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"La situación de RTVE es un disparate, pasa algo oscuro"
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Entrevista a José Manuel Pérez Tornero

"La situación de RTVE es un disparate, pasa algo oscuro"

El expresidente de RTVE desvela en su primera entrevista desde su renuncia que la Corporación estaba en "quiebra", que su actual situación es "un disparate" y que el contrato de 'La resistencia' será de "difícil adaptación" en TVE

Foto: José Manuel Pérez Tornero, expresidente de RTVE, en 2022. (EFE/Mariscal)
José Manuel Pérez Tornero, expresidente de RTVE, en 2022. (EFE/Mariscal)
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José Manuel Pérez Tornero, catedrático y periodista, con amplia experiencia en medios audiovisuales tanto en España como en el ámbito internacional, se ha decidido a hablar sobre la situación de RTVE transcurrido año y medio de su renuncia a la presidencia de RTVE para la que fue nombrado por mayoría cualificada del Congreso (2/3) después de superar un concurso público. La actual situación de la Corporación inquieta a este profesional que inauguró por escaso tiempo una nueva fórmula en la elección del responsable último de la radio y la televisión públicas en España.

PREGUNTA. Usted fue elegido por el Congreso de los Diputados con una mayoría de 2/3 en marzo de 2021, previo concurso público en el que obtuvo una alta calificación. Sin embargo, en septiembre de 2022 presentó su renuncia y explicó en una carta pública la imposibilidad de seguir al frente de Radio Televisión Española. ¿Por qué dimitió?

RESPUESTA. Dimití porque no encontré apoyo para llevar adelante el proyecto que las Cortes evaluaron positivamente. Hacerlo necesitaba un acuerdo amplio, dentro y fuera del Consejo. Un acuerdo transversal, y por encima de partidismos o corporativismos. Pero, lamentablemente, ese acuerdo no se dio. Así que tuve que presentar mi renuncia a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet. Lo entendió.

P. ¿Recibió presiones del Gobierno para renunciar a su cargo?

R. ¿Presiones del Gobierno? Verá, hay que tener los pies en el suelo y la vista puesta en los ideales. Casi nadie, con un mínimo conocimiento de la historia de las radiotelevisiones públicas, podía esperar que no hubiera presiones de todo tipo durante un mandato. Y no hablo solo de presiones gubernamentales, sino de presiones diversas y contradictorias, de los lobbies, de los partidos, de las productoras. Había que esperarlas. Yo las esperaba. Pero había que buscar por principio, sortear esas presiones, equilibrándolas y sorteándolas. Sin perder de vista nunca el objetivo. Por eso siempre hablé de que se podían aceptar sugerencias, pero que no se debía -por ley- admitir injerencias.

"Al asumir la presidencia, me encontré RTVE con pérdidas continuas en los últimos años. Estábamos ante una quiebra inminente"

P. Entonces, no soportó esas presiones y renunció.

R. Cuando vi que la situación era inviable. Lo cierto es que no encontré, en determinados ámbitos políticos, una cultura favorable al consenso, a la cooperación y al acuerdo. Y sin esa cultura, no puede desarrollarse un proyecto razonable de radiotelevisión pública. Y menos un proyecto independiente. Creo que, si renunciamos a la idea de independencia, o si admitimos que aspirar a la independencia es una ingenuidad -como he visto que se ha dicho-, nos instalamos en el cinismo o en el fatalismo.

P. ¿Qué proyecto presentó ante el Congreso para que la Cámara se decantara por su candidatura y por qué, según su carta de renuncia en septiembre de 2022, “no se daban las circunstancias para seguir avanzando” en él?

R. Era un proyecto basado en experiencias internacionales y en muchos estudios científicos y técnicos. Que planteaba objetivos asumibles, que respondían al sentido común y era una síntesis razonable de lo que muchas televisiones europeas o están haciendo o se han planteado hacer.

P. Resúmalo por favor.

R. Sí, lo hago en tres puntos. El primero, una gobernanza cooperativa, basada en un consenso transversal, que permitiera el pluralismo, que alejara el fantasma de la gubernamentalización de RTVE. No podemos olvidar que veníamos de un periodo regido por una administradora única nombrada por el gobierno. El segundo, un impulso cultural, educativo y creativo, para hacer de la radiotelevisión un vehículo de conocimiento, de ampliación de horizontes y de progreso. Porque empezábamos a identificar los objetivos de la pública con los de la privada. Y una televisión pública no puede pretender buscar audiencia a costa de todo. En tercer lugar, una modernización de la gestión empresarial y tecnológica. Esto significaba integrar los recursos, producir en régimen digital multimedia, y pensando en una difusión en 360 grados, olvidarnos de la tradicional división en medios (radio, televisión, internet) y descentralizar. Y, todo ello, con la idea de que el servicio público debía ser el catalizador de nuestra industria cultural y de nuestra presencia internacional.

"Quería un pluralismo que alejara el fantasma de la gubernamentalización de RTVE"

P. Usted se encontró con una situación financiera complicada en RTVE ¿hasta qué punto lo era?

R. Encontramos una situación económica muy complicada, sí. Justo al asumir la Presidencia, me encuentro con pérdidas continuas en los últimos años, el patrimonio neto de la empresa se había reducido considerablemente. Dicho gráficamente, nos encontrábamos ante una quiebra inminente. Entonces, de acuerdo con la SEPI, tuvimos que proceder, por un lado, a reducir el capital social y, por otro, a aplicar un plan de choque estricto para reducir gastos. Fue bien y en ese mismo año 2021, cerramos el ejercicio con un beneficio de más de 17 millones de euros. Algo inusual en muchísimo tiempo. Pero era necesario, aunque pasara desapercibido.

P. ¿No se planteó volver a financiar en parte RTVE con captación de publicidad?

R. No. Primero porque pensaba que la finalidad de RTVE se puede cumplir con una financiación estatal adecuada. Y, segundo, porque con la introducción de la publicidad en RTVE se produciría un terremoto sin precedentes en el sector audiovisual privado, que vivía una crisis de publicidad muy seria, como consecuencia de que Internet y Google estaban acaparando un gran porcentaje de la publicidad, que anteriormente acudía a televisión. También, porque estaba seguro de que una mejor gestión de los recursos, con un buen mandato marco y un buen contrato programa permitiría el crecimiento de RTVE. Y así fue, hicimos lo que pudimos en mejorar la gestión y reducir gastos innecesarios y compras onerosas. Pero tuvimos que vivir sin mandato marco y contrato programa que, a estas alturas, sigue siendo una asignatura pendiente de las Cortes Generales.

P. Usted nombró a José Pablo López como director de contenidos de TVE en mayo de 2022, pero sus discrepancias con sus criterios fueron evidentes. ¿Le fue impuesto el nombramiento?

R. Como es público y notorio, José Pablo López no fue mi primera opción. Hay que dejar claro que un presidente de RTVE no nombra libremente a su personal de confianza, sino que tiene que proponerlo al Consejo y este es quien lo aprueba. Pues bien, me llevó meses tratar de lograr una mayoría suficiente en el Consejo para nombrar director de contenidos, que al final fue López. Pero antes, se lo aseguro, propuse a los diferentes miembros del consejo muchos otros perfiles.

"Con la introducción de la publicidad en RTVE se produciría un terremoto sin precedentes en el sector audiovisual privado"

P. ¿Cuáles fueron sus diferencias con él?

R. Con todo mi respeto personal hacia José Pablo, mis diferencias eran y siguen siendo considerables. Primero, yo entendía que la compra de programas y la selección de productoras tenía que hacerse de modo colegiado, en equipo, con un serio análisis de las distintas propuestas que recibíamos, y con estudio riguroso de las posibilidades de producción de la propia RTVE. Segundo, yo había creado un protocolo en el que, si las propuestas de compra venían avaladas por contenidos, la negociación y cierre de los contratos correspondía a los servicios jurídicos de la empresa. Bien, en estos dos aspectos que a mí me parecían básicos para una adecuada toma de decisiones, él no estuvo de acuerdo, nunca.

P. José Pablo López introdujo en TVE perfiles de las televisiones privadas. ¿Estuvo de acuerdo?

R. Eso fue tal vez lo más decisivo. Desde el punto de vista de la presidencia y de los demás directivos, RTVE no puede 'telecinquear'. Una televisión pública no está pensada para eso. Su misión es muy diferente. Dicho sea, con todo mi respeto al modelo de televisión que pueden elegir las privadas.

P. Usted fue tachado de “fascista” por Pablo Iglesias por suprimir en julio de 2021 el programa de Jesús Cintora, que era informativo y de tertulia política ¿por qué tomó esa decisión?

R. Fue el Consejo de Administración, por amplia mayoría y sin que se lo pidiera yo, quien acordó, con mi apoyo, no prolongar ese magazine. Aquello fue presentado como un acto de censura. Puede discutirse si fue una decisión acertada o errónea. Pero no fue censura.

Cualquier programa informativo de RTVE tiene que responder escrupulosamente a los principios editoriales de RTVE y a su libro de estilo. Pero había más. El pluralismo no consiste en otorgar diferentes programas a diferentes fuerzas políticas, como algunas de ellas llegaron a pretender. Cuando yo colaboraba hace mucho tiempo con Umberto Eco para el departamento de estudios de RAI me quedó claro que uno de los aspectos que arruinó la reforma de la RAI fue, precisamente, lo que se llamó la 'lottizzazione' (parcelación), es decir, la distribución de parcelas de programación (o de las cadenas) en lotes que se otorgaban a diferentes fuerzas políticas. Esto hubiera significado dar un paso atrás en la lucha por la independencia profesional de RTVE.

"José Pablo López no fue mi primera opción para desempeñar el cargo de director de contenidos de TVE. Discrepé de sus criterios"

P. No me ha contestado sobre la descalificación de Iglesias.

R. Lo hago. Que quien fuera vicepresidente del Gobierno de mi país me calificara como “periodista fascista” con un estilo hiperbólico bien notorio… Pues bien, forma parte de la libertad de expresión, y defiendo su derecho a calificarme como considere oportuno. Pero creo, respetuosamente, que no se corresponde con los hechos y que es un calificativo atribuido arbitrariamente y poco elegante. Y, por otro lado, ya sabe eso de que no ofende quien quiere…

P. Desde ese momento ¿percibió que se desató una campaña contra usted?

R. ¿Campaña contra mí? Creo que sí. Existió.

P. ¿Fue apoyado u hostigado por los actuales miembros del Consejo de Administración?

R. Algunos me apoyaron, con o sin discrepancias. Otros, se opusieron casi sistemáticamente a mis propuestas. Su argumento literal es que yo no tenía proyecto de gestión, pero luego se ha visto quién tenía y quién no. Lo lamento.

Foto: La expresidenta interina del Consejo de Administración de la Corporación RTVE Elena Sánchez Caballero. (EFE/Archivo/Borja Sánchez-Trillo) Opinión
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P. ¿Qué explicación tiene, su juicio, la destitución el pasado 5 de marzo de Elena Sánchez de la presidencia interina de RTVE?

R. Pues mire, razones habrán tenido una mayoría de consejeros para destituirla, y deben ser muy graves porque fueron ellos los que la eligieron. Pero hacerlo sorpresivamente, sin que, al parecer, estuviese incluido en el orden del día, después de un receso y un presunto periodo de consultas y llamadas externas es, desde luego, una mala práctica, y no un buen ejemplo institucional. Introduce una inestabilidad sistémica que en una empresa cotizada en bolsa arruinaría sus acciones. Del mismo modo y tan perturbador es que una presidenta, con premeditación y sin aviso previo, introduzca por sorpresa la destitución en el orden del día de un directivo. Creo que esas cosas se han de anunciar, y los consejeros han de tener tiempo para reflexionar sobre ellas. Y más desestabilizador es que una condición para votar a la actual presidenta, por parte de un consejero, haya sido forzar la dimisión de un secretario general y secretario del consejo que había sido ratificado el día anterior por siete votos sobre nuevo. Es todo un disparate, una inconsistencia. Yo no lo hubiera imaginado tan solo unos días antes. Algo muy tenso y oscuro ha debido estar ocurriendo durante tiempo para que se dé este mal ejemplo ante toda la opinión pública del país.

"RTVE no puede 'telecinquear'. Una televisión pública no está pensada para eso"

P. ¿Tiene criterio sobre la presidencia rotatoria?

R. Me parece una malísima fórmula. No hay más fórmula buena que elegir una presidencia por los dos tercios del parlamento, y proceder a la renovación de los consejeros por el mismo procedimiento. Es lo que marca la ley. En cambio, aceptar ese criterio es imponer la interinidad como algo permanente.

P. ¿Cómo contempla la situación actual de la RTVE?

R. Veo la situación, siendo benévolos, un poco desordenada y caótica. Disparate es la expresión más benévola que encuentro. ¿Quién controlará ahora RTVE y qué quiere el Gobierno? Mire, las radiotelevisiones públicas no deben ser controladas por los gobiernos. Y los consejos de administración reciben el mandato público de ser independientes. No puede traicionar esa responsabilidad. No es una elección, es una obligación. Pero hay que confiar en la independencia de los profesionales de RTVE. Cuando estaba dentro, confié plenamente en ello. Ahora que estoy fuera sigo siendo optimista, aunque el panorama sea crítico.

Foto: Elena Sánchez, ya expresidenta interina de RTVE, en una comparecencia en el Congreso. (Europa Press/Eduardo Parra)

P. Ayer la nueva presidenta interina de RTVE retiró del orden del día el debate y aprobación del contrato para programar en La 1 'La resistencia', por ausencia de Elena Sánchez ¿qué opina de ese contrato y de ese programa y de su coste?

R. No sé del contrato más que lo que ha aparecido en la prensa. En cuanto al contenido, creo que será muy difícil su adaptación a la primera cadena. Y en cuanto al pago a la productora, mi criterio siempre ha sido ligarlo a objetivos concretos. Si no, no hay ningún incentivo para hacer bien las cosas.

P. Es otro paso en la externalización de los contenidos en TVE.

R. Mi filosofía fue y sigue siendo que la externalización debe ser siempre subsidiaria. Y que solo debe llevarse adelante cuando se haya constatado que no hay recursos internos para producir. A este propósito, existe una comisión empresa-sindicatos que puede realizar aportaciones muy positivas.

"Hubo consejeros que se opusieron casi sistemáticamente a mis propuestas. Decían que yo no tenía proyecto de gestión"

P. ¿Existió favoritismo en la contratación de productoras?

R. ¿Favoritismos? Creo que hay sistemas para tratar de evitarlos. Entre otros, los siguientes: ligar los contratos a objetivos (de aceptación y de audiencia), buscar equilibrios a la hora de distribuir encargos entre productoras, y ser muy rigurosos en la compra de derechos utilizando criterios objetivos.

P. ¿Sigue teniendo sentido una radio y televisión públicas en el panorama actual de medios audiovisuales? En todo caso ¿es coherente con su financiación y medios que TVE dé la batalla cuantitativa (por la audiencia) o que apueste por la calidad y la capacidad de referencia si es que ambas cosas no son compatibles?

R. Los ideales hay que mantenerlos. Las radiotelevisiones públicas independientes fueron un proyecto europeo de posguerra, respondiendo a sociedades libres, igualitarias y democráticas, que necesitaban un foro público inclusivo. Sigo pensando que son muy necesarias y que los estados tienen que financiarlas y las fuerzas políticas respetar su misión. Pero su financiación pública tiene que justificarse porque cumplen una función pública, de amparar el pluralismo, la participación, la cultura y el interés general. Pero si no lo cumplen, estaremos justificando los intentos de voladura o de privatización de lo público que defiende la extrema derecha en toda Europa. De aquí la necesidad de que haya que dejar de cometer más disparates con RTVE. Se lo merecen sus profesionales y, sobre todo, la ciudadanía.

José Manuel Pérez Tornero, catedrático y periodista, con amplia experiencia en medios audiovisuales tanto en España como en el ámbito internacional, se ha decidido a hablar sobre la situación de RTVE transcurrido año y medio de su renuncia a la presidencia de RTVE para la que fue nombrado por mayoría cualificada del Congreso (2/3) después de superar un concurso público. La actual situación de la Corporación inquieta a este profesional que inauguró por escaso tiempo una nueva fórmula en la elección del responsable último de la radio y la televisión públicas en España.

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