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Montoro, Aznar y Borrell, el apretón de manos que nunca llegó
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Montoro, Aznar y Borrell, el apretón de manos que nunca llegó

Nadie vio el ansiado saludo... porque no lo hubo. Los tres animales políticos han compartido escenario para debatir, pero no han coincidido en el tiempo. ¿Casualidad?

Foto: El expresidente del Gobierno y presidente de la Fundación FAES, José María Aznar. (EFE)
El expresidente del Gobierno y presidente de la Fundación FAES, José María Aznar. (EFE)

Era un esperado encuentro después de tantos desencuentros, pero el personal se ha quedado con las ganas. Nadie vio el apretón de manos entre Montoro y Aznar... porque no lo hubo. El ministro de Hacienda se ha marcado un Rajoy al esquivar una de las preguntas que más se han escuchado: “¿Y las asperezas con Aznar?”. Primero ha dado evasivas en la calle: “Luego, luego”. Y más tarde ha escapado a toda velocidad cuando el nombre del expresidente del Gobierno ha vuelto a sonar, no sin antes atender a otras cuestiones relacionadas con Bruselas y el déficit. No se sabe si sus prisas venían motivadas por las ganas de evitar un momento tenso con el expresidente.

Apenas 10 minutos han separado la salida de Montoro de la entrada de Aznar, quien se ha limitado a dar los buenos días a los periodistas que aguardaban en los pasillos y ha dejado claras sus intenciones nada mas empezar su intervención: “Vengo a hablar de lo que quiero hablar”. Y lo ha hecho. Ha condenado con dureza el actual “parón reformista”, pues sería un “error histórico” mantenerlo. También ha tirado de las orejas al actual Gobierno al pedir que se vuelva a tomar en serio la disciplina presupuestaria.

“Relajar la corrección del déficit es un grave error”, ha dicho en un auditorio donde decenas de asistentes encorbatados jaleaban al expresidente. Destacaban algunas -pero pocas- caras conocidas: directivos como el consejero ejecutivo del BBVA, José Manuel González-Páramo, o políticos como Engracia Hidalgo. La consejera de Economía de Madrid solo ha estado presente en la parte final de este acto organizado por el Consejo General de Economistas, acompañando a Cristina Cifuentes.

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha sido la última en intervenir, y lo ha hecho después de Josep Borrell. El que fuera ministro de Obras Públicas con Felipe González y presidente del Parlamento Europeo entre 2004 y 2007 está en el punto de mira desde que Pedro Sánchez pretende incluirlo como asesor en su 'gobierno en la sombra'. “Señorita, a ver si se entera, no estoy en las listas del PSOE”, ha espetado a una periodista antes de entrar al auditorio.

La sombra de Abengoa persigue al 'ministrable', pues Borrell está en el consejo de la empresa que ha despedido a 10.000 trabajadores y además autorizó los pelotazos de Felipe Benjumea (anterior presidente ejecutivo) y José Manuel Sánchez Ortega (anterior consejero delegado). Quizá esta sea una de las razones por las que Borrell no quiere dedicarse en cuerpo y alma a la causa del secretario general del PSOE, ni en el Congreso ni en Ferraz.

Borrell y su aumento del gasto militar

Los 20 minutos de intervención de Aznar han sabido a poco comparados con casi 60 de Borrell, quien no ha recibido menos aplausos a pesar de lo impopular de algunas de sus reflexiones. “Si yo fuera candidato a la presidencia del Gobierno y quisiera comportarme de manera honesta con mis ciudadanos, propondría un aumento del gasto militar. Ya sé que no ganaría ningún voto, pero Europa no puede seguir viviendo bajo el paraguas protector de Estados Unidos. Si queremos defendernos, tendremos que asumirlo. No se crean que esto de la paz en las fronteras de Europa es algo conseguido”.

Tampoco ha esquivado otros temas controvertidos como la independencia de Cataluña, que ha vinculado con el Brexit. “Son los mismos motivos de los catalanes. Se han metido en esa aventura por razones irracionales, psicológicas. Por el sentimiento de que solos les va a ir mejor y la percepción equivocada de que están siendo invadidos”. Si los países no están dispuestos a ceder soberanía y embarcarse en la construcción de un Estado, "el proyecto europeo se va a ir muriendo y deshilachando" a base de incumplimientos, falta de entusiasmo y desavenencias, ha zanjado el exministro.

Si en algo han coincidido los tres ponentes es en la idea de que a España le sienta muy bien estar dentro de la Unión Europea, como ha dicho Aznar. Montoro cree que nuestro país es el más beneficiado de ese proceso de integración, mientras que Borrell asegura que las tres décadas de España en la UE han sido “los mejores años de nuestra historia”.

Era un esperado encuentro después de tantos desencuentros, pero el personal se ha quedado con las ganas. Nadie vio el apretón de manos entre Montoro y Aznar... porque no lo hubo. El ministro de Hacienda se ha marcado un Rajoy al esquivar una de las preguntas que más se han escuchado: “¿Y las asperezas con Aznar?”. Primero ha dado evasivas en la calle: “Luego, luego”. Y más tarde ha escapado a toda velocidad cuando el nombre del expresidente del Gobierno ha vuelto a sonar, no sin antes atender a otras cuestiones relacionadas con Bruselas y el déficit. No se sabe si sus prisas venían motivadas por las ganas de evitar un momento tenso con el expresidente.

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