Dani Rovira es Superlópez: "Mucho más actual y cañero que 'El Capitán Trueno"

"Medianía" es el sambenito con el que Superlópez ha tenido que cargar desde que nació, de mano del historietista Jan, allá por 1973. "¡Medianía!" le ha gritado Luisa, su amor reñido, cada vez que ha tenido oportunidad. Medianía, del latín 'medius', que viene a ser ni fu ni fa, 'ni chicha ni limoná'. Un oficinista aparentemente gris —grisura elevada al cuadrado— ni alto ni bajo ni gordo ni flaco y con el nombre más anodino posible, Juan López —sin ofender, Jan—. Un trasunto cañí de Superman, que, además de enfrentarse diariamente al villano de turno —en este caso a la maligna chitoniana Ágata, interpretada por Maribel Verdú—, tiene que pelearse con un trabajo insulso, un jefe explotador, un traje que le queda grande y unos conciudadanos que, además, no dejas de criticarle. Entre ellos, su novia Luisa: "Superlópez no es más que un pelagatos con músculos y sin cerebro! ¡Presumir es todo lo que sabe hacer, porque cuando llega la hora de demostrar lo que vale, siempre la pifia! ¡Menudo inútil está hecho!".

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Eulàlia Iglesias. Sitges

En casa, tampoco son muy optimistas. "Clavo que sobresale pide martillo" porque "en España, para ser feliz hay que ser mediocre", aconseja el padre de Superlópez (Pedro Casablanc) a su hijo preadolescente cuando sus compañeros de clase lo empiezan a dejar de lado después de que, como un brote de acné hormonal, los superpoderes se le empiecen a descontrolar. Lo hace en la primera adaptación al cine del cómic —¿cómo no se había hecho antes?—, escrita por los 'midas' del guión Diego San José y Borja Cobeaga, dirigida por Javier Ruiz Caldera —con experiencia en estas lides tras 'Anacleto: agente secreto' (2015)— y protagonizada por Dani Rovira, Alexandra Jiménez y Julián López en los papeles de Superlópez, Luisa y Jaime, respectivamente. El héroe nacido en el planeta Chitón pero nacionalizado español, el bigote menos denso de las viñetas patrias, el líder del Supergrupo de panolis más castizo del universo llega a los cines este viernes 23 de noviembre en uno de los estrenos españoles más ambiciosos del año.

Aguda, crítica y con dardos de humor regional —¡que vivan las mantas zamoranas!— marca del tándem de guionistas más exitoso del momento, aquellos que han conseguido romper la barrera del anonimato del gremio, 'Superlópez' pasa de la comedia costumbrista a la romántica, a la ciencia ficción, al cine de acción y explosiones sin despeinarse el bozo. 'Superlópez' no es la adaptación de ninguno de los números de la serie en concreto, pero el lector fanático y nostálgico podrá encontrar, aquí y allá, algunas de las escenas más icónicas de las tiras del héroe del mostacho. Porque si Clark Kent es respresentativo del 'American way of life', Juan López es pura esencia del 'Spain is different!'. Porque en realidad, la España frente al espejo probablemente tenga más de Superlópez que de Capitán Trueno.

"El Capitán Trueno es de otra generación. Es de otra época anterior, así que yo me siento mucho más identificado por edad con Superlópez, que tiene la misma edad que yo, los cuarenta y algo. El Capitán Trueno tenía unos valores un poquito más antiguos. 'Superlópez' es mucho más cañero, mucho más actual y más crítico con la sociedad", reconoce Ruiz Caldera. "Nos sentimos más identificados tanto por manera de pensar como por físico con Superlópez más que con el Capitán Trueno". "Nosotros vamos más por lo cercano, porque Superlópez podría ser tu vecino y no te darías cuenta", apoya Dani Rovira, que desde que en 2014 participó en 'Ocho apellidos vascos' ha ido encadenando proyectos sin tiempo para el año sabático.

Éste es el tercer largometraje en el que Rovira se une a Cobeaga y San José después de los 'Apellidos'. Julián López también es colaborador habitual de los guionistas vascos; con ellos ha rodado 'Pagafantas' (2009), 'No controles' (2010) y 'Fe de etarras' (2017). "Son un par de gilipollas", bromea López, Julián, no Juan, no vayamos a perdernos entre tanto López. "Unos gilipollas y unos genios; tienen un sentido del humor muy particular que funciona muy bien. Además, para un actor es maravilloso poder trabajar con este tipo de personajes, que tienen una construcción y unos toques que son un regalo para nosotros", agradece Jiménez, una Luisa no tan insoportablemente borde como la de las viñetas de Jan. "No queríamos caricaturizarla; al fin y al cabo esto es una película, lo que te da más tiempo para trabajar los matices".

Hay matices, pero también un ojo clínico para radiografiar los tópicos no por poco obvios menos certeros. Contaba Julián Juderías en 'La leyenda negra de España' (1914), que el "espíritu de los españoles" pasa por "el desprecio de lo propio y a la admiración irreflexiva de lo ajeno". Por eso cuando en la película Luisa confronta la idea de que aparezca "un tío con superpoderes y toda la vaina aquí en España" no da crédito. "¡Un superhéroe tienes que ser americano! ¿Qué va a ser? ¿Nacido en Arguijuela de Todos los Santos, provincia de Cáceres?".

Ya cuando ibas a clase, el que destacaba por arriba o por abajo era carne de 'bullying', cuando no debería ser así

En la película, el niño Juan López regatea a todos sus contrarios en un campo de fútbol, ante el disgusto de rivales, sí, pero también de padres y compañeros de equipo. Pero es que igual que no puede desprenderse de su bigote, López no puede evitar tener superpoderes, aunque ello le convierta en el blanco de las iras de quienes le rodean. "En la película se dice un poco esto. Si tienes superpoderes no destaques, porque te pueden machacar, porque genera envidias. Y eso es algo en lo que se educa desde pequeño", admite el director. "Ya cuando ibas a clase, el que destacaba por arriba o por abajo era carne de 'bullying', cuando no debería ser así. De eso es loq ue habla la película, y al final hay que asumir las consecuencias. Hay que ser como uno es, y si Superlópez tiene poderes, tiene que utilizarlos. La diferencia entre el final de Superlópez y el de cualquier otra película de superhéroes americana es que mientras Superlópez vuela triunfalmente, en la radio se escucha a la gente opinando sobre él y le están destrozando".

"En España muchas veces tendemos a igualar por lo bajo. Si hay alguien que es muy listo vamos a darle un golpe en la cabeza para que se quede tan retrasado como yo, y es una pena. Por eso la peli es un canto a que, aunque seas diferente, vive tus sueños, como Billy Elliot. ¿Al final qué es lo más importante, lo que la gente opine de ti o que vivas frustrado toda tu vida?", apuntala Rovira.

Rovira: " Te mentiría si te dijese que no existe un porcentaje de autocensura mucho mayor en mí hoy que hace diez años"

Rovira no es precisamente ajeno a las críticas. Ya sea por su trabajo como presentador de la gala de los Goya o por un monólogo sobre el lado más risible de Ibiza, el actor malagueño ha sufrido más de una ola de odio tuitero en los últimos años. "Son malos tiempos para la comedia, la verdad", lamenta. "Como actor te ves protegido dentro de una película, que es como una burbuja en la que a priori todo vale —y siempre ha sido así y espero que siempre siga siéndolo—, pero luego está mi faceta de cómico, de la persona que ve la vida a través de la pátina de la comedia y sí, te mentiría si te dijese que no existe un porcentaje de autocensura mucho mayor en mí hoy que hace diez años. Primero porque la visibilidad que tengo yo ahora no es la misma que hace diez años —lo que hablábamos antes del 'mainstream'— y porque estamos empezando a ver cómo de repente la comedia se está convirtiendo en un colectivo desfavorecido. En según qué momentos, en televisión o en prensa me cuido mucho de decir según qué cosas porque se tergiversen o se saquen de contexto y que luego la turba, que está aburrida y necesita un objetivo, te enfila y descarga contra ti".

"Yo al final tengo el teatro, donde la gente paga su entrada porque quiere irte a ver. Al final eso sí lo considero como mi casa y me siento con muchísima más libertad de decir todo lo que quiero decir, siempre en clave de comedia", admite Rovira. Ruiz Caldera, por su parte, intenta que esas hipotéticas críticas no le obliguen a autocensurarse: "Con Cobeaga y San José intentamos no hacer mucho caso al qué dirán, ni cuando ellos escriben ni cuando yo dirijo. Porque si no sería muy castrante y no nos dedicaríamos a esto. Últimamente lo triste es que, depende de qué tipo de comedia hagas, la gente se te echa encima. Nosotros no lo tenemos en cuenta, pero es una realidad".

Según 'El blog del cine español', 'Superlópez' cuenta con un presupuesto de 7,3 millones de euros, clase media-alta en términos de cine español. Sus dos guionistas son los responsables de la película española más taquillera de la historia ('Ocho apellidos vascos'), su director ha firmado comedias tan exitosas como 'Tres bodas de más' o 'Promoción fantasma' y cuenta con un reparto de caras muy conocidas y muy atractivas para el prúblico. ¿Expectativas? Todas. Pero López —de nuevo Julián, pero seguro que Juan también— se cura en salud. "Este año ha habido muchos grandes estrenos en el cine español, pero cuando te metes en un proyecto así no sirve de nada pensar en la taquilla que va a hacer. Es genial que vayamos apoyados por tanta promoción pero lo que hay que pensar sobre todo es que el público disfrute, que seguro que lo hará".