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Los españoles aún creen en conspiraciones de la pandemia: esta es su ideología
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¿QUÉ LOS DIFERENCIA?

Los españoles aún creen en conspiraciones de la pandemia: esta es su ideología

Frente a las conspiraciones clásicas, un estudio encuentra que los españoles que tienen falsas creencias sobre el covid son más conservadores y valoran la seguridad

Foto: Concentración de antivacunas en Barcelona. (EFE/Marta Pérez)
Concentración de antivacunas en Barcelona. (EFE/Marta Pérez)

El covid no existe. El covid sí existe, pero forma parte de un plan para beneficiar oscuros y poderosos intereses. La telefonía 5G ayuda a propagar el virus... Todo tipo de teorías de la conspiración han circulado en estos dos años de pandemia, cada cual más estrambótica y alejada de cualquier evidencia científica. Y luego están las vacunas, con su propio capítulo de fantasías, desde que llevan un chip hasta que esterilizan a la población. En la mayoría de las ocasiones, todas estas ideas son objeto de mofa, pero hay una parte de la población que las cree en mayor o menor medida y que las difunde. Muchos han protagonizado manifestaciones contra las medidas y hasta han increpado a los sanitarios por considerarles cómplices de una mentira. ¿Quiénes son? ¿Por qué llegan a pensar así? ¿Tienen algún tipo de ideología en común?

Un estudio de investigadores españoles trata de analizar el perfil de estas personas, especialmente sus ideas políticas. Publicado hace unos días en la revista científica 'Representation', revela cómo los creyentes en conspiraciones sobre la pandemia son distintos a otros conspiranoicos clásicos. Al contrario de lo que sucede con otras ideas erróneas, los 'coviders', como han decidido llamarles, resultan ser más conservadores que de izquierdas y están más preocupados por la seguridad que por la libertad. El nuevo tipo de creyente en conspiraciones está tan escorado hacia esas posiciones que, según los autores, puede suponer un nicho para la extrema derecha.

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Los datos proceden de una encuesta que se realizó en la primavera de 2020 y que ven la luz ahora en un artículo firmado por Carolina Galais, investigadora del Departamento de Ciencia Política y Derecho Público de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), y Marc Guinjoan, de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Las respuestas se recopilaron a través de grupos de WhatsApp y en Twitter, llegando a recopilar cerca de 4.000. Los autores reconocen que la muestra no es representativa para medir cuál es la penetración de estas teorías entre la población. Es decir, que no podrían extraer conclusiones acerca de qué porcentaje de españoles defienden las conspiraciones, por ejemplo. Sin embargo, sí es adecuada para encontrar una relación entre los dos principales factores que deseaban medir, la ideología y la tendencia conspirativa.

"Nosotros no medimos la veracidad de esas teorías, sino la tendencia a creer en ellas, es decir, una tendencia psicológica", explica Galais en declaraciones a Teknautas. Para la investigación usaron tres indicadores de creencia en conspiraciones pandémicas, aceptados por la Asociación Mundial para la Investigación de la Opinión Pública (Wapor, por las siglas en inglés de World Association for Public Opinion Research): considerar que el virus no tiene un origen natural, creer que fue diseminado a propósito entre la población y pensar que la pandemia es el resultado de una guerra encubierta entre facciones o países.

El primero de estos puntos resulta ahora relativamente problemático, porque cuando se lanzó la encuesta nada hacía suponer en un origen distinto al natural. Con el paso del tiempo se ha generado cierta confusión (en particular, con el informe que el presidente de EEUU, Joe Biden, solicitó a sus servicios de inteligencia, que no llegaba a ninguna conclusión firme) y la comunidad científica no descarta al 100% teorías como un escape accidental de un laboratorio. En definitiva, aunque el origen natural sigue siendo la principal hipótesis, hoy en día "son defendibles desde un punto de vista científico" otras alternativas y, por lo tanto, no serían "tan conspiranoicas" como en el momento en que se llevó a cabo la encuesta. No obstante, al prescindir de ese indicador, los resultados serían los mismos, según los autores.

placeholder Manifestación de negacionistas. (EFE)
Manifestación de negacionistas. (EFE)

En general, la tendencia es similar a la que han encontrado estudios similares en otros países, como Turquía, Alemania o EEUU. No obstante, cada caso tiene sus peculiaridades. En la mayoría de estos países, los análisis políticos han detectado que "un sector de la extrema derecha ha utilizado estos temas como lanzadera", explica la investigadora. De alguna manera, les ha servido para agitar el voto descontento, revistiéndolo de un discurso 'libertariano', contra el autoritarismo y por la libertad, a favor de un Estado mínimo. "El covid se ha usado con la intención de polarizar, enfadar y después para reclamar el voto. Eso también lo observamos en España, pero aquí la novedad es que los que creen en estas cosas realmente no son los más contrarios a la autoridad ni los más 'libertarianos', sino más bien los más conservadores", apunta Galais.

¿Qué hay del resto de conspiranoicos?

Según otros estudios, las personas con tendencia a asumir conspiraciones clásicas suelen especular con confabulaciones de carácter general, es decir, con la existencia de grandes poderes en la sombra que manejan el mundo a su antojo. Por el contrario, existen otro tipo de teorías de la conspiración mucho más específicas y las del covid encajan en este último tipo. Mientras que las primeras atraen a ciudadanos menos politizados, las segundas son defendidas por gente con un sesgo ideológico más marcado.

¿Eso quiere decir que los conspiranoicos anteriores a la pandemia y los que difunden teorías sobre el coronavirus son muy distintos? En realidad, las personas con tendencias conspiranoicas generales son más numerosas (en la muestra que han utilizado había preguntas específicas sobre ello y los individuos que pueden clasificarse en esa categoría llegaban hasta un 40%), mientras que los 'covidianos' son menos (cerca del 20% de la encuesta). “Estas últimas son conspiraciones más difíciles de asimilar y, aunque se solapan en gran medida unos y otros, no lo hacen al 100%”, comenta la experta. No obstante, cuando los investigadores acuden a la literatura científica sobre estas cuestiones, "se asume que el mejor predictor en una creencia conspirativa es otra creencia conspirativa". ¿Qué implicaciones tendría esta relación? "Puedes entrar a la mentalidad conspiranoica debido al covid y acabar asumiendo el terraplanismo, todo depende de por dónde te lleven tus redes y los algoritmos", destaca.

Foto: Foto: EFE/Fernando Alvarado.

El resultado de todo esto ha sido especialmente curioso en España, en opinión de Galais, ya que especialmente en 2020 se registraron manifestaciones relativamente numerosas (sobre todo en Madrid, pero también en otras ciudades) contra las mascarillas y otras cuestiones relacionadas con la pandemia, en las que "convivían conspiranoicos clásicos, que podrían corresponder a un perfil más de izquierdas, de toda la vida, de la 'new age', o los antivacunas clásicos; con perfiles muy escorados a la derecha ideológicamente. Incluso había líderes de partidos", destaca.

Traducido al ámbito de las formaciones políticas, "lo que creemos que está pasando es que quienes movilizan este tipo de discursos serían cercanos a Vox, y que lo están haciendo enfocándose en un caladero de votos que normalmente correspondería al PP". Según la autora, este tipo de teorías de la conspiración o 'fake news' consiguen aglutinar un voto de descontento. Sin embargo, "con los datos que hemos recopilado y con este artículo en concreto, no podemos demostrar que esto es así".

En cualquier caso, la investigadora de la UAB considera que este estudio puede ofrecer pistas sobre las consecuencias políticas de estas creencias en una época de crecimiento de las formaciones de extrema derecha en muchos países. Asimismo, este tipo de estudios resultaría útil para evitar que se propaguen nuevas teorías sobre el coronavirus sin base científica.

El covid no existe. El covid sí existe, pero forma parte de un plan para beneficiar oscuros y poderosos intereses. La telefonía 5G ayuda a propagar el virus... Todo tipo de teorías de la conspiración han circulado en estos dos años de pandemia, cada cual más estrambótica y alejada de cualquier evidencia científica. Y luego están las vacunas, con su propio capítulo de fantasías, desde que llevan un chip hasta que esterilizan a la población. En la mayoría de las ocasiones, todas estas ideas son objeto de mofa, pero hay una parte de la población que las cree en mayor o menor medida y que las difunde. Muchos han protagonizado manifestaciones contra las medidas y hasta han increpado a los sanitarios por considerarles cómplices de una mentira. ¿Quiénes son? ¿Por qué llegan a pensar así? ¿Tienen algún tipo de ideología en común?

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