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Cómo evitar que tu gato arañe los sofás y las cortinas en casa
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LA 'MALICIA' FELINA

Cómo evitar que tu gato arañe los sofás y las cortinas en casa

Si no quieres cambiar los elementos que dan comodidad y brillo a tu hogar cada dos por tres, es mejor que escuches estos consejos de expertos veterinarios

Foto: Fuente: iStock
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Son los reyes de la casa. Aquellos que tienen gatos seguro que más de una vez se han llevado un disgusto al llegar a casa y ver la tela del salón o las cortinas algo rajadas. Pero entonces la mascota se limitará a poner una de sus caras tiernas (parecen que las ensayan) que hará que sea imposible enfadarte con ellos. Pues al fin y al cabo, parece que fastidiar a sus dueños está en su naturaleza.

Afortunadamente, existen una serie de métodos con los que podrás evitar estos escenarios que tarde o temprano te llevarán a cambiar tu sofá o tus cortinas por unas completamente nuevas. La revista 'Business Insider' ha hablado con una serie de expertos veterinarios para conocer de cerca cuáles son los trucos más comunes por los que tu gato dejará de hacerte la vida (un poquito) más difícil.

Compra un poste de rascar

Se trata de la herramienta más factible para evitar que el gato arañe las telas y se decante por este utensilio diseñado para ser arañado. Los hay más caros o más baratos, pero lo que tienes que tener en cuenta es que sea lo suficientemente alto como para que el felino arañe cuando se erija y se ponga de pie. Parece obvio, pero el poste debe ser resistente. Muchas veces lo barato acaba saliendo caro, así que aseguráte de que dicho artefacto es de buena calidad y podrá resistir las embestidas y arañazos del felino.

"Mantener las uñas cortas del animal evitará que estén afiladas, lo que provocará menos daños si llega a rayar los muebles"

"Los gatos suelen rascarse y arañar para marcar su territorio, afilar sus garras o simplemente estirarse", asegura Ryane M. Englar, veterinaria estadounidense. "Por tanto, los postes a menudo se colocan estratégicamente junto al lugar en el que suele descansar el gato para facilitar el estiramiento posterior a la siesta". Por ello, sé más inteligente que él y colócaselo en su lugar favorito de la casa.

Utiliza elementos disuasorios

Si a pesar de tener el incentivo del poste de rascar sigue arañando tus cortinas y sofás, lo mejor que puedes hacer es poner elementos disuarios a los que el gato prefiera dirigirse antes que a estos. Kristi Flynn, profesora de veterinaria en la Universidad de Minnesota, recomienda usar papel de lija para recubrir los elementos más probables de ser saboteados por el felino, ya que a los gatos les encanta la sensación de que sus uñas se queden pegadas a la superficie que arañan y el papel de lija hace esto imposible. A pesar de esto, los elementos de disuasión físicos no siempre funcionan, ya que el gato podrá quitarlos y meter sus patas por los muebles el muy pillo.

Recórtale las uñas a menudo

Al final, es la más útil elección. Si mantienes sus uñas bien cortadas no hará tanto daño a los elementos hacia los que quiera dirigir su ataque. "Lo ideal es cortárselas cada dos semanas aproximadamente", asegura Flynn. "Mantener las uñas cortas del animal evitará que estén afiladas, lo que provocará menos daños si llega a rayar los muebles". Para muchos dueños, el hecho de cortarle las uñas a su gato es una tarea titánica.

Foto: El chihuahua, de dos años y nombre JJ, lloraba en el interior de una jaula (Twitter)

"Empiece cortándole solo una por día y prémiale cada vez que lo hagas", concluye la profesora. "De esta forma, aprenderán que vale la pena quedarse quietos para que se las cortes. Después de un tiempo, el felino se sentirá más cómodo con esta actividad y ya podrás cortarle las uñas de una sola tacada"

Son los reyes de la casa. Aquellos que tienen gatos seguro que más de una vez se han llevado un disgusto al llegar a casa y ver la tela del salón o las cortinas algo rajadas. Pero entonces la mascota se limitará a poner una de sus caras tiernas (parecen que las ensayan) que hará que sea imposible enfadarte con ellos. Pues al fin y al cabo, parece que fastidiar a sus dueños está en su naturaleza.

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