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Cuenta atrás para descubrir si ómicron es otra pesadilla: cómo lo sabrán los científicos
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DATOS, EN DOS SEMANAS

Cuenta atrás para descubrir si ómicron es otra pesadilla: cómo lo sabrán los científicos

Los laboratorios ya analizan el efecto de las mutaciones de la nueva variante del SARS-Cov-2, pero los datos epidemiológicos y el seguimiento de pacientes darán las claves

Foto: Ilustración: Irene de Pablo.
Ilustración: Irene de Pablo.
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La gran pregunta del momento es si la variante ómicron será una pequeña piedra en el camino de la pandemia o se convertirá en un grave obstáculo que nos impedirá recuperar cierta normalidad a corto y medio plazo. Habrá que esperar para saberlo, pero muchos países europeos, incluido España, ya contabilizan sus primeros casos y temen las consecuencias. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advertía este lunes en un informe técnico de que el riesgo para todo el planeta es “muy elevado”, porque las mutaciones que acumula esta versión del SARS-CoV-2 hacen sospechar que es muy transmisible y que podría escapar a las defensas de las personas inmunizadas a través de la infección natural o de la vacunación. Sin embargo, las certezas aún son escasas. ¿Cómo y cuándo sabremos si B.1.1.529 se convertirá en una pesadilla?

Tres líneas de investigación irán aclarando el panorama en las próximas semanas. En primer lugar, los laboratorios ya trabajan para saber cuál es el efecto real de las mutaciones observadas. En todo el genoma tiene 55, pero lo importante es que tan solo la proteína S o espícula (la llave de entrada del virus en las células humanas) acumula 32, un número nunca visto hasta ahora, y se asocian a una mayor facilidad para el contagio y a la posibilidad de que burle los anticuerpos. Los estudios 'in vitro' serán importantes, pero no aportarán la información definitiva. Así que los expertos están atentos a otras dos cuestiones: los datos epidemiológicos, que mostrarán cómo se extiende la nueva variante, y el seguimiento de los pacientes infectados, porque permitirá conocer si la enfermedad que provoca ómicron es más o menos virulenta que el covid que conocemos y si las vacunas siguen siendo igual de efectivas.

Foto: Realización de test de antígenos en orense

En realidad, el escenario ofrece múltiples posibilidades. Como ya ha ocurrido anteriormente con otras variantes, es posible que ómicron sea más transmisible pero que no sea más letal ni que escape a la acción de las vacunas. Si es así, podrían generarse nuevas olas que serían más graves en los países con menor cobertura vacunal, debido a que repercutirían en los ingresos hospitalarios y en los fallecimientos. Sin embargo, el gran temor es que las vacunas sean menos eficaces y que aumente el escaso número de complicaciones que causa el virus en personas inmunizadas a través de las inyecciones o por reinfecciones. Por el momento, todo está en estudio.

“La alarma que ha generado esta variante se debe a que tiene muchas mutaciones que no habíamos visto antes juntas”, explica a Teknautas Sonia Zúñiga, viróloga del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC). Es decir, se trata de cambios en la proteína S que ya se habían detectado en otras variantes, pero no a la vez. Algunas de estas modificaciones parecen ser las responsables de que alfa, beta, gamma y sobre todo delta fuesen más contagiosas que el virus original de Wuhan. Otras mutaciones se encuentran en regiones clave para que los anticuerpos (tanto los de enfermos curados como los que generan las vacunas) puedan neutralizar el virus. Por eso, si estas regiones cambian, es posible que la inmunización no sea tan efectiva.

En el laboratorio

Sin embargo, “en biología no sumamos las mutaciones”, destaca la experta, así que no se puede saber 'a priori' cuál va a ser ser el efecto real de esta nueva secuencia del virus. Es necesario realizar experimentos que consisten en aislar la nueva variante de los pacientes infectados y realizar diversas pruebas 'in vitro'. Principalmente, “se pone en contacto el virus con sueros de personas vacunadas o infectadas con anteriores versiones del SARS-CoV-2 para ver si neutralizan ómicron o no”. Es lo que se ha hecho a lo largo de toda la pandemia cuando han aparecido otras variantes y lo que dará una primera idea de si el virus escapa al efecto de las vacunas. Los resultados podrían salir a luz en menos de dos semanas.

placeholder Pandemia cerca de Navidad. (EFE)
Pandemia cerca de Navidad. (EFE)

No obstante, los resultados no se podrán aplicar directamente a la vida real. El mejor ejemplo lo tenemos con las variantes beta y gamma (asociadas inicialmente a Sudáfrica y Brasil, respectivamente). “En el laboratorio eran más resistentes a las vacunas, se veía que la capacidad para neutralizar el virus era menor con estas variantes, pero la protección que ofrecían las dosis era similar”. En términos de efectividad, “en lugar de mantener un 95%, se quedaba en algo más de un 80%, así que las vacunas seguían siendo efectivas y no había que preocuparse demasiado”, recuerda Zúñiga.

Fernando González Candelas, catedrático de Genética de la Universidad de Valencia e investigador en la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio), explica que las pruebas de laboratorio incluirán distintos modelos celulares y animales para comprobar si, en efecto, existe una mayor infectividad y en qué medida los pacientes que han superado la enfermedad y las personas vacunadas están protegidos frente a la enfermedad grave con la nueva variante. Sin embargo, recuerda que “la respuesta inmune es más que los anticuerpos”. En concreto, se compone también de células de memoria capaces de reaccionar tras haber sido expuestas al virus o al antígeno de la vacuna. Por eso, la información que pueden aportar los experimentos de laboratorio es limitada y habrá que ver qué sucede en poblaciones reales, con individuos vacunados y no vacunados.

Datos epidemiológicos

En ese sentido, los datos epidemiológicos van a jugar un papel esencial para analizar la peligrosidad de la variante ómicron. Si se realiza un análisis correcto, deberían aclarar si es más contagiosa, pero este tipo de estudios es complejo. En la zona de Sudáfrica donde se detectó, los casos vinculados a esta nueva versión del virus eran para echarse a temblar, ya que se registró un incremento de un 321% de casos en una sola semana. Sin embargo, muchos expertos consideran que el contexto ha sido determinante, porque se partía de una incidencia muy baja y con una tasa de cobertura vacunal muy mejorable.

placeholder Vacuna. (EFE)
Vacuna. (EFE)

“Lo más importante es ver si, efectivamente, se produce un desplazamiento epidémico de la variante delta, que es la que domina en todo el mundo, por parte de la variante ómicron. Esto es un estudio observacional que se irá realizando poco a poco ahora que vemos que ómicron está presente en varios países, no solo en una zona de Sudáfrica. Si realmente tiene ventaja, aumentará su incidencia en relación a delta en muchos sitios simultáneamente”, explica González Candelas.

“Hay que vigilar con lupa cómo se extiende en otros contextos”, coincide la investigadora del CNB-CSIC. “Aunque sabemos que se transmite mucho, es importante ver qué ocurre en países donde delta es claramente la predominante”, apunta. Si realmente es más transmisible, se impondrá y habrá que estar atentos a su letalidad y al escape vacunal. En cambio, si no llega a imponerse, el resto de los aspectos será secundario. En ese sentido, Zúñiga considera importante realizar test incluso a personas vacunadas si proceden de otros países: “Los vacunados nos podemos infectar sin saberlo y podemos ser fuentes diseminadoras de nuevas variantes del virus”, advierte.

En cualquier caso, el experto de la Universidad de Valencia alerta sobre la tentación de pensar que las barreras geográficas pueden detener la transmisión. Aunque es cierto que beta y gamma, originarias de Sudáfrica y Brasil, no prosperaron en España y, en cambio, sí lo hicieron alfa o delta (la segunda, originada en la India, pero difundida a través del Reino Unido), “la clave es la transmisibilidad”, asegura, “esa es la principal característica sobre la que se asienta la ventaja de una variante para conseguir imponerse al resto”.

placeholder Hospitalización por covid. (Reuters)
Hospitalización por covid. (Reuters)

Al mismo tiempo, es esencial no solamente detectar casos, sino secuenciar lo máximo posible para saber cuál es la penetración de la nueva variante. González Candelas fue uno de los responsables del proyecto SeqCOVID, que aglutinó la mayor parte de la secuenciación del virus que se realizó en España al comienzo de la pandemia. Ahora, el Centro Nacional de Microbiología y los hospitales han tomado el relevo, pero este experto considera que la experiencia acumulada con otras variantes va a ser fundamental para manejar la situación: “Sabemos que habrá contagios, pero también aparecieron en su momento algunos de beta y gamma, y no tuvieron más trascendencia que la de algunos casos sueltos. Es decir, aún no sabemos qué pasará con ómicron porque los pacientes detectados en Europa están vinculados a viajes al sur de África. Si más adelante desplaza a delta, lo más importante será ver si tiene otros efectos sobre la gravedad de las infecciones o la efectividad vacunal”.

En los pacientes

En definitiva, “la prueba del algodón es saber qué pasa con las personas que están expuestas al virus”. En opinión del experto de Fisabio, eso es lo que debe guiar todo tipo de actuaciones con las nuevas variantes. “Por mucho que hagamos experimentos 'in vitro', luego hay que verificar qué es lo que sucede en los pacientes”, recalca. Desde la aparición de las primeras variantes, incluyendo la que se extendió por España y por Europa en verano de 2020, el virus ha ido cambiando y se han impuesto las versiones más transmisibles, pero eso no ha implicado cambios significativos en su virulencia o en la protección que ofrecen las vacunas.

Angelique Coetzee, presidenta de la Asociación Médica de Sudáfrica y responsable del hallazgo de la nueva variante, ha asegurado en varios medios de comunicación que los casos que están detectando son leves. De hecho, con respecto a sus propios pacientes, “aún no hemos hospitalizado a nadie”, aseguraba este lunes. El principal síntoma parece ser un cansancio extremo, acompañado de sequedad de garganta y, en algunos casos, un cuadro similar al de un resfriado. En cambio, no se han detectado otros síntomas característicos del covid, como la pérdida de olfato o de gusto.

Foto: Mobiliario público destrozado por las protestas en Groningen (Países Bajos). (EFE)

Según la viróloga del CNB-CSIC, es perfectamente posible que esta nueva variante se transmita más fácilmente siendo más leve. En cualquier caso, “aún es una hipótesis: hay que seguir observando a los pacientes”. El hecho de que el brote en Sudáfrica se haya producido principalmente en personas jóvenes, según informan las autoridades de ese país, hace necesario coger con pinzas esta información, ya que lo normal es que entre las personas de menor edad el covid sea menos agresivo. Del mismo modo, será necesario tener datos mucho más amplios y de todas las edades, comparando entre vacunados y no vacunados, para saber si la vacunación sigue siendo la mejor aliada contra la pandemia, a pesar de ómicron.

La gran pregunta del momento es si la variante ómicron será una pequeña piedra en el camino de la pandemia o se convertirá en un grave obstáculo que nos impedirá recuperar cierta normalidad a corto y medio plazo. Habrá que esperar para saberlo, pero muchos países europeos, incluido España, ya contabilizan sus primeros casos y temen las consecuencias. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advertía este lunes en un informe técnico de que el riesgo para todo el planeta es “muy elevado”, porque las mutaciones que acumula esta versión del SARS-CoV-2 hacen sospechar que es muy transmisible y que podría escapar a las defensas de las personas inmunizadas a través de la infección natural o de la vacunación. Sin embargo, las certezas aún son escasas. ¿Cómo y cuándo sabremos si B.1.1.529 se convertirá en una pesadilla?

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