IRA revoluciona el rap español: "A los machos de izquierdas les molesta el feminismo"

A 24 horas del primer gran concierto de presentación de su segundo disco, 'Rap Save The Queen', Elvira, nombre de batalla Elvirus, enseña al resto de las IRA —Sara/Raissa, Carmen/Medea, Sara/Sátira— sus estilismos para subirse al escenario. Una camiseta amplia, gris y larga, que enseña sujetándola con unas pintadas de rosa y purpurina. La cita es en la sala Mon Live, la antigua Penélope, donde al día siguiente conseguirán agotar las entradas en un concierto al que también han venido a arroparlas las barcelonesas Tribade. Con su primer disco, 'Arte y Terrorismo' (2016), las IRA consiguieron abrirse camino en la escena rap con versos lenguaraces y combativos. "Por querer quitarte/ la venda de los ojos/ maldecirán tus párpados/ por alterar el orden/ esconderán tu cuerpo/ custodiado por cerrojos/ de esos cerrojos que sólo el odio rompe./ Hemos venido a darle/ medicina a las malditas/ fuego y gasolina/ para aquel que se entrometa/ metralleta para aquel que te someta./ Jugar con las mujeres es jugar con dinamita", cantan en 'Mantenlo patriarcal', un tema con más de millón y medio de visualizaciones en YouTube. Con 'Rap Save The Queen' han venido a quedarse.

"Yo de momento estoy tranquila, pero a ver cuando llegue allí, cuando ya tenga que salir a cantar, ahí me dan todos los currucus", bromea Sátira. Es la primera vez que el grupo organiza un concierto tan masivo. "En Mallorca actuamos en un festival que se hizo por la libertad de expresión, en el Palma Arena de allí. No sé si eran 8.000 personas, pero era un 'showcase' más cortito. Como bolo nuestro, éste es el más impactante", confirma Raissa. Antes de llegar hasta aquí, conciertos y conciertos en asociaciones de mujeres maltratadas, fiestas de barrio, y festivales feministas y de colectivos de izquierdas. "Ira sale de la militancia feminista, en verdad, porque todas éramos amigas y compañeras de militancia y llevábamos el feminismo a la calle en acciones directas", explica Elvirus. "Al final nosotras cuatro nos pusimos a explorar nuestra vena artística. Creo que lo supimos combinar genial y nos parecía una forma súperbonita de expresarnos para empoderar a las chavalas y para crear conciencia. El feminismo es nuestra cuna".

IRA bebe de muchas y muy diferentes fuentes dentro y fuera del rap. "Yo la primera rapera que escuché fue Arianna Puello, que para mí fue un descubrimiento; resultaba que había pibas haciendo rap que mola, como también La Mala", confiesa Medea. "La industria musical normalmente no te brinda referentes femeninos", retoma Elvirus. "Nosotras, de pequeñas, sin tener conciencia feminista y sin sabernos feministas, siempre hemos escuchado a raperas feministas que nos han abierto el camino". Pero también hay cabida para las grandes divas del pop, e incluso alguna folclórica. "Rihanna mismo es un referente, porque cualquier mujer que crea su espacio y se abre un hueco en la industria musical —que como todas las industrias está muy masculinizada— ya es un referente en lo que es la parte artística", añade Raissa.

"En la parte de protesta feminista luego ya fuimos descubriendo a Rebeca Lane, Sarah Hebe, La Furia, La Gata [Cattana, que murió el año pasado], gente que lleva mucho tiempo haciendo rap. Es que hasta Ella Baila Sola es un referente. Incluso Mónica Naranjo tiene letras que las escuchas y dan unos mensajes que flipas, pero como entonces el feminismo no era un tema presente en los medios de comunicación ni te lo pensabas, pero escuchas las letras y están hablando de empoderarse. Hay mucho mensaje que pasa desapercibido y cuando te pones 'las gafas moradas' te das cuenta que hay mucha más 'jujumilla' de lo que te habías pensado. O Rocío Jurado, que tiene unas letras...".

"Con la flusa a cero/ a veces desmoralizada/ bailan las palabras/ al son de la lucha armada/ por mi clase obrera/ y el honor de las hermanas", riman en 'Jurao'. Su conciencia feminista es tan poderosa como su conciencia de clase. Son chicas procedentes de Vallecas, San Blas y Coslada, que hasta ahora se ganaban la vida como enfermera, trabajadora social y monitora de gimnasio, que reivindican y exhiben como bandera la actitud de barrio. "Ahora mismo estamos en paro. Vivir sólo del grupo de momento era imposible. Pero nos hemos tirado a la piscina porque era imposible conciliar. Era ponerle un límite muy tocho al grupo cuando la demanda que hay nos pide invertir más tiempo. Sabemos que no va a ser para toda la vida, o al menos que está difícil, pero queremos aprovechar la oportunidad e intentar arrancar, a ver cómo sale. Esto es un salto a la piscina sin saber cuánta agua hay. Hay montón de conciertos que no hacíamos porque trabajábamos. La gente nos lo pide y lo queremos intentar", reconocen. Hay vértigo, pero también hay un motor muy potente. Mucha gasolina, como dicen.

Lo único que fracciona es el machismo, que genera una brecha dentro de la clase obrera

Les duele esa nueva corriente 'de izquierda' que ignora o critica las luchas identitarias como si fueran opuestas a la lucha de clases. "Es el típico argumento de macho de izquierdas, que le molesta que haya reivindicaciones feministas", señala Sátira. "Lo único que fracciona es el machismo, que genera una brecha dentro de la clase obrera. Una izquierda que está expulsando de la lucha a las mujeres, a las personas trans, a las personas LGTB, de gente que no se ajusta a lo que el patriarcado exige". "Yo creo que cuando los cis-machos dicen esto lo único que veo es que se están cuestionando también sus privilegios y temen perderlos. Se agarran a lo que pueden. Igual que en la lucha antirracista, en la que el hombre blanco se ve indignado". "En la izquierda la única lucha por los derechos que tacha de sacrilegio es la del feminismo, porque, en todas las demás, incluso en la antirracista —que luego aquí somos los más racistas—, siempre se tiran el pisto. El feminismo es la única lucha en la que dicen: 'No es momento para esto", apuntala Elvirus. "Pero aquí hay que tomar partido hasta mancharse, como decía Gabriel Celaya".

Las Ira también acaban de participar en el documental 'Quinqui Stars', estrenado en la pasada Seminci, donde denunciaban la normalización de muchos comportamientos machistas dentro de la escena del rap. "En el mundo del rap se lleva la medalla más grande el que diga la machistada más burra", lamenta Elvirus. "Además, siempre te comparan, y hagas lo que hagas siempre te dicen que estás imitando a tal rapero hombre. Siempre eres la versión femenina de uno", asegura Sátira.

Son las promotoras las que tienen que hacer espacios seguros y no contratar a violadores que cantan

Incluso a la hora de conformar los horarios de los festivales, sienten que los organizadores todavía tienen reticencias para colocar a grupos o artistas femeninos en las horas de mayor afluencia. "Siempre se nos relega al horario chungo. No se nos pone en los días más flojos en las horas más flojas, venga a vernos mucha gente o no vengan. Lo llamamos el 'horario violeta', el de la mujer, que suele ser los domingos a las doce de la mañana. Nuestra música no es para poner a las doce de la mañana, de verdad. Es rap y tiene un lenguaje que, hasta si hay niños pequeños con sus familias a esas horas… Todavía vemos como que les da miedo meternos a las raperas en los horarios fuertes. Luego actuamos a las 12 de la mañana y viene mogollón de gente a vernos y hasta nosotras nos sorprendemos, porque ¿quién iba a venir a esas horas un domingo, con sus resaquillas y sus cosas?", pregunta Raissa. "A veces también pasa que vamos a un festival y nos informan de que compartimos cartel con un grupo que tiene una denuncia o que tiene tales letras. Y nos da un poco de rabia que siempre se nos señale a nosotras, que seamos nosotras las que no tenemos que ir, como que lo estamos permitiendo. Los que tienen que desaparecer de los carteles son esos grupos". "Nosotras tenemos que visibilizarnos y que tomar nuestro espacio, pero son las promotoras las que tienen que hacer espacios seguros y no contratar a violadores que cantan", apunta, y no falla, Elvirus.

Su público es joven y mayoritariamente —pero no exclusivamente— femenino. Medea lo describe: "mucha chavalada, de 18 años o así, mucha chica, obviamente, pero también hay mucho hombre. Es perfil es un poco como nosotras, el de chavalas de barrio, que son clase obrera y que, aparte de estar explotadas porque son mujeres, están explotadas porque tienen un curro de mierda. Y te escuchan porque se sienten identificadas, porque nosotras venimos de abajo". "También hay mujeres más mayores que nos dicen que ojalá en sus tiempos hubiese habido algo así. Y se lo ponen a sus hijas. Y muchas mamás que traen a sus niñas pequeñas, en plan 'yo ya les estoy poniendo esto', y eso nos alegra un montón", admiten.

Lo que a muchos les hierve la sangre es que en un videoclip de tías feministas salgan culos

A la hora de la puesta en escena, cada una tiene su estilo. Siempre guerreras, no ponen peros a lucir piel desnuda. "Lo que a muchos les hierve la sangre es que en un videoclip de tías feministas salgan culos. Y personalmente ese hervimiento de sangre es la gasolina y el sentido de mi vida. Pasamos de objeto a sujeto. No es un tío enseñando mi culo, soy yo enseñando mi culo. Soy yo bailando con mis amigas. Y luego está el debate de hasta qué punto es sexual un culo bailando", defiende Elvirus. "Lo primero y lo principal es que tú puedas hacer contigo misma y sin hacer daño a nadie lo que quieras sin que se te juzgue por ello. Ellos no toleran esa libertad de elección. La que quiera llevar un rollo menos sexual, adelante, la que quiera llevarlo más sexualizado, adelante. Pero ese pensamiento les genera un ictus mental", apostilla Raissa. Elviris tira de sabiduría pop: "Como diría Lisa Simpson: 'Como feminista, prácticamente cualquier cosa que haga una mujer le da poder'. Y es que es así".

Las Ira fueron uno de los grupos que actuó en el concierto por la libertad de expresión que organizó la agrupación ACALLAR tras conocer la sentencia judicial contra el rapero Valtonyc. "Ya se nos ha dado la situación de querer mostrar cosas y no haberlo hecho por las consecuencias legales que nos íbamos a comer. Y no era nada del otro mundo, ¿eh? Como ha pasado con Pablo Hasél o Valtonyc, que es mostrar algo que ya se ha tratado abiertamente otras veces en los medios pero que sabemos que en el momento que lo tratemos nosotras nos íbamos a ver en un problema que no podemos asumir. Son multas que no podemos asumir o va por lo pena", reconoce Raissa. "Para el videoclip de 'Peligro' nos estuvimos informando y asesorando legalmente, y una amiga nuestra abogada nos pasó las leyes y nos dijo que el problema es que es muy ambiguo todo y que depende mucho de la repercusión social que tenga, que es algo que tú no puedes controlar", añade Sátira. "Es tan aleatorio…".

"Luego se ve que en estos casos los que están sentados en el banquillo son siempre de la misma ideología", señala Raissa, "porque luego te metes en Twitter y ves cada cuenta de nazis, de racistas y de misóginos diciendo auténticas barbaridades, pero luego los que están sentados en el banquillo son los que han hablado del Rey o los titiriteros, los que han señalando las estructuras de poder". Pero le pese a quien le pese, las Ira le seguirán metiendo el dedo en el ojo a los machirulos, a los explotadores, a los que quieren poner bozales, a los niñatos que van de bienqueda, a los que sostienen este mundo de mierda, a los que las ven muy chiquititas porque las miran desde arriba. "Esas brujas de tu barrio/ se están juntando./ ¡Peligro! ¡Peligro!".