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Un historiador atribuye el Cristo del altar de Montserrat a Miguel Angel
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Un historiador atribuye el Cristo del altar de Montserrat a Miguel Angel

El historiador Anscari Mundó atribuye a Miguel Angel Buonarroti la autoría del Cristo que desde 1958 preside el altar mayor de la basílica de la abadía

El historiador Anscari Mundó atribuye a Miguel Angel Buonarroti la autoría del Cristo que desde 1958 preside el altar mayor de la basílica de la abadía de Montserrat, que, en su opinión, sería una obra de juventud del artista florentino realizada poco antes de esculpir La Piedad. Mundó (Barcelona, 1923), monje de Montserrat entre 1939 y 1967 y catedrático de Paleografía, Diplomática y Codicología de la Universidad Autónoma de Barcelona, sostiene “con todas las precauciones” que el Cristo de marfil de Montserrat se trataría de una obra de juventud de Miguel Angel, realizada entre 1497 y 1498.

El historiador barcelonés cree que “el escultor italiano habría recurrido al mismo joven como modelo de Jesús expirando en la cruz y de Jesús yacente en el seno de la Virgen”. Argumenta que “la técnica de elaboración, detalladísima, del Cristo de Montserrat sólo es concebible en las manos del más grande artista polifacético del Renacimiento”.

Mundó afirmó que el Cristo de Montserrat sigue el “estilo Miguel Angel” en “la musculatura, los pies, las uñas, el pelo y el peinado”, detalles que, en su opinión, “son exactamente iguales que los de 'La Piedad'“. Y las similitudes entre La Piedad y el Cristo no se quedan en esos detalles, pues considera que “el paño que tapa la escultura del Cristo de Montserrat es “igual” que el de la Piedad, lo que para Mundó significa “una firma de autor”.

En uno de sus viajes a Florencia, el propio Mundó vio un Cristo de madera en el Museo Horne que “podría ser el boceto del que sacó luego en marfil y que ahora está en el altar mayor de Montserrat”. Precisamente, ese Cristo de madera fue atribuido en 2004 a Miguel Angel por el historiador Giancarlo Gentilini. En su estudio, presentado para el mundo académico en el Instituto de Estudios Catalanes, Mundó recordó que el crucifijo fue adquirido en 1920 por un enviado del abad de Montserrat Antoni Marcet durante uno de sus viajes monásticos y artísticos a Roma.

El especialista descarta totalmente la atribución que desde poco después de la llegada de la escultura a Montserrat hizo el profesor Celestí Gusi, quien consideraba al artista florentino Lorenzo Ghiberti el autor del Cristo. Las sospechas de Mundó ya comenzaron hace cuarenta años, pero ha preferido no hacerlas públicas hasta haber concluido el preciso estudio comparativo, centrado sobre todo en La Piedad, y haberlo publicado en una edición bilingüe catalán-italiano (Publicaciones de la Abadía de Montserrat) para que pueda ser evaluado por los eruditos italianos.

Mundó aventura el posible destinatario de este Cristo de marfil, “un personaje romano, eclesiástico de categoría superior o un protector pudiente, para satisfacer su devoción privada en un oratorio doméstico”. El autor se atreve a precisar que se podría tratar del cardenal Raffaele Riario, que le encargó también el Bacus, comprado después por el banquero Jacopo Gallo, quien por su parte le pidió un Cupido-Apolo, ambos amigos y protectores, que le acogieron durante un año; o el cardenal Jean de Bilheres-Lagraulas, gobernador de Roma, que le encargó la Piedad actualmente en el Vaticano.

A su juicio, el artista protegió con una ligera tela el pudor de Jesús, “quizá porque creyó necesario cubrirlo por deseo de quien le hizo el encargo”, pues “mostrarlo íntegramente desnudo no habría sido un problema para Miguel Angel, quien esculpió otros crucifijos y el Jesús de La Piedad desnudos”.

El historiador Anscari Mundó atribuye a Miguel Angel Buonarroti la autoría del Cristo que desde 1958 preside el altar mayor de la basílica de la abadía de Montserrat, que, en su opinión, sería una obra de juventud del artista florentino realizada poco antes de esculpir La Piedad. Mundó (Barcelona, 1923), monje de Montserrat entre 1939 y 1967 y catedrático de Paleografía, Diplomática y Codicología de la Universidad Autónoma de Barcelona, sostiene “con todas las precauciones” que el Cristo de marfil de Montserrat se trataría de una obra de juventud de Miguel Angel, realizada entre 1497 y 1498.