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Qué debes saber para proteger tus pies antes de empezar a hacer 'running'
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DEPORTE SIN RIESGOS

Qué debes saber para proteger tus pies antes de empezar a hacer 'running'

Aunque se trata de un deporte fácil de practicar y al alcance de todos, es conveniente conocer las características de nuestra pisada para protegernos y evitar posibles lesiones

Foto: Foto: Freepik.
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Descargar tensión después de una jornada dura de trabajo, perder peso o simplemente estar en forma. Son muchas las razones para empezar a correr, y entre ellas está que se trata de un deporte que no necesita más que ropa cómoda y calzado adecuado. Por eso, cada vez es más frecuente ver a personas de toda edad y condición que salen a las calles y parques, se calzan unas zapatillas y comienzan a correr sin tener apenas preparación física.

Muchos de ellos no se ponen metas concretas. Pero hay otros que se aficionan más, y terminan fijándose objetivos de tiempo y distancia para competir en carreras populares o maratones. Cuando se llega a este punto, correr exige un entrenamiento adecuado, más dedicación y, sobre todo, hacer lo posible por evitar lesiones, especialmente en los pies.

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Realmente, hay que tener en cuenta que el running es más duro de lo que uno se imagina cuando empieza a practicarlo, y el cuerpo necesita adaptarse al estrés físico y a la tensión que supone este deporte. Es normal sentir presión en los pies cuando se corre, pues en cada paso que se da el pie tiene que soportar entre tres y cuatro veces el peso corporal del corredor. Por eso, antes de empezar carreras de larga distancia, o si se sienten molestias en los pies, se debe acudir a un especialista por si existiera alguna malformación o cualquier otro tipo de problema que pudiera afectar no solo a la extremidad, sino también a las articulaciones y los músculos de las piernas e incluso a la columna.

Caminar, saltar y correr

Los pies sostienen el peso del cuerpo y sirven, principalmente, para caminar, saltar y correr. Su estructura es muy compleja: se suele comparar con un arco romano de medio punto cuya estructura arquitectónica tiene forma de semicírculo. Está formado por 20 músculos, 26 huesos y pequeñas articulaciones divididas en tres grupos: tarso, metatarso y falanges. El tarso y el metatarso forman lo que se conoce como el arco del pie

En cuanto a la planta, donde apoyamos, tiene tres arcos que deben estar equilibrados para conseguir un apoyo perfecto al andar, correr, saltar o al estar de pie. Estos arcos están sometidos a fuertes desequilibrios y deben soportar grandes fuerzas, lo que puede provocar alteraciones en la planta como el pie arqueado o cavo. Por otra parte, cuando el arco de la bóveda plantar es demasiado pronunciado, el pie adopta una postura que hace que los dedos adquieran forma de garra. El uso de un mal calzado, desequilibrios musculares o golpes en esta parte del cuerpo pueden dar lugar a esta deformidad. Otra alteración es el pie plano, que se produce cuando el arco se aplana al ejercer presión.

“Las alteraciones de la estabilidad, los problemas en los huesos sesamoideos —que se encuentran debajo del dedo gordo—, así como los juanetes, dedos de garra o callos, deben ser detectados y corregidos para evitar lesiones”, explica el doctor Xavier Cuscó Segarra, médico traumatólogo del Institut Cugat de Traumatología del Hospital Quirónsalud de Barcelona.

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Las alteraciones del pie no impiden necesariamente la práctica del deporte: “El médico estudiará cada caso, hará las pruebas oportunas y ofrecerá las soluciones necesarias para evitar torceduras, esquinces de tobillo, sobrecargas músculo-tendinosas, fracturas, fascitis, alteraciones de los sesamoideos, bursitis o pinzamientos nerviosos. En ocasiones, será necesario el uso de plantillas ortopédicas para corregir la pisada”, añade el especialista de Quirónsalud, que por segundo año consecutivo ejercerá como Healthcare partner de la eDreams Mitja Marató de Barcelona.

Y, a la hora de pisar, hay que hacerlo con seguridad, por eso las zapatillas deportivas son la pieza del vestuario más importante. Cualquier deporte que se practique requiere un calzado adecuado en función de la superficie en la que se realiza. Dado que correr es un deporte de alto impacto, el pie debe estar protegido y amortiguado con un calzado adecuado que ha de facilitar el movimiento del pie, mantener una perfecta sujeción y ser cómodo, además de estar fabricado con materiales capaces de absorber los impactos en la pisada para evitar lesiones. También es importante utilizar un calcetín apropiado que permita la movilidad de los dedos y que el pie pueda transpirar, para que no se produzcan ampollas, rozaduras, durezas o alteraciones en las uñas.

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos con información práctica, consejos y recomendaciones para practicar deporte que mejore nuestra salud y bienestar. Si tienes alguna duda sobre esta temática o quieres más información, puedes contactar con el Hospital Quirónsalud Barcelona.

Descargar tensión después de una jornada dura de trabajo, perder peso o simplemente estar en forma. Son muchas las razones para empezar a correr, y entre ellas está que se trata de un deporte que no necesita más que ropa cómoda y calzado adecuado. Por eso, cada vez es más frecuente ver a personas de toda edad y condición que salen a las calles y parques, se calzan unas zapatillas y comienzan a correr sin tener apenas preparación física.

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