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Aparecen nuevos restos del objeto interestelar IM1 estrellado en el Pacífico
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92 nuevas esferas

Aparecen nuevos restos del objeto interestelar IM1 estrellado en el Pacífico

El astrofísico Avi Loeb revela que han descubierto 92 nuevas esferas de las muestras recogidas en Papúa Nueva Guinea durante el análisis en Harvard y Bruker Corporation

Foto: Una de las nuevas esferas microscópicas encontradas en las muestras del IM1. (Avi Loeb)
Una de las nuevas esferas microscópicas encontradas en las muestras del IM1. (Avi Loeb)

A nuestro regreso a EEUU desde el buque Silver Star, visitamos el laboratorio de Ryan Weed en la Universidad de California Berkeley y dejamos unas cuantas esférulas procedentes del lugar del Océano Pacífico donde se estrelló el primer meteoro interestelar reconocido, el IM1, para que los miembros de su equipo de investigación las siguieran estudiando. Ese día, hace exactamente dos semanas [artículo publicado el domingo 16. N. del T.], su microscopio electrónico de barrido reveló una estructura anidada de esferas dentro de esferas desde el diámetro exterior de un milímetro hasta una escala de longitud de unos cientos de átomos. El penacho de iones ablacionados por un láser —irradiado sobre una esférula— se transmitió a través de un espectrómetro de masas y reveló una rica abundancia de isótopos, desde el Litio-6 hasta el Uranio-238, que aún estamos interpretando.

Tenemos una abundancia de 141 esférulas de la trayectoria del meteoro y de las regiones de control. En los próximos días, hallaremos más

La mayor parte del material llegó de la Universidad de Berkeley a mi casa la semana pasada. Inmediatamente, envié algunos viales a Roald Tagle, de [la empresa de análisis de precisión] Bruker Corporation, en Alemania, que acaba de recibir ayer [por el sábado 15]. Además, el pasado día organicé que mi estudiante de prácticas de verano en Harvard, Sophie Bergstrom, tuviera la oportunidad de tamizar los materiales restantes [recogidos en la expedición al Pacífico] en busca de esférulas perdidas, utilizando un microscopio y pinzas.

Foto: (EFE)

En el plazo de un día, recibí tres noticias asombrosas. En primer lugar, Sophie encontró su primera esférula candidata y me envió una foto por correo electrónico para preguntarme si era real. Según nuestra experiencia en Silver Star, le dije que las esferas biológicas se pueden aplastar presionándolas con unas pinzas y, efectivamente, ella descubrió que la canica metálica no se podía aplastar. Medio día después, recibí un correo electrónico de Roald en el que me informaba de que había descubierto 81 nuevas esférulas en todos los materiales que había recibido. Unas horas más tarde, Sophie me informó sobre 10 nuevas esférulas más. En total, la cosecha de este primer día de búsqueda fue de 92 nuevas esférulas, casi el doble del número total identificado en el Silver Star.

Durante el análisis en la UC Berkeley, se destruyó una de las primeras 50 esférulas de Silver Star. Pero, con tantas esférulas recién encontradas, no tenemos que lamentar la pérdida.

placeholder Primer plano de una de las 81 nuevas esférulas que fueron descubiertas por Roald Tagle en la Bruker Corporation en Berlín, Alemania.
Primer plano de una de las 81 nuevas esférulas que fueron descubiertas por Roald Tagle en la Bruker Corporation en Berlín, Alemania.

En total, tenemos ahora una abundancia de (92+49)=141 esférulas tanto de la trayectoria del meteoro como de las regiones de control. En los próximos días, encontraremos más. En las próximas semanas analizaremos su composición en términos de elementos e isótopos radiactivos y compararemos los resultados con los de las esférulas del sistema solar.

En virtud de un acuerdo de investigación firmado antes de la expedición con la Universidad Tecnológica de Papúa Nueva Guinea, está previsto que el jefe del departamento de Ingeniería de Minas de esa universidad, el Dr. Jim Lem, visite Harvard en un futuro próximo y participe en nuestro análisis. Tenemos previsto resumir nuestros resultados en un artículo científico que se presentará para su publicación en una revista revisada por expertos.

placeholder ¿Qué pasaría si una civilización extraterrestre avanzada encontrara la sonda New Horizons?
¿Qué pasaría si una civilización extraterrestre avanzada encontrara la sonda New Horizons?

Al estudiar la composición de las esférulas, examinaremos la posibilidad de un denominado meteorito New Horizons, en el que la composición de las gotas fundidas puede revelar un origen tecnológico de la basura espacial similar al de nuestra nave New Horizons colisionando con un exoplaneta parecido a la Tierra dentro de miles de millones de años, quemándose como meteorito en su atmósfera. Imaginemos depositar la energía de la bola de fuego de IM1 por unidad de masa de un tanto por ciento de la explosión atómica de Hiroshima en 500 kilogramos de materia que contenga pantallas de ordenador y semiconductores. En ese caso, las gotas fundidas en el fondo del océano pueden estar probablemente enriquecidas con elementos raros muy por encima de su abundancia en las rocas naturales.

La asombrosa cosecha de 92 nuevas canicas metálicas me alegró el día. Fue un final edificante para las dos agotadoras semanas que siguieron a nuestro regreso, durante las cuales hice una media de 10 entrevistas al día.

placeholder Art Wright y Avi Loeb, en la cubierta del Silver Star en el último día de la expedición.
Art Wright y Avi Loeb, en la cubierta del Silver Star en el último día de la expedición.

A pesar del estrés, mantuve las fuerzas gracias a regalos artísticos inesperados. Para ilustrar su carácter edificante, he aquí algunos ejemplos que me llegaron esta misma semana. En primer lugar, me escribió un escultor [Por brevedad, hemos quitado las cartas, que puedes leer en su artículo original en inglés. N. del T.].

Hoy, 10 de las 10 entrevistas que he mantenido han terminado independientemente con las mismas palabras: "Gracias por su inspiradora investigación y por transmitirnos a todos un mensaje honesto, curioso y edificante. Por favor, cuídese y siga haciendo lo que está haciendo. Apoyamos el éxito de su liderazgo y su visión optimista del futuro".

Centrémonos en nuestro destino

Dentro de un mes está previsto que publique mi próximo libro, Interstellar, que resume mi visión de la humanidad en el espacio interestelar.

Tendemos a centrarnos en los asuntos de nuestro hogar, la Tierra. Pero es mejor que visitemos nuestro patio trasero, el sistema solar, y comprobemos si allí solo encontramos rocas familiares. De vez en cuando podemos toparnos con objetos extraños en esta calle, como una pelota de tenis lanzada por un vecino. Estos extraños objetos interestelares, como IM1 u 'Oumuamua, no se parecen a asteroides o cometas familiares.

placeholder Varias de las nuevas esférulas encontradas, en el laboratorio de astrofísica de Harvard.
Varias de las nuevas esférulas encontradas, en el laboratorio de astrofísica de Harvard.

Siempre que estemos dispuestos a adquirir nuevos conocimientos, podríamos utilizar estas rarezas como una oportunidad para aprender sobre nuestros vecinos. El asombro asociado a presenciar artilugios interestelares avanzados, podría promover nuevas tecnologías en la Tierra, así como un nuevo sentido de humildad y respeto, afín a los aprendizajes espirituales.

Pero todo esto solo será posible siempre que los científicos estén dispuestos a buscar pruebas y admitir sus implicaciones, libres de las cadenas del pensamiento de grupo y del ego profesional. Insistir en que cualquier objeto en el cielo debe ser un meteorito pétreo —como defendieron para IM1 los expertos en meteoritos la semana pasada— nos dejaría en la edad de piedra científica. Por otro lado, aceptar la afirmación del Mando Espacial de EEUU de que IM1 es interestelar con un 99,999% de confianza, nos haría dormir mejor por la noche, sabiendo que el país está bien protegido contra misiles balísticos por los mismos sensores que midieron la velocidad de IM1.

Encontrar socios interestelares empieza por la humildad de tratar con exquisito respeto los datos.

A nuestro regreso a EEUU desde el buque Silver Star, visitamos el laboratorio de Ryan Weed en la Universidad de California Berkeley y dejamos unas cuantas esférulas procedentes del lugar del Océano Pacífico donde se estrelló el primer meteoro interestelar reconocido, el IM1, para que los miembros de su equipo de investigación las siguieran estudiando. Ese día, hace exactamente dos semanas [artículo publicado el domingo 16. N. del T.], su microscopio electrónico de barrido reveló una estructura anidada de esferas dentro de esferas desde el diámetro exterior de un milímetro hasta una escala de longitud de unos cientos de átomos. El penacho de iones ablacionados por un láser —irradiado sobre una esférula— se transmitió a través de un espectrómetro de masas y reveló una rica abundancia de isótopos, desde el Litio-6 hasta el Uranio-238, que aún estamos interpretando.

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