Animada por la resistencia ucraniana, la UE empieza a cruzar sus líneas rojas contra Rusia
La UE financiará por primera vez el envío de armamento a Ucrania. La resistencia de Kiev está haciendo que los Veintisiete se estén movilizando más allá de lo esperado
Desde hace un lustro, se discute recurrentemente en Bruselas sobre un posible “despertar geopolítico de la Unión Europea” que, crisis tras crisis, nunca llegaba a materializarse. Pero estos días, la resistencia de los ucranianos ante la invasión rusa está impulsando a las capitales y la Unión a superar, poco a poco, todas sus líneas rojas en apoyo a Kiev. “Es un mundo diferente en el continente europeo”, resumió el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
En un paso inédito e inesperado hasta hace algunos días, los ministros de Asuntos Exteriores acordaron el domingo utilizar el Fondo para la Ayuda a la Paz para financiar el envío de “material letal”, es decir, armas, a Ucrania. Es la primera vez que la UE envía armamento a un tercer país en guerra. “Si queremos paz en Europa, tenemos que apoyar al Ejército ucraniano, que no está defendiendo solamente a su país, está defendiendo la seguridad de Europa y el derecho internacional”, explicaba una fuente comunitaria sobre el prisma con el que Bruselas está leyendo ahora la agresión.
Esta creciente presión económica de la UE —que cada día anuncia nuevas sanciones contra intereses rusos— está siendo animada por la inesperada capacidad de resistencia de los ucranianos, que por el momento han evitado que el Kremlin protagonice un paseíllo militar. Kiev sigue en pie pese al constante castigo de artillería y la intensa lucha en las calles, mientras que el Ejército ucraniano también parece haber frenado un asalto mayor en Járkov, la segunda mayor ciudad del país. En el sur, los rusos avanza más rápidamente —buscando crear un pasillo entre la península de Crimea y el Donbás—, pero lo hacen evitando tomar los núcleos urbanos. La guerra relámpago de Vladímir Putin ha perdido 'momentum'.
Este fondo tiene una dotación de 5.000 millones de euros hasta 2027 y, aunque no hay cifras concretas, se espera que cientos de millones de euros se destinen a financiar armamento. “Por primera vez en la historia, vamos a financiar el envío de material letal”, aseguraba la fuente comunitaria, que señala que hay algunos Estados miembros que no quieren enviar armas a Ucrania, pero que podrán financiar el envío de otro material no letal. Las capitales que ya han enviado armas al país invadido podrán recibir parte del fondo con carácter retroactivo. Finalmente, se destinarán 450 millones a armamento y 50 millones a otro material no letal, como por ejemplo son dispositivos de comunicaciones.
“Hoy se rompe un tabú, el de que la UE no proporciona armas en una guerra. Sí, vamos a hacerlo. Esta guerra requiere nuestro esfuerzo para apoyar al Ejército ucraniano”, ha defendido Josep Borrell, alto representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, poco antes de presidir la cuarta reunión de ministros de Asuntos Exteriores en una semana.
"Seremos muy claros: el espacio aéreo está cerrado para todos los aviones rusos, incluyendo los privados de oligarcas"
Además de esta medida histórica, los ministros también han aprobado el cierre del espacio aéreo a cualquier aeronave rusa. “Es una prohibición para todos los aviones rusos, con bandera rusa o propiedad de rusos. No podrán aterrizar, despegar o sobrevolar el territorio de la UE. Seremos muy claros: el espacio aéreo está cerrado para todos los aviones rusos, incluyendo los privados de oligarcas”, ha señalado Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
“Cortamos el cuello de la serpiente”
También han aprobado la paralización de los activos del banco central ruso en el exterior, una medida que esperan sea un torpedo contra la economía rusa. Sin embargo, la propuesta de eliminar a algunos bancos rusos de Swift, un sistema internacional de comunicaciones bancarias, tendrá que esperar todavía unos días más, según han explicado fuentes comunitarias.
Una última medida anunciada por Bruselas este domingo ha sido prohibir la emisión de Russia Today, a la que consideran pieza clave de la maquinaria propagandística del Kremlin. De hecho, la editora jefa del canal en inglés fue sancionada en el primer paquete que se aprobó antes incluso de que Moscú comenzara la invasión. “Cortamos el cuello de la serpiente”, ha explicado Borrell.
Este domingo, también se ha celebrado una reunión de ministros de Interior con el objetivo de gestionar los flujos de refugiados que intentan escapar de Ucrania. Son cientos de miles los ucranianos que están abandonando el país y que cruzan las fronteras de la Unión Europea y también de Moldavia.
“Ha llegado el momento de activar la directiva de protección internacional”, ha explicado Ylva Johansson, comisaria de Interior, explicando que la Unión garantizará la acogida temporal de todos los ciudadanos que salgan del país vecino, un paso que nunca se había dado.
El giro alemán
No hay mejor ejemplo del cambio de actitud de Bruselas que el sorprendente volantazo alemán de este domingo. Berlín, que durante la etapa previa a la invasión ha estado negándose al envío de material letal a Kiev, ha corregido en las últimas horas esa política —fundamentada en el profundo pacifismo alemán— enviando armas a Ucrania, incluyendo 1.000 misiles antitanque y 500 misiles tierra-aire Stinger. No solo eso. El país ha asistido atónico a un auténtico cambio de paradigma geopolítico durante una sesión en el Bundestag que podría cambiar medio siglo de inercia en la diplomacia germana.
El canciller alemán, Olaf Scholz —a quien en los primeros compases de la crisis criticaron por su perfil bajo—, ha anunciado un presupuesto de 100.000 millones de euros para la modernización del Ejército y se ha comprometido al objetivo de la OTAN de destinar el 2% del PIB al gasto en defensa, e incluso superarlo, desde el 1,4% aprobado en el último ejercicio.
Es un cambio político para Alemania, pero también filosófico para el SPD, los socialdemócratas ahora en el poder, sobre cómo ven a Moscú. Berlín ha sido identificado normalmente como un gigante con pies de barro, sin una visión geopolítica ni estratégica más allá de sus intereses económicos. Analistas y expertos señalan que el discurso de Scholz marca un giro fundamental en esa postura, como certifican los aplausos de los Verdes, sus socios de gobierno y verdaderos 'halcones' en política exterior.
Otro de los países que han roto la tradición de no enviar material letal a un país tercero en guerra ha sido Suecia, que este domingo ha anunciado que rompía esa práctica para enviar armamento a Ucrania. Dinamarca también ha anunciado este domingo el envío de más armamento contra tanques, que están demostrando ser muy útiles durante los primeros compases del conflicto.
Desde hace un lustro, se discute recurrentemente en Bruselas sobre un posible “despertar geopolítico de la Unión Europea” que, crisis tras crisis, nunca llegaba a materializarse. Pero estos días, la resistencia de los ucranianos ante la invasión rusa está impulsando a las capitales y la Unión a superar, poco a poco, todas sus líneas rojas en apoyo a Kiev. “Es un mundo diferente en el continente europeo”, resumió el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
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