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Alarma ante la nueva variante sudafricana: ¿hay que preocuparse por sus 32 mutaciones?
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¿ESCAPARÁ A LAS VACUNAS?

Alarma ante la nueva variante sudafricana: ¿hay que preocuparse por sus 32 mutaciones?

La variante ómicron alarma por su rápida expansión y por las variaciones que acumula en la proteína S, pero hacen falta más estudios para saber cuál puede ser su alcance

Foto: Un trabajador sanitario en Sudáfrica. (Siphiwe Sibeko/Reuters)
Un trabajador sanitario en Sudáfrica. (Siphiwe Sibeko/Reuters)

De repente, todas las alarmas han vuelto a saltar. Más rápido y más fuerte que nunca: los vuelos se suspenden y las bolsas caen en picado. Como si fuera una pesadilla, regresa la máxima preocupación por la evolución de la pandemia ante la aparición de una nueva variante del SARS-CoV-2. Identificada en Botswana y en Sudáfrica, además de en viajeros de Hong Kong e Israel, se llamó inicialmente B.1.1.529, pero ya tiene nuevo nombre: variante ómicron. Las autoridades sudafricanas sospechan que tiene una extraordinaria capacidad de transmisión, porque ya supone el 90% de los casos en Johannesburgo, pero llama la atención sobre todo porque acumula 32 mutaciones en la proteína de la espiga o proteína S, la que sirve al virus para infectar a las células y la clave para que funcionen las vacunas. ¿Qué sabemos hasta ahora?

El motivo de la preocupación ha sido su rápida expansión unida a esa gran cantidad de variaciones, unos cambios sin precedentes en este virus. “Tiene un número muy elevado de mutaciones, algunas ya vistas en otras variantes de preocupación o de interés, lo que hace que puedan ser inquietantes, pero faltan muchos experimentos para comprobar que realmente lo son”, explica a Teknautas el experto en secuenciación Fernando González Candelas, catedrático de Genética de la Universidad de Valencia e investigador en la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio).

Foto: Sanitario en Soweto, Sudáfrica. (Reuters/ Siphiwe Sibeko)

Con respecto a su rápida diseminación, llama la atención el espectacular incremento de un 321% de casos en una sola semana en Sudáfrica. Con estos datos, estaríamos ante una nueva versión del virus que “podría extenderse muchísimo más rápido que la variante delta, predominante en la actualidad”, comenta María del Mar Tomás, investigadora del Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (INIBIC), microbióloga del hospital universitario de esta ciudad y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

Sin embargo, González Candelas considera que el contexto es fundamental para analizar esta supuestamente alta capacidad de transmisión. Desde el punto de vista epidemiológico, “se extiende rápidamente en una zona concreta de Sudáfrica, pero no tenían apenas incidencia previa y cuentan con una baja inmunización vacunal”. De hecho, algo menos del 24% de la población sudafricana tiene la pauta completa. Por lo tanto, es muy probable que estos factores contribuyan a que su transmisibilidad “sea aparente muy alta, pero no es un resultado definitivo”.

En ese sentido, “está bien poner una alerta para que se vigile su posible expansión, pero aún es muy pronto como para adoptar medidas drásticas”, que en su opinión solo estarían justificadas si realmente se evidencia su peligrosidad porque, además de ser más transmisible, escape a la acción de las vacunas, sea más virulenta y más letal. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha asegurado este viernes que aún es muy pronto para saber si se necesitarán dosis de refuerzo debido a esta nueva variante.

La urgencia de estudiar la variante

En cualquier caso, los científicos tendrán que analizar con lupa la variante ómicron para comprobar en qué medida sus características pueden facilitar los contagios y sobre todo si pueden comprometer la eficacia de las vacunas. Agustín Valenzuela Fernández, virólogo y director del Grupo Inmunología Celular y Viral de la Universidad de La Laguna, considera que ya hay algunas pistas. Por ejemplo, la presencia de mutaciones conocidas anteriormente en otras variantes, como la D614 y la N501Y, sí estaría indicando una alta transmisibilidad, porque permiten que el virus se una mejor al receptor de las células ACE2.

placeholder Nueva variante. (EFE)
Nueva variante. (EFE)

Otros cambios son aún más preocupantes. Algunos podrían afectar a su identificación a través de las PCR. Otros “están implicados en el reconocimiento de los anticuerpos que generan las vacunas, lo que hace temer que pueda escapar a la respuesta inmune”, destaca el virólogo. En principio, no hay que alarmarse, porque “la respuesta inmune no se produce solo a través de los anticuerpos, también está la respuesta celular”, recuerda en referencia a las células del sistema inmunitario que se entrenan gracias a las vacunas o al contacto con los agentes patógenos. En cualquier caso, habrá que realizar estudios 'in vitro' para profundizar en todas estas cuestiones. “No nos sorprende que el virus vaya mutando, eso es normal, pero sí sorprende que de golpe haya tantas mutaciones”, reconoce Valenzuela, “no es para asustarse, pero es una información clave”.

Algunos de los cambios podrían afectar a su identificación a través de las PCR

Para María del Mar del Tomás, el hecho de que hayan acumulado hasta 32 mutaciones en una sola proteína podría haber tenido el efecto contrario: hacer imposible que el virus se transmitiera. Por eso, resulta curioso que haya encontrado el camino no solo para seguir infectando, sino para hacerlo con mayor eficacia. “Los virus van evolucionando para evadir los anticuerpos de la gente inmunizada, pero se pueden crear mutantes que no tienen futuro”, explica. De hecho, recientemente, científicos japoneses han detectado que la variante delta podría estar extinguiéndose, precisamente, por acumular defectos que le impiden replicarse, una hipótesis que aún no ha sido corroborada.

A los virólogos les llama especialmente la atención el caso del primer infectado detectado en Hong Kong, porque podría estar indicando un comportamiento distinto del virus con esta nueva variante. Es un joven treintañero que viajó a Sudáfrica. A la vuelta, tuvo que hacer cuarentena y el 13 de noviembre, tras varias PCR negativas, dio positivo. “La carga viral sube enormemente, no se ha visto en otras variantes, ni siquiera en la delta”, advierte el experto de la Universidad de La Laguna con respecto a este paciente.

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Vacuna. (EFE)

¿Qué medidas tomamos?

La pregunta es qué se debe hacer ahora, al margen de estudiar la nueva variante en el laboratorio. En principio, los expertos abogan por ser prudentes y creen que la cancelación de vuelos, más rápida en esta ocasión que en otros momentos de la pandemia, puede ser una medida positiva. “Las variantes que han surgido en Sudáfrica y en Sudamérica se han controlado muy bien”, afirma la portavoz de la SEIMC. En cambio, “no ha ocurrido lo mismo con las aparecidas en el Reino Unido, que tiene un intenso contacto con Europa”. No obstante, si se confirma que la variante ómicron es más transmisible, habría que extremar el control respecto a los viajes al continente africano.

Secuenciar los casos que se detecten es fundamental para mantenerla bajo control

Secuenciar los casos que se detecten es otro aspecto fundamental para localizar a tiempo a personas que se hayan contagiado con la nueva variante. “El diagnóstico y la secuenciación son aún más importantes en los países que tienen una menor tasa de vacunación”, señala la experta. De hecho, “cuanto más tiempo esté el virus en el organismo, más posibilidades existen de crear mutantes con capacidad de transmisión. Si estás vacunado, en tres días eliminas el virus, no le da tiempo a adaptarse”, recuerda.

Desde hace tiempo, los científicos vienen advirtiendo de que el problema para controlar la pandemia puede venir de los países con menor tasa de vacunación. En este caso, es muy posible que la variante haya surgido en Botswana, que tiene un 20% de población inmunizada. “Hay que vacunar a los no vacunados. Las variantes más peligrosas van a terminar apareciendo en los países con bajas tasas de vacunación, pero en los países desarrollados tenemos que vacunar a los que no lo están, porque también tienen más probabilidad de generar mutantes, incluyendo niños y adolescentes”, comenta la microbióloga.

De repente, todas las alarmas han vuelto a saltar. Más rápido y más fuerte que nunca: los vuelos se suspenden y las bolsas caen en picado. Como si fuera una pesadilla, regresa la máxima preocupación por la evolución de la pandemia ante la aparición de una nueva variante del SARS-CoV-2. Identificada en Botswana y en Sudáfrica, además de en viajeros de Hong Kong e Israel, se llamó inicialmente B.1.1.529, pero ya tiene nuevo nombre: variante ómicron. Las autoridades sudafricanas sospechan que tiene una extraordinaria capacidad de transmisión, porque ya supone el 90% de los casos en Johannesburgo, pero llama la atención sobre todo porque acumula 32 mutaciones en la proteína de la espiga o proteína S, la que sirve al virus para infectar a las células y la clave para que funcionen las vacunas. ¿Qué sabemos hasta ahora?

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