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El escultor maño al que adoran en Ucrania: "Tendrán que matarlos para echarlos de su casa"
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El escultor maño al que adoran en Ucrania: "Tendrán que matarlos para echarlos de su casa"

Carlos García Lahoz comenzó a hacer exposiciones en el país en 2013 y hoy incluso tiene un parque en la ciudad de Uman llamado Aragón

Foto: Carlos García Lahoz, en su parque, Aragón, inaugurado el 5 de octubre de 2018 en Uman, Ucrania. (Archivo del autor)
Carlos García Lahoz, en su parque, Aragón, inaugurado el 5 de octubre de 2018 en Uman, Ucrania. (Archivo del autor)
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Los renglones torcidos de la vida le dieron un vuelco profesional al aragonés Carlos García Lahoz hace algo más de 10 años. Hasta entonces, se ganaba el pan con la importación y exportación de pescado, pero mantenía dentro un cierto gusanillo por la escultura. Un viaje a Ucrania lo cambió todo. Además de visitar supermercados haciendo un estudio de congelados, se decidió a reunirse con artistas a los que había contactado a través de las redes sociales y visitar galerías y museos. Fue el primer contacto. Para 2013 ya exponía en el Museo de Arte Moderno de Kiev, al que siguieron el Museo Nacional de Ucrania, la Academia Nacional de Bellas Artes y en 2018 se inauguró el primer parque, Aragón, dedicado a su figura en la ciudad de Uman, a 200 kilómetros de la capital. “Imagínate si he tenido que currar para que eso se produzca. Normalmente te mueres antes y luego te hacen el parque”, afirma a El Confidencial por teléfono desde Zaragoza.

En la última década, los viajes a Ucrania para este artista que acabó dejando el pescado por la escultura han sido habituales. “Tres o cuatro meses los pasaba allí cada año”, sostiene. Su idea, en un principio, era dar el salto a las grandes galerías y museos rusos. “Es que las relaciones entre los dos países eran muy diferentes. Pero todo eso se arruinó cuando empezaron los conflictos de 2014”, añade.

En 2014 estaba allí: "Tenía que salir corriendo para un lado o para otro… Y he visto de todo, desde disparos a dar palizas en la calle"

Aquellas incursiones bélicas en el Donbás y Crimea de enero y febrero le pillaron allí. Estaba exponiendo en el museo de la Universidad Nacional de Tecnología y Diseño. “Fueron los peores meses de la revolución del Maidán. Todos los días tenía que salir corriendo para un lado o para otro porque no me podía quedar en casa… Y he visto de todo, desde disparos a dar palizas en la calle…”, confiesa un tanto apesadumbrado.

¿Qué hace un escultor como tú en un sitio como este?

De toda esta historia, la pregunta que subyace es cómo acaba un escultor que está empezando siendo tan idolatrado por las instituciones culturales ucranianas. García Lahoz insiste en que hay mucho trabajo detrás. Muchas reuniones con directores de museos, galerías, vicerrectores y rectores de las universidades nacionales. Hasta el Ministerio de Cultura de allí ha publicado tesis sobre su obra, comenta. Y les ha propuesto de todo, incluso un festival de cortometrajes ucraniano-aragonés, el ‘H-uman International Cinema Festival’, que ya lleva tres ediciones y que se celebra en Madrid, Zaragoza, Kiev y Uman. “Sí, ya hay que tener narices para montar algo así”, asegura.

placeholder García Lahoz, tercero por la derecha, con estudiantes de la Academia Nacional de Bellas Artes. (Archivo del autor)
García Lahoz, tercero por la derecha, con estudiantes de la Academia Nacional de Bellas Artes. (Archivo del autor)

Este versátil escultor reconoce que ha tenido la suerte de que en los últimos años Ucrania haya querido estrechar los lazos con Europa. El país busca que la Unión Europea lo mire con buenos ojos. “Sí han estado muy abiertos a las colaboraciones internacionales”, manifiesta. Aunque sea un país que tampoco, dice, invierte todo lo que debería en cultura. “Al final, lo de la cultura es muy bonito, pero nunca hay dinero. Yo me he financiado los viajes, aunque nunca he pagado por exponer”, revela. Siempre ha entusiasmado a estas instituciones con sus ideas, como la de la exposición ‘Almas gemelas’, en la que unía 10 esculturas suyas a 10 cuadros de Taras Schevchenko, el gran artista del país.

“También he podido hacer todo esto porque tuve la valentía de construir 10 de mis esculturas en Kiev sin saber lo que iba a hacer con ellas. Las aduanas de estos países digamos que son bastante complicadas. Hice números y vi que me salía más barato tener un taller en Ucrania y construirlas allí que llevarlas. Una persona amiga mía las guardó y ahora soy el único escultor europeo que tiene capacidad para mover una exposición por toda Ucrania”, mantiene.

La deriva desde 2014

García Lahoz ha trabajado durante todos estos años sin ningún problema. Kiev, ciudad que estos días se ve solitaria, con milicias por las calles y edificios bombardeados, era hasta antes de ayer, con su estilo soviético, “una ciudad tan europea como cualquier otra” con sus enormes monumentos, que por algo la llaman la ciudad de las catedrales. Sin embargo, desde la ocupación del Donbás y Crimea, algo ya latía en el ambiente y lo oscurecía.

placeholder García Lahoz, inaugurando su escultura 'Instinto maternal'. (Archivo del autor)
García Lahoz, inaugurando su escultura 'Instinto maternal'. (Archivo del autor)

“En este tiempo, lo que ha ocurrido es que ha ido creciendo el nacionalismo ucraniano, que antes no era tal. En las primeras elecciones después de que el presidente Yanukóvich tuviera que salir corriendo de Kiev, la ultraderecha ucraniana era la más pequeña de todas las ultraderechas europeas, por lo que no es verdad que Ucrania sea un nido de ultraderechistas”, sostiene con rotundidad haciendo frente a los mensajes procedentes del lado ruso. No obstante, sí cree que hay gente que en estos años “se ha radicalizado mucho más. Yo tengo amigos de procedencia rusa y que han hablado ruso toda la vida y que volverán a retomar el ucraniano, que es el idioma de su país, donde están sus casas y sus hijos van al colegio”, apostilla.

"Lo que ha ocurrido es que ha ido creciendo el nacionalismo ucraniano, que antes no era tal"

Y de esos barros todos estos lodos, que este escultor cree que no se han tenido en cuenta hasta que todo se ha embarrado, pero de verdad. “Con el Donbás y Crimea ha habido una dejadez internacional sobre un problema que estaba sobre la mesa. Todo esto se venía mascando desde 2014. Pero desde entonces parece que todo el mundo ha estado mirando para otra parte. Muy pocas noticias ha habido en España sobre el Donbás. Ahora la gente lo sabe porque estamos hartos de ver el Donbás en la televisión, pero antes de que estallara la guerra nadie sabía nada de eso, y eso es o porque no ha interesado o porque se ha mirado para otro lado. Nadie ha querido molestar a Rusia hasta que ha sido Rusia la que ha decidido molestarnos a todos”, insiste.

Valentía ucraniana

Por supuesto, estos días está preocupado. Por sus amigos, por mucha gente querida que está allí. Por suerte, internet no funciona mal y consigue chatear todos los días con ellos. “Me cuentan si han bombardeado, si están en el refugio…”, comenta. Ahora está tratando de organizar desde Zaragoza un envío de ayuda humanitaria con medicamentos, comida y ropa para personas “que se han quedado defendiendo su casa”.

placeholder Una de sus esculturas en Lutsk. (Archivo del autor)
Una de sus esculturas en Lutsk. (Archivo del autor)

Precisamente, a García Lahoz no le sorprenden las imágenes de tantos ciudadanos que se han armado con un fusil para defender ciudades como Kiev. "A los ucranianos va a haber que matarlos para que se vayan de sus casas. Es verdad que hay gente que se ha marchado porque no tiene adónde ir, no tiene nada, pero todo el que se ha podido quedar y coger un fusil se ha quedado a defender su casa y su país. No sé si este país tendría tanto coraje, pero Ucrania sí lo tiene".

En este sentido, tampoco le resulta llamativa la figura de Volodímir Zelenski, el presidente ucraniano que se está ganando a tantos con sus mensajes de resistencia y que no ha abandonado el país a su suerte. “No es un político al uso, de hecho, era un cómico muy conocido que tenía un programa en la tele que parodiaba a los políticos ucranianos y en las últimas elecciones cayó en gracia. La gente supongo que estaba hasta las narices de las mismas políticas de siempre, que la gente estaba para robar, para sus negocios, para seguir viviendo del bote, todos esos oligarcas y compañía… Y la ciudadanía lo votó a él”, describe. Cree que si no hubiera estallado esta guerra, posiblemente ahora no tendría la misma popularidad, “pero es verdad que si se va y deja al país en pelotas eso no se lo perdonaría nadie, porque la gente está luchando en la calle. Hay también un montón de mujeres que se han alistado en el Ejército, podrían estar fuera de Ucrania y están vestidas de militar pegando tiros”.

"Si [Zelenski] se va eso, no se lo perdonaría nadie porque la gente está luchando en la calle. Hay también un montón de mujeres en el Ejército"

Igual que el presidente Viktor Yanukóvich, que se marchó en 2014 dejando todo allí, incluso sus propias vergüenzas, dice. “En Kiev hay un museo que se ha abierto en su antigua residencia donde los revolucionarios se encontraron con grifos de oro, obras de arte… Lo llaman el Museo de la Vergüenza y es que es vergonzoso”, se reafirma García Lahoz.

En estos momentos, solo espera que la contienda acabe lo antes posible. Quiere retomar sus proyectos, ya que tenía mucho que celebrar con el 30 aniversario de las relaciones diplomáticas entre Ucrania y España, que se cumple este 2022 y en el cual se había convertido en un enlace principal. Sus esculturas, dice, de momento “están a salvo… creo”. Pero quiere que todo se solucione: “Yo siempre pienso que un mal acuerdo es mejor que una guerra”, ataja.

Los renglones torcidos de la vida le dieron un vuelco profesional al aragonés Carlos García Lahoz hace algo más de 10 años. Hasta entonces, se ganaba el pan con la importación y exportación de pescado, pero mantenía dentro un cierto gusanillo por la escultura. Un viaje a Ucrania lo cambió todo. Además de visitar supermercados haciendo un estudio de congelados, se decidió a reunirse con artistas a los que había contactado a través de las redes sociales y visitar galerías y museos. Fue el primer contacto. Para 2013 ya exponía en el Museo de Arte Moderno de Kiev, al que siguieron el Museo Nacional de Ucrania, la Academia Nacional de Bellas Artes y en 2018 se inauguró el primer parque, Aragón, dedicado a su figura en la ciudad de Uman, a 200 kilómetros de la capital. “Imagínate si he tenido que currar para que eso se produzca. Normalmente te mueres antes y luego te hacen el parque”, afirma a El Confidencial por teléfono desde Zaragoza.

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