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Hasta el ave más famosa de TikTok tiene gripe aviar: alerta por la epidemia desbocada
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El emú Emmanuel

Hasta el ave más famosa de TikTok tiene gripe aviar: alerta por la epidemia desbocada

La propagación del virus H5N1 no tiene precedentes y, aunque por el momento los casos en humanos son escasos y asintomáticos, preocupan posibles mutaciones y recombinaciones

Foto: El emú, con su dueña. (Captura de pantalla de @knucklebumpfarms en Instagram)
El emú, con su dueña. (Captura de pantalla de @knucklebumpfarms en Instagram)

Hasta las estrellas se contagian. Emmanuel, un emú que se hizo famoso en TikTok por interrumpir los vídeos que hacía su dueña, Taylor Blake, en una granja de Florida (EEUU), tiene la gripe aviar. La noticia ha conmocionado a millones de usuarios de las redes sociales que se divertían con este animal, que pertenece a una de las especies de ave más grandes que existen, muy parecidas a las avestruces. Al parecer, un ganso silvestre introdujo el virus en las instalaciones y acabó con la vida de decenas de gallinas, patos y otros emús. Emmanuel llegó a estar grave, pero se ha salvado y se está recuperando mientras sigue recibiendo el apoyo de sus fans.

Aunque parezca una frívola historia más, de las muchas que cada día nos dejan las redes sociales, la enfermedad de Emmanuel y las pérdidas de Taylor Blake en su granja muestran en realidad un importante problema que se ha disparado en los últimos meses. El virus de la gripe aviar o influenza aviar de tipo A (familia Orthomyxoviridae) está batiendo récords: en apenas dos años ya se ha detectado en más de 80 países, una epidemia protagonizada por el subtipo H5N1, que pertenece a la influenza aviar altamente patógena (IAAP).

Foto: Laguna de El Oso. (Alejandro Martínez Vélez)
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El último informe del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), que se dio a conocer hace un par de semanas, deja claro que estamos ante la epidemia de gripe aviar más importante detectada en el continente. Los datos recogen un total de 2.467 brotes relacionados con aves de corral, con 48 millones de aves sacrificadas. Los eventos en aves silvestres suman ya 3.573. Además, la extensión geográfica tampoco no tiene precedentes, con 37 países afectados: desde las islas Svalbard, en el norte de Noruega, hasta el sur de Portugal y, por el este, hasta Ucrania.

“Es un problema grave en sanidad animal, pero tiene posibles implicaciones en salud pública humana”, advierte Nacho de Blas, investigador en epidemiología veterinaria y profesor de la Universidad de Zaragoza. La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA, más conocida hasta hace poco como Oficina Internacional de Epizootias) incluyó la gripe aviar hace décadas en su lista de enfermedades de declaración obligatoria porque sus consecuencias son devastadoras, ya que tiene una letalidad de hasta el 80% en aves de corral como las gallinas y los pavos.

Los factores clave

Sin embargo, la expansión que está viviendo en estos momentos apenas tiene precedentes, aunque los motivos son los mismos que explican otras epidemias. El primer factor importante es la globalización, que impulsa movimientos comerciales de productos, personas y animales cada vez más intensos. “Cuando una variante de un virus o una bacteria aparece en una especie, a los tres años la tienes por medio mundo”, afirma el veterinario. El segundo factor es el calentamiento global. “Hay vectores como los mosquitos o las garrapatas que están apareciendo en nuevos países, donde hasta ahora no habitaban, así que aumentan algunas enfermedades que se transmiten por picaduras”, comenta. No obstante, este incremento de las temperaturas también está afectando a las rutas migratorias de las aves. Por ejemplo, “algunas especies que pasaban el invierno en África, ahora se quedan en España”.

placeholder Aves sacrificadas. (EFE)
Aves sacrificadas. (EFE)

Además, hay otras alteraciones muy relacionadas con estos cambios. En el caso de la gripe aviar es clave la desaparición de los humedales, porque las aves acuáticas migratorias son los reservorios de los virus de la influenza aviar altamente patógena y, de hecho, de todos los virus de la influenza conocidos. “Al reducirse los humedales, las poblaciones de aves se están concentrando en menos sitios y esto provoca que cambien las rutas migratorias y, por lo tanto, el mapa de las enfermedades”, destaca Nacho de Blas. La suma de todas estas circunstancias está haciendo “que veamos cosas que hace unos años eran impensables”, añade.

El virus H5N1 se detectó en Hong Kong en 1997, pero durante años fue un problema muy localizado. En 2003 ya saltaron las alarmas al constatarse su propagación, precisamente, por los movimientos comerciales y las rutas migratorias, pero se ha disparado mucho más recientemente. No obstante, en el norte y el centro de Europa se registran brotes desde hace tres o cuatro años (de hecho, los datos indican que han comenzado a descender), mientras que en España y muchos otros países el problema está emergiendo en la actualidad.

Vigilancia epidemiológica y medidas

¿Cómo se detecta? Varios sistemas permiten identificar si el patógeno está circulando, dentro de un plan del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Por una parte, se cuenta con la vigilancia pasiva, es decir, que los veterinarios puedan detectar la muerte súbita de aves o síntomas característicos (diarrea, problemas nerviosos y hemorragias), con lo cual, notificarían el caso para que se investigue el agente causal. En el caso de las aves silvestres, el aviso y la toma de muestras también puede proceder de los guardas forestales o del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, aunque generalmente la enfermedad no se manifiesta de forma tan agresiva en estas especies como en las granjas. Por otra parte, está la vigilancia activa, que se centra en los humedales y granjas próximas a ellos, donde se acude de forma rutinaria a tomar muestras para detectar la presencia del virus o de anticuerpos.

placeholder Las aves acuáticas, reservorio del virus. (EFE)
Las aves acuáticas, reservorio del virus. (EFE)

Cuando se detecta la gripe aviar, la suerte de las aves de corral está echada: hay que sacrificar todos los ejemplares de forma obligatoria y vigilar otras explotaciones en un radio de varios kilómetros. Además, hay que tomar muestras a los trabajadores que han estado en contacto con los animales. Así se detectó el pasado mes de septiembre el positivo por H5N1 de una persona en Guadalajara a pesar de que era asintomática (permaneció aislado hasta que la prueba fue negativa, el 28 de septiembre). En enero hubo otro caso en el Reino Unido, pero siguen siendo los dos únicos diagnósticos en humanos dentro de esta ola de brotes.

Por lo tanto, está claro que la transmisión de aves a personas y entre personas es improbable. No obstante, no hay que subestimar la gravedad. Aunque en estos 20 años apenas se han detectado unos 700 casos de H5N1 en todo el planeta, “más del 50% han fallecido”, recuerda Nacho de Blas. “La transmisión de persona a persona es muy poco probable, pero quienes se infectan en contacto con animales tienen una alta probabilidad de fallecer, así que es una enfermedad importante aparte del daño en la producción avícola”.

“Hay que trabajar de forma coordinada con profesionales clínicos para la vigilancia de alguna posible transmisión de animal a humano”, comenta María del Mar Tomás, investigadora del Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (Inibic), microbióloga del hospital universitario de esta ciudad y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc). A pesar de que esta ola de brotes en aves apenas ha tenido consecuencias en personas, “se han detectado en diferentes especies de mamíferos”, recuerda, lo que obliga a estar en alerta y prevenir. Según explica esta experta, las técnicas moleculares de secuenciación masiva y las PCR van a ser determinantes para evitar que pueda saltar al ser humano.

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Pollos en una granja.

Mutación y recombinación: el peligro para los humanos

Asimismo, no se puede descartar que el virus pueda mutar o recombinarse con otros, especialmente de porcino, de forma que aparezca una nueva versión más transmisible en la población humana. En teoría, esa es la vía por la que podría aparecer una gran gripe como la de 1918. Este tipo de patógenos tiene una capacidad de mutación mucho más alta, por ejemplo, que los coronavirus como SARS-CoV-2, el virus del covid. “Los virus de la gripe tienen dos mecanismos de evolución. Por una parte, muta con bastante facilidad. Por otra, si se produce una coinfección de dos virus en la misma célula, tienen la capacidad de intercambiar material genético, lo que llamamos recombinación”, señala el experto de la Universidad de Zaragoza. El H1N1 que provocó la pandemia de gripe A de 2009 fue producto de una recombinación múltiple que incluyó virus de origen aviar y porcino.

De hecho, “esas coinfecciones se suelen producir en el cerdo, que tiene receptores similares a los de las aves y a los humanos”, y es susceptible de infectarse por todos y de fabricar nuevos patógenos transmisibles. Por eso, en las campañas anuales de vacunación de la gripe se incluye, entre los grupos de profesionales a los que se debe recomendar, a los ganaderos y los veterinarios que trabajan habitualmente con aves y cerdos.

Foto: En la imagen, un ganso blanco enfermo, en la laguna de El Bohodón. (Alejandro Martínez Vélez)

“Todo esto no quiere decir que vaya a producirse la siguiente pandemia humana a partir de esta gripe aviar, pero tenemos que vigilar y tomar medidas, precisamente, para que no sea así”, afirma María del Mar Tomás. La clave está en las granjas, donde son recomendables “medidas de bioseguridad como evitar el polvo, una ventilación adecuada o la separación de la ropa de trabajo y personal”, apunta. Además, a la hora de protegerse hay que tener en cuenta que algunos patrones de contagio están cambiando. Entre ellos, que “ya no se observa una dinámica estacional muy marcada”. Antes el peligro aparecía a partir del otoño y ahora ya hay muchos casos en primavera y en verano.

El riesgo de que la gripe aviar suponga un problema para las personas se multiplicaría si se vuelve endémica. “El problema es que persista en las aves acuáticas migratorias, el principal reservorio, porque la población silvestre no la puedes controlar”, señala el veterinario. Uno de los obstáculos es que es difícil de detectar, porque estas especies se ven menos afectadas y apenas tienen síntomas. La vía de contagio entre ellas también complica su erradicación, ya que las heces son clave en la transmisión: el agua de los humedales queda contaminada y el virus puede aguantar meses en condiciones de frío y humedad.

Hasta las estrellas se contagian. Emmanuel, un emú que se hizo famoso en TikTok por interrumpir los vídeos que hacía su dueña, Taylor Blake, en una granja de Florida (EEUU), tiene la gripe aviar. La noticia ha conmocionado a millones de usuarios de las redes sociales que se divertían con este animal, que pertenece a una de las especies de ave más grandes que existen, muy parecidas a las avestruces. Al parecer, un ganso silvestre introdujo el virus en las instalaciones y acabó con la vida de decenas de gallinas, patos y otros emús. Emmanuel llegó a estar grave, pero se ha salvado y se está recuperando mientras sigue recibiendo el apoyo de sus fans.

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