Este antiguo avión sin alas de la NASA podría servir para estudiar la atmósfera de Urano
Un ingeniero de la NASA ha desarrollado un prototipo de avión sonda inspirado en él. Asegura que podría adentrarse hasta capas muy profundas de las atmósferas de planetas gigantes
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La NASA se encuentra inmersa en el colosal proyecto de llevar de nuevo al ser humano a la Luna tras más de 50 años. Un hecho histórico que, si todo va bien, se producirá durante el mes de septiembre de 2026 gracias a la misión Artemis III. Sin embargo, esto no quiere decir que esté descuidando otros proyectos, como por ejemplo estudiar la atmósfera de planetas gigantes del Sistema Solar.
Lo sorprendente en este caso es que ha recuperado un antiguo prototipo de los años 60 para conseguirlo. En concreto, ha sido el jefe del Centro de Investigación de Vuelo Armstrong, John Bodylski, el que ha planteado el reto. Su objetivo es crear una sonda que pueda recolectar datos atmosféricos de planetas gigantes como Urano. Su invento ha recibido un premio de la NASA que conlleva su financiación y prueba.
NASA Armstrong Updates 1960s Concept to Study Giant Planets https://t.co/aP7Ev3K6MR
— SPACE NEWS POD (@spacenewspod) March 13, 2024
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Preparations for Next Moonwalk Simulations Underway (and Underwater)
John Bodylski holds a balsa wood model of his proposed aircraft that could be an atmos… https://t.co/krUXUH0cDp
Aunque John Bodylski es el autor del diseño de la sonda, han sido Robert Jensen y Justin Hall los responsables de fabricar el prototipo. Para ello, crearon un molde que luego rellenaron con espuma y varias capas de fibra de carbono. En él se mantuvieron los materiales durante ocho horas al vacío, hasta que finalmente las piezas pudieron ser desmoldadas y unidas.
Un avión sin alas ni propulsión
En concreto, el prototipo inventado por John Bodylski se inspira en una serie de aviones con cuerpo sustentador que la NASA desarrolló durante la década de 1960. Esto quiere decir que es el propio fuselaje de la aeronave el que genera la fuerza de sustentación, al contrario de lo que sucede con los aviones con alas convencionales. Eso sí, sus dimensiones son mucho más pequeñas: solo cuenta con 70 centímetros de largo y 61 centímetros de ancho.
Este tamaño reducido es clave para el éxito del proyecto, ya que la sonda con forma de avión en miniatura deberá viajar a bordo de un satélite. Una vez en el planeta gigante de destino, se desprenderá de él mediante una serie de pernos pirotécnicos. Actualmente, este tipo de “aviones sonda” son capaces de recopilar datos referentes a un máximo de 10 parámetros durante 40 minutos antes de perder contacto con el satélite del que proceden.
Sin embargo, Bodylski asegura que su invento sería capaz de obtener la misma cantidad de información en solo 10 minutos. Además, debido a su ingenioso sistema de vuelo, podría penetrar en capas mucho más profundas de una atmósfera tan densa como la de Urano, lo que le ayudaría a conseguir información mucho más precisa y valiosa.
La NASA prevé probar este avión sonda antes de que acabe el mes de marzo de 2024. Lo hará en la Tierra, liberándolo desde un helicóptero de prueba. Según Bodylski, “nuestro objetivo es demostrar que un avión con cuerpo sustentador puede volar como una sonda a esta escala. Es más, queremos demostrar que es igual de estable o más, que puede alcanzar una mayor profundidad y que admite todos los instrumentos necesarios”.
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