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El truco para evitar comer en exceso por la noche (y es muy simple)
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El truco para evitar comer en exceso por la noche (y es muy simple)

La razón detrás de tus antojos nocturnos puede no tener nada que ver con el hambre, sino con causas como el aburrimiento, la soledad o la frustración. Así dejarás de hacerlo

Foto: ¡Contrólate! (iStock)
¡Contrólate! (iStock)

Son las dos de la madrugada y no puedes dormir. Te levantas y vas a la cocina, abres el frigorífico o la despensa y te comes lo primero que pillas. Tranquilo, no estás solo, muchas personas lo hacen y se sienten igual de culpables que tú. Sabes que las comilonas nocturnas no son buenas para la cintura ni para el sueño, que luego vendrán los remordimientos, y aun así zampas: el cuerpo y la mente exigen azúcares y grasas, así que te lanzas a por ello.

Está demostrado que comer por la noche en abundancia está relacionado de manera inequívoca con la producción de grasa, el sobrepeso y la obesidad. No tengas vergüenza en admitirlo, lo llevas haciendo mucho tiempo. El problema no es solo que lo hagas en mitad de la noche sino que también te pegas atracones cuando te pones en el sofá.

Foto: El cuerpo nos pide una recompensa por la noche. (iStock)

Es muy fácil acomodarse con una manta, un buen libro o una serie y simplemente agarrar una bolsa de snacks, patatas o comida prefabricada. Antes de que te des cuenta lo has engullido todo y al día siguiente te levantas sintiéndote hinchado, cansado y un poco decepcionado contigo mismo.

Lávate los dientes

Más de uno se sentirá familiarizado con esa situación y seguro que has probado muchos trucos a lo largo de los años para intentar apaciguar esa ingesta nocturna. Es posible que si eres de los que hace ayuno intermitente de lunes a viernes y tiene un horario más o menos de ocho de la mañana a cinco de la tarde, te pegues estos atracones por la noche y sobre todo los fines de semana.

El objetivo no es aguantarte totalmente, sino simplemente encontrar formas inteligentes de comer sin exagerar

Si eres de los que no tienes problemas a la hora de comer y disfrutas de ello a altas horas, sentirás que eres vulnerable a hacerlo en exceso si estás un sábado o un domingo en casa: peli, serie, tele, manta y a comer. Gina Florio explicó en 'Pop Sugar' su truco infalible para dejar de hacerlo: "Es un poco heterodoxo, pero me funcionó en el pasado. Si sé que no quiero comer más por la noche, solo voy al baño y me lavo los dientes".

Así de simple. Tener ese sabor a menta fresca en su boca le impide tomar más alimentos después de habérselos cepillado. Su cuerpo reconoce ese sabor como una señal de que está listo para ir a la cama, lo que anula su deseo de comer. "Admitiré que es un truco, pero funciona, así que quizá sea como un perfecto complemento", explica.

placeholder ¡Detente! (iStock)
¡Detente! (iStock)

"Desde que lo empecé a hacer he tenido muchos menos 'incidentes' en los que asalto la cocina. Sé que mi cuerpo no lo necesita. Sin embargo, eso no significa que me prive de lo que quiero comer. Si quiero tomar un postre o un bocadillo, preparo una cantidad razonable y lo disfruto. Luego voy a cepillarme los dientes. El objetivo no es aguantarte totalmente, sino simplemente encontrar formas inteligentes de comer sin exagerar", concluye.

Son las dos de la madrugada y no puedes dormir. Te levantas y vas a la cocina, abres el frigorífico o la despensa y te comes lo primero que pillas. Tranquilo, no estás solo, muchas personas lo hacen y se sienten igual de culpables que tú. Sabes que las comilonas nocturnas no son buenas para la cintura ni para el sueño, que luego vendrán los remordimientos, y aun así zampas: el cuerpo y la mente exigen azúcares y grasas, así que te lanzas a por ello.

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