Carlos Vermut: "Lo mejor para hacer cine es el dinero"

Está el concepto de 'niño bonito' y el de 'enfant terrible', y Carlos Vermut se encuentra en un punto intermedio entre los dos. Cuando en 2011 estrenó 'Diamond Flash', rodada con un presupuesto de apenas 20.000 euros salidos de su propia cuenta bancaria, la crítica 'cahiers' y los culturales lo encumbraron hasta el "milagro". Con 'Magical Girl' (2014) convenció primero al jurado del Festival de San Sebastián (se llevó la Concha de Oro y la Concha de Plata a Mejor director) y después al público cinéfilo, que aplaudió su mezcolanza desacomplejada de anime castizo, flamenco, humor negro y venganza. Cuatro años después vuelve a San Sebastián con 'Quién te cantará', uno de los estrenos españoles más esperados del año. Con todo lo que ello conlleva: ya se sabe que las expectativas son traicioneras.

Pero Vermut ha cumplido y ha vuelto a argumentar que es uno de los directores más interesantes y sugerentes del momento. Y a pesar de las comparaciones con Almodóvar, demuestra que tiene una personalidad y una voz propias, la gran obsesión del creador y el epicentro de la trama de su nueva película, para la que ha contado con Najwa Nimri, Eva Llorach, Carme Elías y Natalia de Molina como protagonistas. 'Quién te cantará' habla del arte, de la identidad, de la complejidad del artista para conseguir lo que su público y su entorno esperan. Habla de cantantes famosas que sufren amnesia, de fans abnegadas que lo dan todo por su ídolo y del lado más terrorífico de la fama. Habla de estrellas imitadas que imitan a sus imitadoras. Del éxito como una carga difícil de llevar, pero a la vez adictiva. Una película que vuelve a sonar fuerte para el premio gordo en San Sebastián un mes antes de su estreno en las salas de cine el 26 de octubre.

PREGUNTA. Han pasado cuatro años desde su último film. ¿Cómo de traumático o aterrador resulta enfrentarse cada vez a un rodaje de nuevo?

RESPUESTA. Después de una película que funcionó relativamente bien como ‘Magical Girl’ [tan bien que fue Concha de Oro y Concha de Plata a Mejor director], la financiación no fue un problema. Fue más problema tener que enfrentarme a hacer una peli si las críticas habían sido buenas. Pensar qué va a pasar con la siguiente. Pero eso pasa al principio, pero luego te acabas olvidando, porque el día a día de una escritura de guión me parece tan intenso que añadirle de repente la capa de las expectativas y demás…

P. ¿Dirigir cine tiene un componente de masoquismo?

R. El nivel de masoquismo, y la palabra tiene un sentido porque provoca tanto dolor como placer, tiene que ver con el guión. El hecho de ser escritor tiene algo de masoquista. En el rodaje tú sabes quién eres tú y discutes con otros. Cuando estás escribiendo tú tienes que leer tu guión al día siguiente y lo que has escrito no te gusta. Y tienes que estar juzgándote a ti mismo todo el rato desde fuera. Y eso es muy duro. Yo nunca he tenido problemas de financiación, de verdad. Solamente con la primera película, pero yo tenía el dinero ahorrado y me lo gasté. La segunda fue inversión privada y esta tercera una película convencional. Siempre he sabido que todas mis películas si iban a hacer.

Nunca he tenido problemas de financiación [...]. Siempre he sabido que todas mis películas si iban a hacer

P. Como comenta, en su primera película no encontró financiación más allá de su propio bolsillo. Ahora tiene detrás productoras tan potentes como Apaches y cuenta además con inversión pública. ¿Qué provoca más presión, tener pocos inversores o tener muchos a los que contentar?

R. Lo mejor es la pasta. Lo mejor para hacer cine es el dinero. Yo no he tenido ningún problema porque me haya sobrado el dinero. He tenido problemas porque me ha faltado el dinero. Yo no siento que haya hecho películas peores cuando he tenido más pasta. Hay directores a los que les pasa, que hacer una película ‘underground’ maravillosa y cuando tienen dinero no… A mí que me den todo el dinero que quieran. El dinero te lleva a trabajar con otras personas, y no hay nada más bonito que eso. Cuanto más dinero, más gente.

P. En 'Diamond Flash' se encargó personalmente del guión, la dirección, el arte, la producción, la fotografía y los efectos visuales. En 'Magical Girl' de la dirección, el guión y el arte. Ahora con 'Quién te cantará' de la dirección de arte. Cuanto más grande es el proyecto, más debe delegar el director la visión autoral. ¿Cómo lo lleva?

R. Me gusta mucho trabajar con gente con talento. Sobre todo porque puedes verbalizar las cosas. Hay también algo que tiene que ver con la intuición, con una pulsión que no se puede explicar y que muchas veces es muy jodido para poder trabajar en equipo. Pero al final siempre necesitas transmitir tus ideas. Una cosa que decía Tarantino que es que lo mejor que puede hacer un director o una directora de cine es aprender a comunicarse.

P. Ahora Eva Llorach consigue el papel protagonista, después de haberlo acompañado en todos sus largometrajes. ¿Qué tiene Llorach para que siempre repita con ella?

R. Ella es de verdad. En esta película que haber mucha verdad, y Eva es verdad por los cuatro costados, así que tenía que ser ella.

P. En una escena vemos a Nawja Nimri retratada como si fuera Nosferatu tumbada en la cama. en otro momento, la forma de iluminar sus ojos recuerda al cine de vampiros y monstruos. La película esconde muchos guiños al cine de terror clásico, ¿no?

R. Sí. La verdad es que al principio estaba escribiendo una película de terror para Apaches, para Enrique [López-Lavigne]. Era una peli de fantasmas. Eso se acabó convirtiendo en esto, en una película sobre una mujer que tenía una identidad y que poco a poco iba convirtiéndose en otra porque era poseída por el espíritu de esa otra mujer. Y esa idea se acabó convirtiendo en ‘Quién te cantará’. Por eso hay algo del cine de terror clásico, del gótico.

P. Presenta al creador como un vampiro que se nutre de quienes lo rodean. ¿A quién vampiriza Carlos Vermut?

R. Yo vampirizo a muchísima gente que admiro: directoras, directores, ilustradores… A veces me parece injusto decir nombres concretos porque hay tanta gente que te gusta y que vampirizas sin darte cuenta… Me han hablado de ‘Blade Runner’, que no es una película que me flipe o que tenga de referencia, pero sin embargo creo que hay mucho de ‘Blade Runner’ en la película, por el tema de la imitación de los robots, de pretender ser algo que no eres, de la propia identidad, de dónde existe la conciencia, de dónde existe lo genuino… Me gusta pensar que a veces somos vampiros involuntarios.

Creo que hay mucho de ‘Blade Runner’ en la película

P. Esta película, y su cine en general, recurre mucho a la narrativa de lo simbólico...

R. Soy bastante juguetón en el sentido de que me gusta explotar este tipo de cosas. En principio se iban a llamar Lily y Eva, que es una referencia bíblica, pero luego pensé que estaba muy visto. Así que luego la llamé Lila y de Lila pasé a Violeta, que además coincide con que Eva se llamaba también Violeta en ‘Diamond Flash’. O el tema de los zapatos, de colocarlos de una forma determinada parece que hubiera alguien invisible con los zapatos puestos, en posición de espera. Hay cosas que no puedes explicar, al final en la imagen la sensación es lo más poderoso.

P. En 'Quien te cantará', la imitadora condensa la esencia de la estrella imitada en una peluca, una voz, unos zapatos de tacón, un baile. ¿Cuál cree es la esencia en este caso de su cine?

R. Ponerme a describir lo que yo considero que es me parece una respuesta que no me gustaría escuchársela a otro director. Para no decir que no voy a contestar la pregunta, que, por supuesto, la voy a contestar, creo que hay una cosa que me define a mí como persona, porque ya soy cine, porque no concibo la vida de otra manera, es la relación con el misterio. Te diría hasta que el motivo para seguir vivos son los misterios que nos quedan, no por descubrir, sino los que nos quedan por vivir.