

"Yo leo una vez cada tres meses, pero siempre las mismas 50 páginas del mismo libro", declara un señor que me he inventado

En efecto, un 11,7% de los lectores dice hacerlo una vez al mes o una vez al trimestre, lo que lleva a pensar la clase de lectura que puede acometerse cada tres meses. O se leen un libro de una sentada cada noventa días o, leyendo solo un puñado de páginas, vuelven al mismo libro con el cambio de estación. Es duro, eso. “Yo leo una vez cada tres meses, pero siempre las mismas 50 páginas del mismo libro porque ya se me han olvidado de qué iban”, declara un señor que me he inventado.

Sobre el 52,7% de lectores frecuentes hay que decir que es exactamente el mismo que se propuso para 2020. Hasta ese momento, el dato no paraba de crecer. Entiendo que aquí alguien ha entendido que la cosa ya se les estaba yendo de las manos. La lectura en España ha aumentado un 6,5% en diez años, la misma década en la que han llegado a nuestro país Netflix y HBO, que nunca tuvieron nada que hacer contra un español cuando abre un libro, como se puede comprobar cada día.

No lectores

Por lo demás, lee un 10% más de mujeres que de hombres, lo cual se valora positivamente: “El porcentaje de mujeres lectoras de libros en tiempo libre es significativamente superior al de los hombres en todos los grupos de edad”. Yo noto euforia en esta redacción en concreto. Si fuera al revés, lógicamente se hablaría de 'brecha cultural' y se buscarían los motivos y se tomarían medidas muy publicitadas. Que los hombres lean menos que las mujeres, sin embargo, nos parece bien.

Foto: La 'lectura cuántica', el polémico método que te enseña a leer 20.000 palabras por minuto. (Reuters)

La verdad es que yo cada vez albergo más simpatía por la gente que no lee nada y que además lo dice; gente que, en un porcentaje del 35,6%, son el objetivo a batir por estas campañas y estudios. ¡Resistid, amigos! Si leemos todos, no tiene sentido.

Preguntados por qué no leen, la mitad dice no tener tiempo y a la otra mitad no le da la gana

El análisis del no lector por parte del barómetro es, sin embargo, extraño. Preguntados por qué no leen, casi la mitad dice no tener tiempo, mientras que a la otra mitad no le da la gana. Así, tenemos a un 50% de gente que no tiene tiempo para leer y a un 50% de gente que sí tiene tiempo para hacer cualquier cosa menos leer. Me gustaría preguntarle al primer 50% si ve series, pasea, escucha música o ve la televisión, que es lo que hace el segundo 50% que prefiere no leer. Lo extraño es que la opción principal para no leer sea “pasear”. Quiero decir, cuando a una de estas personas se le pasa por la cabeza leer un libro, para no hacerlo se va a la calle a dar una vuelta. Es el doble de gente la que se va a la calle a dar una vuelta “en vez de leer libros” que la gente que se pone una serie en Netflix. Incluso hay gente (un 10% de este 50% que no lee porque prefiere hacer otras cosas) que queda con sus amigos no sea que acabe solo en casa leyendo algo. Héroes, en suma.

Foto: Un estudiante en una librería china. (EFE) Opinión
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En la puesta de largo de este barómetro, el presidente de la Federación de Gremios de Editores comentó: “Frente a los que se preguntan por qué queremos que lea el 100% de la población hemos de decir que si analizamos el conjunto de las economías más desarrolladas veremos que también muestran que su población es, en un alto porcentaje, lectora. Somos la cuarta o quinta potencia editorial, pero no podemos decir que estamos entre los países más lectores”.

Esta declaración parece contradecir cuatrocientas campañas en favor de la lectura amparadas en eslóganes como “vivir otra vidas”, “soñar”, “la aventura de leer” o “leer es sexy”. Debemos entender ahora que leer no era sexy, solo negocio. Un poema del PIB.

Como saben los que me soportan, cada año estoy atento a la publicación del informe de lectura oficial en España por ver si puedo echar una mano con la causa. Normalmente digo que es todo mentira, que los datos son increíbles y que casi debería considerarse delito tal derroche de desinformación. Este año no va a ser diferente.

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