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Los científicos rebajan los peores pronósticos de calentamiento global
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Analizando el CO2 de hace 21.000 años

Los científicos rebajan los peores pronósticos de calentamiento global

Un nuevo análisis sobre el CO₂ en la Edad de Hielo apunta a que las predicciones más pesimistas sobre el calentamiento provocado por su impacto son menos probables de lo que se pensaba

Foto: (Jeremy Harbeck - NASA)
(Jeremy Harbeck - NASA)

El calentamiento del planeta avanza más rápido de lo que se esperaban los científicos y la reducción del empleo de combustibles fósiles no es tan radical como para alcanzar los objetivos marcados en el Acuerdo de París. Los expertos coinciden en que hay que rebajar el volumen de CO₂ que se genera en la Tierra para evitar graves consecuencias en el futuro. Sin embargo, un nuevo estudio nos da una buena noticia: los peores escenarios posibles son más improbables de lo que pensábamos.

A pesar de que el acuerdo del clima de París impone el límite de aumento de la temperatura del planeta en 2 °C para final de siglo, la ONU ya ha advertido que con las políticas que se están desarrollando ahora mismo sobrepasaremos esa cifra holgadamente. Algunas estimaciones, como la de la Agencia Internacional de la Energía, sostienen que de seguir así en 2.100 viviremos un aumento de temperatura de entre 2,7 y 3 °C.

Foto: (Inteligencia Artificial/Dall-e/Novaceno)

Las posibles consecuencias de esta variación térmica en el planeta ya las conocemos todos y no pintan nada bien. Un estudio publicado recientemente en la revista Nature ha echado las cuentas del desastre. Sus autores afirman que solo un aumento de 3 °C en las temperaturas provocaría fenómenos extremos que pueden causar pérdidas medias mundiales del 10% del producto interior bruto. Aunque las peores estimaciones, que hablan de un aumento de entre 4 y 5 grados, podrían tener consecuencias aún más devastadoras.

Ahora, un nuevo artículo —publicado por un equipo de investigadores de la Universidad de Washington en la revista Science Advances— nos una pequeña alegría. El escenario de calentamiento más favorable, donde el aumento medio de la temperatura mundial es de unos 2 ºC, no cambia. La estimación más probable, que se suban unos 3 ºC, tampoco. En cambio, se reduce el peor escenario posible: la subida de 4 o 5 ºC.

Cómo han llegado a esta conclusión

Pensamos que a medida que el dióxido de carbono se va acumulando en la atmósfera, la Tierra se irá calentando más. Sin embargo, la relación exacta entre el CO₂ y calentamiento, conocida como sensibilidad climática, no está clara y sigue siendo objeto de estudio. El equipo de la Universidad de Washington decidió separarse de los datos más recientes y analizar la última época glaciar, hace unos 21.000 años, para intentar desentrañar el misterio.

Los investigadores aseguran que las últimas décadas no son un buen predictor del futuro del calentamiento global. Los ciclos climáticos a más corto plazo y los efectos de la contaminación atmosférica, aseguran, son algunas de las razones por las que las tendencias recientes no pueden predecir con fiabilidad lo que ocurrirá durante el resto de este siglo.

"El patrón espacial del calentamiento global en los 40 años más recientes no se parece al patrón a largo plazo que esperamos en el futuro: el pasado reciente es un mal análogo del calentamiento global futuro", explica Kyle Armour, profesor asociado de ciencias atmosféricas y de oceanografía de la Universidad de Washington y uno de los miembros del equipo que firman el artículo.

placeholder Los mamuts vivieron en Europa y Norteamérica durante el último periodo glaciar. (Reuters)
Los mamuts vivieron en Europa y Norteamérica durante el último periodo glaciar. (Reuters)

El estudio se centra en el periodo conocido como el Último Máximo Glacial. En esa época la Tierra era de media 6 °C más fría que hoy y los registros de los núcleos de hielo muestran que el CO₂ atmosférico era entonces menos de la mitad de los niveles actuales.

"La principal contribución de nuestro estudio es la reducción de la estimación de la sensibilidad climática, lo que mejora nuestra capacidad para hacer proyecciones de calentamiento futuro", dice Vince Cooper, estudiante de doctorado en ciencias atmosféricas de la Universidad de Washington y otro de los autores del estudio. "Observando cuánto más fría era la Tierra en el pasado, con niveles más bajos de gases de efecto invernadero, podemos estimar cuánto más cálido será el clima actual, con niveles más altos de gases de efecto invernadero".

El CO₂, menos determinante

Los investigadores han creado nuevos modelos estadísticos con los que hacer mapas de temperatura realistas de hace miles de años. Para ello usaron registros climáticos prehistóricos de sedimentos oceánicos, núcleos de hielo y polen conservado y los combinaron con modelos informáticos del clima de la Tierra.

En el Último Máximo Glacial, gran parte de Norteamérica estaba cubierta de hielo. Esta enorme capa blanca, afirma el equipo, no solo enfriaba el planeta por su mera presencia, sino que también reflejaba la luz solar del verano de vuelta al espacio, haciendo que bajaran las temperaturas. Además, la masa de hielo alteraba los patrones de los vientos y las corrientes oceánicas que hicieron que los océanos Pacífico norte y Atlántico se volvieran especialmente fríos y nubosos.

Según los autores, esto demuestra que el CO₂ desempeñó un papel menor en el establecimiento de las temperaturas de la última glaciación de lo que se estimaba anteriormente. Lo que a la vez hace que las predicciones más pesimistas sobre el calentamiento provocado por el aumento del CO₂ sean menos probables en las próximas décadas.

"Este trabajo nos permite hacer predicciones más fiables, porque realmente reduce el extremo superior del calentamiento futuro y dice que el escenario más extremo es menos probable", explica Armour. "No cambia realmente el extremo inferior, ni la estimación media, que siguen siendo coherentes con todas las demás líneas de evidencia".

El calentamiento del planeta avanza más rápido de lo que se esperaban los científicos y la reducción del empleo de combustibles fósiles no es tan radical como para alcanzar los objetivos marcados en el Acuerdo de París. Los expertos coinciden en que hay que rebajar el volumen de CO₂ que se genera en la Tierra para evitar graves consecuencias en el futuro. Sin embargo, un nuevo estudio nos da una buena noticia: los peores escenarios posibles son más improbables de lo que pensábamos.

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