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Las 3 señales en las que debes fijarte para saber si una dieta no sirve para nada
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LOS MILAGROS NO EXISTEN

Las 3 señales en las que debes fijarte para saber si una dieta no sirve para nada

Antes de dar por bueno cualquier régimen milagro con el que te encuentres, deberías aprender a identificar aquellas características, cuando menos, sospechosas

Foto: Si la medida no cambia, quizá se deba a que estás haciendo algo mal. (iStock)
Si la medida no cambia, quizá se deba a que estás haciendo algo mal. (iStock)

Ahora que el verano está a la vuelta de la esquina y empezamos, otro año más, a percibir que el perímetro de nuestro estómago no se ha reducido ni un milímetro, es probable que caigamos en las redes de alguna dieta milagro. Ofrecen justo lo que buscamos: un rápido adelgazamiento a cambio de un gran esfuerzo que, dado que el tiempo acucia, estamos dispuestos a realizar. Sin embargo, es muy probable que la dieta no sirva para nada, y no sólo por nuestra falta de fuerza de voluntad, sino también porque suelen plantear metas inalcanzables a través de estrategias inútiles. En tal caso, quizá habremos tenido suerte si no terminamos sufriendo algún problema alimenticio o el tan temido efecto rebote que nos lleva a recuperar rápidamente el peso que hemos perdido.

Hay dietas que funcionan, pero estas suelen ser las menos llamativas, quizá porque obedecen a principios más o menos lógicos. Si echamos un vistazo a las mejores para adelgazar de 2016, comprobaremos cómo la mayoría son variadas, se centran ante todo en el consumo de alimentos saludables y proponen, más que un rápido esprint hacia la pérdida de peso, un cambio de costumbres en lo referente a la alimentación.

De un tiempo a esta parte los regímenes de adelgazamiento parecen haber adoptado una retórica que ríete tú de los curanderos 'new age'

Ante todo, debemos estar atentos para no caer en una de esas fórmulas mágicas que no sirven para nada más que para perder el tiempo y, quizá, estrujar nuestro bolsillo. En un artículo publicado en 'Business Insider', el nutricionista Andy Bellatti señala tres signos que nos pueden ayudar a descubrir que una dieta es sospechosa.

La dieta tiene algunos extras sospechosos

Si sientes que la receta del éxito pasa por gastarte unos cuantos cientos de euros en otros productos asociados, como pastillas, zumos milagrosos o suplementos, deberías empezar a sospechar; por lo general, todos somos capaces de perder peso sin ayudar externa. Como explica Bellatti, incluso en el caso de que estemos tomando determinados alimentos en polvo, como el cacao, no deberíamos permitir que se convirtiesen en la base de nuestra dieta.

Como alternativa, Bellatti recomienda seguir las recomendaciones de Michael Pollan, a quien ya entrevistamos en El Confidencial. Es decir, dejarnos de atajos y centrarnos en las saciantes verduras frescas (brócoli, coles de Bruselas, pimientos) que aportan grandes cantidades de vitaminas y fibra.

No sabes muy bien qué hace

Por lo general, todos tenemos más o menos claro qué queremos conseguir cuando adoptamos una nueva dieta, y esto suele ser perder peso o sentirnos mejor con nosotros mismos. Sin embargo, de un tiempo a esta parte los regímenes de adelgazamiento parecen haber adoptado una retórica que ríete tú de los curanderos 'new age': que si un “armoniza tu aura por aquí”, que si “depura las energías malignas de tu cuerpo” por allá… Como recuerda Bellatti, el gran problema que tienen estos eslóganes es que son muy abstractos y, por lo tanto, no se pueden confirmar ni negar de manera empírica.

En otras palabras, si una dieta promete que perderás 10 kilos comiendo pizza, pan y bebiendo cerveza, es relativamente fácil comprobar que eso es casi imposible. Si, por el contrario, asegura que puede “depurar nuestro espíritu y generar una gran paz interior”, es prácticamente imposible demostrar que el fracaso de la dieta no se deba a que estamos poseídos por Belcebú. Como ocurría con el caso de las pastillas milagrosas, hay muchas personas beneficiándose de estos métodos que, por lo general, se suelen enseñar en seminarios previo pago.

No tiene sentido

Una lógica perversa: si una dieta nos permite adelgazar rápidamente, es decir, es milagrosa, suponemos que debe atentar contra toda lógica (¿no lo hace también caminar sobre las aguas o resucitar al tercer día?). En definitiva, pensamos que la piedra filosofal para la pérdida de peso debe ser algo muy rebuscado, algo a lo que no podríamos haber llegado por nuestros propios medios.

Nada de eso. Aunque parezca aburrido y fácil, la mejor manera de perder peso es comer bien, hacer ejercicio y cuidarse. Es lo que ocurre con las famosas dietas detox que, Bellatti recuerda, no sirven para nada puesto que nuestro cuerpo –en concreto, el riñón, que para eso está– ya se encarga de acabar con las toxinas de nuestro organismo. Según el nutricionista, es preferible dejar de fijarnos en los gurús, que muy probablemente tendrán sus propios intereses económicos a la hora de promocionar una dieta, y fijarnos en aquellas personas que parecen gozar de buena salud y un peso ajustado. Quizá no hayan inventado nada, pero probablemente hayan dado con el clavo sin pensarlo.

Ahora que el verano está a la vuelta de la esquina y empezamos, otro año más, a percibir que el perímetro de nuestro estómago no se ha reducido ni un milímetro, es probable que caigamos en las redes de alguna dieta milagro. Ofrecen justo lo que buscamos: un rápido adelgazamiento a cambio de un gran esfuerzo que, dado que el tiempo acucia, estamos dispuestos a realizar. Sin embargo, es muy probable que la dieta no sirva para nada, y no sólo por nuestra falta de fuerza de voluntad, sino también porque suelen plantear metas inalcanzables a través de estrategias inútiles. En tal caso, quizá habremos tenido suerte si no terminamos sufriendo algún problema alimenticio o el tan temido efecto rebote que nos lleva a recuperar rápidamente el peso que hemos perdido.

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