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Qué hacer (y qué cosas debes evitar) para caerle bien a un gato
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Qué hacer (y qué cosas debes evitar) para caerle bien a un gato

Cuando conoces un gato por primera vez, lo que debes hacer es evitar parecer amenazante y dejar que el felino interactúe contigo. Él marcará los tiempos y te dará las señales correctas

Foto: Qué hacer (y qué cosas debes evitar) para caerle bien a un gato (iStock)
Qué hacer (y qué cosas debes evitar) para caerle bien a un gato (iStock)

No es ningún secreto. Siempre se ha dicho que los gatos destacan por ser ariscos, antipáticos y antisociales, además de ser muy suyos, independientes y traicioneros. La fama de su carácter les precede y, sin embargo, son unas mascotas con los que puedes tener una relación muy estrecha y respetuosa, más allá de las creencias y el misterio sobre su comportamiento.

Lo único que necesitas aprender es saber comunicarte correctamente con ellos. Para estrechar la relación con un gato tienes que armarte con un poco de paciencia, respetar sus tiempos e interpretar sus señales. Ellos van a marcar cuándo quieren y cuándo no interactuar contigo. Y es que los gatos tienen unos rasgos de personalidad muy marcados.

Foto: Fuente: iStock.

Para empezar, debes saber que un gato comienza a captar cosas tan pronto como llega a una casa. Su capacidad olfativa les permite oler a otros animales, incluso a los perros que han paseado recientemente por ahí. Así que, vas a conocer a un gato por primera vez, trata de no presentarte oliendo a otros animales

Lo mejor, ignorarlos

Una vez en casa, intenta no bloquear las puertas o salidas. Los gatos son muy territoriales y cautelosos, por lo que miran los espacios estratégicamente. Por eso, si quieres caerle bien a un gato debes mostrarte como un aliado en vez de como una amenaza. Y, de hecho, lo mejor que puedes hacer al principio, es ignorarlos.

Armarte de un poco de paciencia, respeta los tiempos del gato e interpreta sus señales

Seguro que te has fijado que los gatos siempre se acercan a las personas que intentan pasar desapercibidas para ellas, bien porque son alérgicas o porque no les gustan los felinos. Es matemático: los gatos siempre se dirigen a la única persona que no quiere su compañía. No es casualidad, ya que todos los movimientos que hacen aquellas personas que sí quieren amigarse con los gatos (caminar hacia ellos, hacer ruidos o echarles el brazo), son contraproducentes.

Por eso, los gatos siempre acaban acercándose a las personas que les dan su tiempo y su espacio, aunque ellos no sepan descifrar si en realidad esa persona lo hace a posta o queriendo. El caso es que, si no les agobiamos yendo detrás de ellos, serán los gatos los que terminen acercándose a nosotros.

placeholder Coloca tu mano muerta sobre su cabeza. El gato decidirá si acariciarse o no (Pixabay)
Coloca tu mano muerta sobre su cabeza. El gato decidirá si acariciarse o no (Pixabay)

Una táctica perfecta para comenzar una relación amistosa con el gato consiste en agacharte y ponerte a su altura, ya sea sentado en el suelo o tumbado en el sofá o la cama, si es de lado, mucho mejor, porque así parecerás más pequeño y, por tanto, menos amenazante. Una vez estés a su altura, es tiempo de ofrecerle muy lentamente un dedo de la mano por debajo de sus ojos para que pueda olerlo y familiarizarse contigo.

Caricas cortas y de baja intensidad

Después de esto, toca el tiempo de colocar la mano muerta a la altura de su cabeza para que decida si quiere (o no) frotarse con ella, siempre dándole el control a él y que no se sienta acorralado. Si el gato ronronea, cierra los ojos mientras le acaricias o pone la cabeza sobre tu mano es señal de que el animal está a gusto contigo y disfruta de las caricias que deben ser cortas y de baja intensidad. Eso sí, evita la sobreestimulación ya que, a pesar de estar cómodo, se puede saturar. Estate atento a sus señales de aviso para saber cuando parar.

Foto: Es importante que tus mascotas estén bien hidratadas, sobre todo en verano (Pixabay)

En cambio, si el gato agita el rabo, empieza a aplanar las orejas, gira la cabeza hacia otro lado o coloca su pata entre nosotros y él, es señal de que no está cómodo, por lo que es mejor parar o, de lo contrario, puedes llevarte un buen mordisco o arañazo.

Asimismo, para evitar ser una amenaza para el felino no le mires a los ojos, no hagas ruidos (habla en voz baja y mantenlo alejado de niños o perros escandalosos) y no extiendas tu mano sobre su cabeza ya que puede asustarse. Evita dar palmaditas en su costado y golpearlos en la parte superior de la cabeza y busca sus mejillas y detrás de las orejas, que son los lugares donde la madre lame a los gatitos y donde le encantará recibir caricias.

Agacharte y ponerte a su altura es un buen comienzo para no parecer una amenaza

Si el gato sale huyendo, no te rindas. Quizás el primer encuentro no ha sido propicio para entablar una buena relación con un gato. Pero no te preocupes, porque los felinos dan segundas oportunidades y, con la ayuda de sus dueños, seguro que podréis llegar a entablar una entrañable relación.

No es ningún secreto. Siempre se ha dicho que los gatos destacan por ser ariscos, antipáticos y antisociales, además de ser muy suyos, independientes y traicioneros. La fama de su carácter les precede y, sin embargo, son unas mascotas con los que puedes tener una relación muy estrecha y respetuosa, más allá de las creencias y el misterio sobre su comportamiento.

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